Paco Martín, crítico de cine: “No cabe duda de que el cine nos ayuda a ser mejores en lo individual y en lo colectivo”
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Su afición al cine nace en Teruel, en su infancia, disfrutando todos los fines de semana en las salas de la ciudad: Marín, Turia, La Salle y Antoniano. “En Valencia en los años 70 participé en el Aula de Cine de la Facultad de Filosofía y Letras y en el Cine-Club de la Universidad Laboral de Cheste. De vuelta a Teruel, en los 80, será coorganizador del Cine Club La Mirilla, y miembro de la Organización del Festival de Cine y de Animateruel”.
En distintos periodos, ha colaborado en programas sobre cine en la Cadena SER, RNE, COPE y Onda Cero, coincidiendo con una actividad de difusión del cine en la CAI, Cáritas y actualmente en el Centro Sociocultural de San Julián, donde sigue introduciendo y moderando los cinefórum de ciclos como Conciencia con Cine o Historia del Cine. “Y he tenido la suerte de ser jurado en Festivales como Huesca, Plasencia o Bujaraloz”, asegura, además de formar parte de la organización del rally Desafío Buñuel y colaborar con las revistas Turia y Cabiria Cuadernos Turolenses de Cine”.
Por si fuera poco, a esta apasionante trayectoria con el llamado séptimo arte ahora se le añade ser uno de los nuevos miembros que acaba de incorporarse a la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE). Sobre todo ello hablamos con este gran hombre de cine.
-Lo primero, enhorabuena por su llegada a la AICE. Es la asociación que cada año otorga los cotizados Premios Feroz, que esta vez tendrán lugar en Pontevedra el 25 de enero.
-Muchas gracias. Debo agradecerlo, sobre todo, a quienes me han apadrinado para pertenecer a esta prestigiosa asociación. Aquí me he encontrado con grandes profesionales que, desde hace años, informan, forman y orientan sobre el mundo audiovisual. Además, me abre la posibilidad de visionar muchos trabajos a los que me resultaba complicado acceder.
-¿Qué le parecen las feroces nominaciones de esta edición, en las que usted ya participa apreciando los trabajos?
-Mi primera experiencia la valoro como muy positiva. He visto muchas obras para poder votar y creo que la cosecha es muy buena tanto en cantidad como, sobre todo, en calidad.
-Para usted, que toda la vida ha compartido y puesto en valor el cine como tesoro, ¿cuál es el secreto para hacerlo con empatía a las nuevas generaciones digitales?
-En ocasiones hemos oído que el cine está en crisis desde su nacimiento. La realidad es que ha tenido que sobrevivir a la televisión, el video, las plataformas, Internet... Siempre ha sabido adaptarse y utilizar el resto de supuestos competidores como vehículos para extender sus producciones. Es necesario que el sistema educativo cuente con una asignatura de formación audiovisual, llámese como se llame, que enseñe a manejarse desde niños en el mundo de la imagen con el que están tan identificados. Y además, procedimientos comparativos que los conduzcan desde los formatos actuales a momentos del cine clásico. Ya que el cine, por ser la más moderna de las artes, ha sido la más dependiente de la ciencia y la tecnología, ese camino hay que recorrerlo con las nuevas generaciones.
-Informar sobre cine y series: ¿Cómo conseguirlo de manera seria y rigurosa según la agenda de estrenos y programaciones?
-Teniendo presente la profusión de producciones audiovisuales y actividades que se llevan a cabo en su entorno, los medios de comunicación y las redes son los conductos adecuados por los que se puede transmitir información, acercando a los profesionales para que cuenten sus experiencias, y no limitándose a una política de anuncios publicitarios vacíos de contenido. La seriedad y el rigor se perciben cuando los comunicadores tienen conocimiento y se rigen por criterios de eficiencia.
-Formar: Porque el cine nos cambia la vida. ¿Experiencias vitales de aprendizaje y transformación con el llamado séptimo arte?
-Siempre he pensado que el cine nos ayuda a aprender. Palabra de gran significado. Para la mayoría puede significar acumular conocimientos, experiencias, tecnología, suma de destrezas, de idiomas... Pero el cine nos ayuda a aprender, a través de la ficción, lo que la realidad nos ofrece. Es como un espejo que nos refleja alegrías, temores, ambiciones, deseos, ansiedades, consuelo en el dolor... todo tipo de sentimientos. Y, a partir de ahí, numerosas películas nos hacen reflexionar sobre el camino de la superación, del autoconocimiento, de la autoestima, de la generosidad, de la solidaridad. No cabe duda que el cine nos ayuda a ser mejores en lo individual y en lo colectivo.
-Entretener: Que no está reñido con la calidad y el discurso del divertimento. ¿Qué es lo mejor de este espectáculo que es el cine?
-Una de las cualidades del cine es su capacidad de crear ambientes agradables gracias a la atmósfera saludable en la que nos envuelve. El efecto entretenimiento hace que el espectador abandone momentáneamente la realidad cotidiana y, por ejemplo, se sumerja en relatos situados en otros países, en tiempos lejanos y en situaciones más o menos exóticas. Y gracias, al margen de la pericia de los realizadores, a los personajes arquetípicos que confieren más interés a las tramas. No sólo me refiero al cine de aventuras. El entretenimiento, que no debe necesariamente estar carente de calidad, atraviesa todo el abanico de géneros cinematográficos.
-Ahora que los cita, ¿cuáles son sus géneros y cineastas favoritos?
-En cada etapa de la vida te atraen unos géneros más que otros, He pasado del cine de aventuras y horror al negro y bélico, sin olvidar el musical y el drama. Ahora me interesa redescubrir la comedia y la ciencia-ficción. En cuanto a directores, teniendo en el podio a Luis Buñuel y Stanley Kubrick, no me puedo sustraer de admirar a Akira Kurosawa, John Ford, Chaplin, Fellini, Wim Wenders, Saura y Scorsese. La lista podría ampliarse.
-¿Una película clásica y otra contemporánea de obligado visionado?
-Es difícil escoger pero como hay que hacerlo estas son las que me impresionaron en un primer momento. Como clásica, El tercer hombre (Carol Reed, 1949) con Joseph Cotten, Orson Welles, Alida Valli y Trevor Howard en el reparto, fotografía de Robert Krasker y música de Anton Karas. Estética expresionista con la utilización de las sombras para presentarnos la figura de Orson Welles. Espléndido paseo de Alida Valli descendiendo del cementerio sin hacer caso de Joseph Cotten. Y la contemporánea Barry Lyndon (Stanley Kubrick, 1975), con Ryan O’Neal y Marisa Berenson. Excelente retrato de los últimos y decadentes compases del Siglo de las Luces, basándose en la novela de William Thackeray. Impresionante fresco histórico.
-¿Una serie de ficción que recomienda no perderse?
-Nos vemos en otra vida de Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo, basada en el libro de Manuel Jabois Nos vemos en esta vida o en la otra. En el guión destaca la participación del cineasta turolense Guillermo Chapa. La historia de Gabriel Montoya Vidal, alias Baby, quien con 16 años fue el primer condenado por los atentados del 11 de marzo de 2004.
-¿Un documental reciente que todavía le remueve e invita a reflexionar?
-Mediterráneo (Marcel Barrera, 2021). Drama basado en hechos reales. Relato emocionante sobre el trabajo de la ONG Open Arms. La cruda realidad de la emigración.
-¿Y un libro sobre el audiovisual? El cine también se lee...
-Cine o sardina de Guillermo Cabrera Infante (Alfaguara, 1997). “En mi pueblo, cuando éramos niños, mi madre nos preguntaba a mi hermano y a mí si preferíamos ir al cine o comer con una frase festiva: ‘¿Cine o sardina?’. Nunca escogimos la sardina” (Cabrera Infante).
-Para finalizar, ¿un deseo para la Asociación de Informadores?
-Muchos éxitos individuales y colectivos en todas las actividades de su competencia, y un futuro de cine.