Pablo Cester, voz, guitarrista y único miembro mayor de edad de la banda bajoaragonesa de Punk Kalumnia: “Queda poca gente joven que haga música en el mundo rural”

Pablo Cester (voz y guitarra), Julieta Cebrián (guitarra), Héctor Pardo (bajo), Mateu Rins (guitarra) y Daniel Viñuales (batería) son Kalumnia, la banda que se formó en Valdealgorfa en 2022 y que solo dos años después ya tiene publicaron un disco, Buscando sueños, que se pagaron con un crowdfunding. Héctor y Mateu cursan Bachillerato, Daniel y Julieta ESO y el único mayor de edad es Pablo Cester, que este año vive en Teruel donde estudia el grado de Mantenimiento aeromecánico de aviones con motor de turbina.

Comenzó a hablarse de ellos en serio en noviembre de 2023 al ser semifinalistas del concurso PopyRock de Zaragoza, donde ganaron el Premio Especial a la Mejor Propuesta Joven. Llamaba la atención que con su edad se dedicaran al punk y les sobrara fuerza y madurez sobre el escenario.

Pero hace tiempo que dejaron de ser la anécdota divertida del punk turolense. De la mano de Alternativa Management han grabado su primer disco y han ofrecido 19 conciertos en 2024, la mayoría en la provincia de Teruel pero también en puntos de Zaragoza. El 15 de febrero debutarán en la capital turolense con un concierto en la Sala 101 junto a los Azero, una de sus grandes referencias, y con quienes ya han tocado en varias ocasiones. El Rock de Pueblo que nació en La Codoñera hace 25 años tiene herederos y mecha, al menos, para otros 25.

-El disco ya lleva cuatro meses en el mercado... ¿cómo está funcionando?

-Yo creo que bien. Cuando salió tuvimos un pelotazo de oyentes que no esperábamos, y ahora se mantiene con unas mil escuchas. Creo que está bien, y la gente que lo escucha con detenimiento nos felicita.

-Se grabó en los estudios Ovni de Asturias, con el que trabaja Alternativa Management... ¿cómo recuerda esa experiencia?

-Muy chula. Yo ya llevaba las pistas de base, voz y guitarra, grabadas con claqueta en casa para ahorrar tiempo. Son las que escucha el batería y el bajista para grabar su instrumento, y las llevé porque si tienes que grabar la claqueta en el estudio te cargas una mañana. Y menos mal, porque si no grabamos el disco.

-¿Y eso?

-Porque terminamos pelados de tiempo. Al final éramos cinco personas jóvenes, que no habían entrado en un estudio en su vida, y en cinco días teníamos que grabar un disco de ocho canciones. Eso un grupo profesional te lo hace en día y medio, pero a nosotros se nos atascó al principio alguna canción. Conseguimos hacerlo, pero hasta el último momento de estar en el estudio estuvimos grabando los coros. Y eso que teníamos los temas muy masticados porque los hemos hecho muchas veces tocando en directo.

-El productor, Pablo Martínez, no os sugirió que cambiarais ‘No es el puto día’? Con lo mojigato que es Spotify con los tacos...

-¡Sí, sale la E! (una especie de dos rombos que advierten del contenido poco apropiado). Pero también nos sale en Sucia sociedad. No sé, poca pena... el que quiera que la escuche y el que no pues no. El productor no nos dijo nada, quitamos algún taco que sobraba, pusimos alguno que no estaba antes y ya está.

-La experiencia de tocar en directo o ensayar en el local no tiene nada que ver con grabar en un estudio con los auriculares puestos, ¿verdad?

-En absoluto. Pero he visto que muchos grupos tocan igual en directo, con cascos y claqueta. Están todo el rato oyendo el clic, clac, clac, clac para no irse de tiempo, pero no puedes repetir un estribillo ni hacer nada porque se te acaba. Pero eso no sirve con nosotros, a un batería de quince años no puedes decirle que toque a claqueta, de principio a fin, aprendiéndose de memoria todos los fills. En directo creo que es mejor salir y empezar a tocar sin saber muy bien que ocurrirá a lo largo de la canción. Pero para grabar está bien hacerlo con claqueta y por pistas, porque todos a la vez es más fácil que alguno se vaya y luego tienes el recurso creativo de añadir más voces y más capas.

-Hay quien opina que el disco no debe reproducir cosas que el grupo no pueda hacer en directo, y quien opina que son dos conceptos distintos y hay que aprovechar las posibilidades creativas que te ofrece la producción...

-En realidad ambas cosas son ciertas. Esta guay poder tocar el disco en directo, pero también está guay que un grupo te sorprenda en directo ofreciéndote algo que no está en el disco. Kalumnia por ejemplo en el disco suena menos contundente, con amplis con menor ganancia, pero luego en directo metemos una caña muy potente. Y en el disco solo hay un par de arreglos de guitarra que no metamos, pero no porque no sepamos hacerlos sino porque nos faltan guitarras, y eso que somos tres. Buscando sueños dura cinco minutos pero para grabar hicimos una versión más corta de tres y medio, pero en vivo seguimos haciendo la larga en la que se interactúa con el público... En realidad sí son dos cosas distintas.

-Hablando de directos, el fin de semana pasado tocasteis en Logroño.

-Fue genial. Era el concurso Guerra de Bandas del Actual Festival de Logroño. Nos seleccionaron a diez grupos de 130, hicimos un concierto de 15 minutos cada uno y pasamos a la final con Exuvia, Twin Forest y Capros. Entonces había que hacer otro concierto de 30 minutos, y como pensábamos que no íbamos a pasar no lo llevábamos preparado. Eran grupos buenísimos, nosotros nos mirábamos y decíamos: “¿pero qué hacemos aquí?”. El caso es que pasarte de tiempo o no llegar penalizaba mucho, y de hecho un grupo no pasó a la final por eso, así que al día siguiente por la mañana, en el desayuno, ensayamos desenchufados para clavar un concierto de 30 minutos. Yo ese día toqué con un cronómetro y le hacía señas a Dani. Se nos quedaba corto, me inventé una presentación y conseguimos clavarlo en 29 minutos y medio. No ganamos la final pero fue muy divertido, aunque algo estresante, y la organización nos trató genial.

-¿Quién compone la música en Kalumnia?

-Normalmente yo compongo la música y a Héctor se le dan mejor las letras, pero luego entre todos hacemos los arreglos y cambiamos frases que no cuadran. Ese proceso común es el que nos gusta, no que llegue uno y diga: “esto es lo que hay que tocar”.

-¿De qué os gusta hablar en sus canciones?

-Una de nuestras ideas principales es defender el medio rural, como la mayor parte de las bandas que estamos por la zona. Y la música en ese medio rural. Hace 25 años cuando empezaron los Azero dabas una patada a una piedra y te salían diez grupos en cada pueblo. Ahora no. Quedan los Azero, Última Sentencia, Punkarras, Isabel Marco, Siixs y no mucho más, pero no hay gente joven que haga música, y es una pena que eso se pierda.

-Pero eso tiene que ver con los gustos musicales, y esos siempre han evolucionado...

-Hay que aceptar que la música cambia y no podemos estar todo el día diciendo que todo es culpa del puto reguetón, porque al final la gente hace lo que le gusta. A nosotros nos gusta el rock, pero que cada uno haga lo que quiera. Lo que pasa es que en los años 90 el rock and roll lo escuchabas todo el tiempo, y ahora las cosas que suenan y que influencian a la gente son otras.

-¿Qué música escucháis?

-Dani escucha de todo, absolutamente de todo. Julieta y Héctor son más del rollo rock y punk, pero yo por ejemplo también escucho bastante música de otros estilos...

-¿Kalumnia tiene una línea clara de la que no moverse?

-Bueno, no descartamos meter cosas nuevas. A veces Héctor propone meter una parte de ska en alguna canción, o un breakdown chulo... y si el tema mola pues adelante.

-¿Sois autodidactas o tenéis formación musical?

-Con la guitarra soy autodidacta pero he ido toda mi vida a la Escuela de Música y he estudiado en el Conservatorio, y eso me da cierta base en armonía y eso. Mateu cogió la guitarra y ya está, Julieta va a clases de guitarra y Héctor me pidió que le enseñara a tocar el bajo. Dani iba a la Escuela de Música con la batería, y llegó un momento que lo iba a dejar porque ya no le molaba. Pero entonces llegamos nosotros y se volvió a enganchar.

-Vuestro repertorio se completa con versiones de bandas españolas de punk y rock...

-Sí, en total tenemos 24 canciones... bueno, 26, porque hemos hecho otras dos, Tu disfraz de Desakato y Loco de Segismundo Toxicómano.

-¿Qué priorizais a la hora de sacar versiones?

-Lo que nos apetece y nos gusta en cada momento, siempre que sea viable. Hay algunas que ya tenemos aborrecidas, como Otra noche (Kaótiko) o Historia triste (Eskorbuto), pero no podemos quitarlas porque al público le encantan. Preso 2023, la versión 2.0 de Kaótico también gusta mucho y tiene una parte en la que el público canta... Yo creo que lo mejor es saber combinar bien en directo los subidones con las bajadas. Hasta la raíz es una canción que te da un bajó que flipas, pero si después metes Cualquier día de Piperrak vuelves a liarla.

-Este año habéis hecho cerca de 20 conciertos... ¿cómo lo habéis llevado?

-Sí, al final han sido 19, creo... Pues lo hemos llevado bien, y sorprendentemente nuestros padres también. Ellos se esfuerzan mucho, porque yo soy el único que tiene más de 18 años y puede coger el coche, así que sin ellos no podríamos tocar. Y luego ¿quién vende las camisetas? ¿quién vende los discos? ¿quién ayuda a montar, desmontar, cargar, descargar...? Realmente nuestros padres son los que han sufrido nuestra agenda, y somos conscientes de que les hemos robado las vacaciones. Pero tenemos la suerte de que a todos nuestros padres les gusta el rollo del rock. En el concurso de Festival Actual de Logroño todo el mundo nos decía que tenemos mucha suerte de tener a nuestros padres.

-¿Se hace difícil ensayar regularmente?

-Yo vivo en Teruel pero procuro ir al pueblo todos los fines de semana. Dani y Héctor viven allí, Julieta en Monroyo está a un cuarto de hora, y el que más difícil lo tiene es Mateu, que vive en Tarragona. Muchas veces le enviamos vídeos para que ensaye cosas por su cuenta, y luego cuando viene lo ponemos en común. Por ejemplo este finde no vendrá, pero sí en San Antón. Y aunque querrán salir algún rato sacaremos para ensayar el directo que tenemos en Huesca el día 25, junto a Mallazo. Pero por ejemplo antes de grabar el disco sí que nos obligamos a ensayar muchísimo, de las diez de la mañana a las nueve de la noche, que nos llevábamos bocadillo y todo.

-¿Contáis con un buen local en Valdealgorfa?

-Sí. Gracias a Tere, que ha apoyado a Kalumnia desde el principio tenemos un local. Antes era una cochera con cerdos y gallinas, pero lo limpiamos bien, lo acondicionamos acústicamente y allí estamos muy bien.

-¿Dónde te ves en diez años en cuanto a la música?

-Nunca se sabe. No nos preocupa porque si algún día dejamos de tocar será por alguna razón. Pero a mí me gustaría seguir tocando, al menos haciendo conciertos de vez en cuando.

-¿Te gustaría dedicarte profesionalmente a la música?

-Dani (Sancet, el director de Alternativa Management) nos insiste mucho en que la música no nos salvará de nada, y que lo principal es seguir estudiando. Incluso en el caso de que pegáramos un pelotazo hay que tener un colchón, porque vivir de la música es muy difícil, y más aún con la música que hacemos. Personalmente a mí siempre me han gustado los aviones y me gustaría trabajar con ellos, por eso estudio el grado en Teruel. Pero cuando esté trabajando estudiaré un grado de Producción sencillamente porque me gusta.

-¿Qué planes tenéis para 2025?

-Pues de momento se presenta bastante bien, porque ya tenemos confirmados algunos conciertos, entre ellos en Teruel capital, donde tocaremos por primera vez, junto a Azero, el 15 de febrero en la Sala 101, y en Huesca el 25, junto a Mallazo.

-Ya han coincidido varias veces con Mallazo...

-Sí, en el PopyRock de Zaragoza, Valdealgorfa y Ariza. Son muy divertidos y cañeros, porque meten la charanga dentro del rock y son capaces de levantar a la última abuela que está sentada en la esquina del pabellón. En Valdealgorfa gustaron muchísimo.

-Esas fusiones poco habituales están funcionando, como Bandurrock con la bandurria o Ni Zorra! con dulzaina y vientos...

-Conozco mucha gente a la que no le mola, y a mí no me desagrada pero tampoco es algo que quiera hacer en Kalumnia. Sí que es verdad que en una canción metimos dulzainas porque es una cosa muy de Valdealgorfa. Teníamos un grupo de dulzaineros con críos que empezaban a tocar, y aunque sonara un poco a rayos y centellas decidimos que subieran al escenario a tocar con nosotros. Los vientos metales también me gustan mucho, pero personalmente en Kalumnia no los termino de ver.

-¿Cómo ha sido currar con Alternativa Management, la empresa que representa a Azero o Isabel Marco?

-Dani (Sancet) es uno más del grupo. No es alguien que te diga lo que tienes que hacer y cómo hacerlo, sino que se encarga de organizar los conciertos y se encargó de todo lo relativo a la grabación del disco. Nos fuimos a Asturias con su furgoneta, nos enseñó su pueblo y nos lo pasamos genial. Es muy agradable trabajar con él. Y para los conciertos es primordial. Antes íbamos a un festival y me enviaban mensajes, que si teníamos que hacer esto, lo otro, que si tenía que compartir un amplificador con otros tres grupos... ahora es Dani quien se encarga. Él dice “esto es Kalumnia y este es el equipo que necesita. ¿No hay equipo? Bueno, pues Kalumnia va en acústico, o no puede ir”. Es un profesional que controla, que tiene mucha experiencia y sabe negociar esas cosas. Se asegura de que todo vaya bien, de que la prueba de sonido sea como tiene que ser y de todas esas cosas... Y también nos ayuda con los diseños de las pegatinas, camisetas o una lona de escenario que queremos hacer ahora. Incluso la portada del disco es obra de Isabel Marco (cantante y pareja de Daniel Sancet).

-¿Tenéis pensado publicar alguna novedad, algún sencillo a lo largo de 2025?

-Aún no hay nada decidido, ni siquiera hablado, pero yo creo que tiraremos hacia otro disco. No creo que sea como mínimo hasta el año que viene, pero ya tenemos alguna canción nueva que no tocaremos en directo hasta que se publique.

-En eso Kalumnia también es atípico... cada vez hay más gente que publica sencillos en las plataformas y menos que saca discos físicos...

-Es que a mí me gusta tener el formato físico... Si algún día todo se va a la mierda tendremos el CD en la mano.