“Nuestra generación debe hacer un análisis de lo que pasó en la Guerra civil”
“‘Plomo y Esparto’ nació a raíz de las vivencias que a todos nos han contado nuestros padres y abuelos”José Albedo, bajo el sinónimo de Zacharias Yacub recupera uno de los episodios más crueles de la historia de España como fue la Guerra civil para explicar muchos de los problemas de nuestro presente. En Plomo y Esparto, Yacub retrata las durezas de buena parte del siglo XX y transmite el frío que sintieron los soldados, corresponsales y fotorreporteros que vivieron este conflicto. En concreto, de aquellos que estuvieron en la Batalla de Teruel. El autor rescata del olvido el importante papel que tuvo esta provincia en la batalla y describe minuciosamente los valles, montañas, campos que fueron escenario de este combate.
-¿Qué fue lo que le llevó a escribir esta novela?
-Plomo y Esparto nació a raíz de las vivencias que a todos nos han contado nuestros padres y abuelos, yo no pertenezco a la generación que vivió estos años, pero sí a la generación próxima que oyó a sus mayores hablar de este conflicto que tanto marcó sus vidas.
-¿Qué objetivo persigue con ‘Plomo y Esparto’?
-Quise hacer un análisis de este conflicto en España y más particularmente en la provincia de Teruel, concretamente en el área del Jiloca y la sierra de Albarracín. Es una novela histórica y está basada en hechos reales, en ella hay tres tipos de personajes, personajes históricos que sí existieron de verdad y tienen su papel; personajes imaginarios y luego están los que están basados en estereotipos y personajes reales pero que no tienen el mismo nombre ni están sujetos a lo que hicieron estos personajes durante su vida.
-¿Cree que Teruel debería potenciar más el recuerdo de la Guerra civil?
-Es curioso porque los turolenses no somos capaces ni de reivindicar algo tan simple como que la Guerra civil ocurrió en Teruel, fuimos la única capital que tomó la República, en esta batalla invirtieron todos los recursos, pero ni eso somos capaces de reivindicar. Creo que es una cosa de autoestima y sin autoestima nadie puede hacer nada. Todo el mundo conoce el Gernika y la Legión Condor que la bombardeó pero esta misma legión estuvo en Teruel y nadie lo tuvo en cuenta. Aquí en Teruel estuvo Hemingway, Robert Capa… y muchos otros reporteros y fotógrafos, fuimos la portada de los mejores periódicos y parece que eso ha caído en el olvido. Parece que nos de miedo decir que la batalla de Teruel fue decisiva en la Guerra civil
-Habla de su libro como un alegato contra el instinto cainita de este país, ¿todavía siguen vivas las dos Españas?
-En parte yo creo que sí. Solo hay que ver los telediarios y la acidez desde la que habla la oposición, ese regusto amargo con el que vivimos en España no se ve en ningún otro país europeo, del mundo sí, pero desde luego en Europa, no.
-¿A qué cree que se debe este sentimiento?
-Esto es una consecuencia histórica, la lucha civil ha sido una constante en nuestro país. Si echamos la vista atrás, en la península Ibérica, entre los árabes y cristianos también hubo una guerra civil continua. Y no solo esto, sino que parte del retraso del siglo XIX es consecuencia de la pérdida de modernidad en España, no fuimos capaces de subirnos al carro la Ilustración. Esto trajo consecuencias severas, no solo perdimos las colonias de América, sino que en España estábamos sumidos en una lucha entre nosotros continua. La Guerra civil española se podría estudiar como la cuarta guerra carlista, solo que el combate de 1936 tuvo componentes con más fuerza y también se luchaban por las ideologías que habían surgido en Europa como el comunismo, el anarquismo… pero en esencia, la Guerra civil es la continuación de este enfrentamiento secular entre españoles. Por eso mismo digo que parece que tengamos marcados el estigma de Caín.
-¿Cuánto cree que ha perdido este país por habernos peleado tanto entre nosotros?
-Perdimos influencia en el marco internacional, fuimos un país que pasó de ser la primera potencia al hazmerreír del concepto de las naciones. En España, la industria y la modernidad fueron muy tardías y esto también causó a su vez que perdiéramos el reparto de los espacios económicos del mundo. Y esto que pasó en España, en Teruel todavía más, los turolenses hemos sido los acomplejados en un país acomplejado.
-¿Cree que la lectura de su libro puede ser la semilla que incite a la gente a indagar sobre la Guerra civil y los maquis en este territorio?
-Bueno, esto no es un ensayo histórico así que igual la semilla para investigar más no es. Yo me he centrado en construir una novela histórica, he querido hacer un libro atractivo e interesante para el lector, no un ensayo que siga paso a paso todos los capítulos de la Guerra civil detalladamente. Eso no quiere decir que esta obra no sea fiel a la realidad, porque en ella sí que la gente encontrará un contexto histórico y además tiene mucho componente local de todas las vivencias que descubrí y que a mí me marcaron.
-Hay quien piensa que no es bueno repensar la guerra civil, ya que al hacerlo se reabren viejas heridas. ¿Está de acuerdo?
-No, de hecho creo que es necesario repensar nuestra historia. Quizás nuestros padres y abuelos que vivieron este conflicto tan cruel sí que pensaban eso pero creo que nuestra generación sí debe hacer un análisis de lo que pasó y aportar una visión crítica.
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