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'Nos vemos en la otra vida' 'Nos vemos en la otra vida'

'Nos vemos en la otra vida'

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José Baldó

Todos tenemos presentes en la memoria las horas de terror e incertidumbre que vivimos frente a los televisores aquel fatídico 11 de marzo de 2004. Una fecha terrible que alude a uno de los episodios más trágicos de nuestra historia reciente, el atentado terrorista perpetrado en Madrid que acabó con la vida de 192 personas.

Veinte años después, la ficción española se atreve a abordar la génesis de la mayor masacre yihadista en suelo europeo tomando como referencia el punto de vista de los dos ciudadanos asturianos implicados en la trama. Nos vemos en otra vida (Disney+) está basada en la novela que el periodista Manuel Jabois publicó en 2016 a partir de las entrevistas mantenidas con Gabriel Montoya Vidal, Baby, el primer condenado por los crímenes del 11 M. La miniserie se centra en el relato personal de Gabriel, quien junto a José Emilio Suárez Trashorras, participó en el traslado de los explosivos detonados en el atentado de Madrid.

Un thriller honesto

La voz en off de Baby nos acompaña a lo largo de la serie. En la escena inicial, el joven exhibe un carácter frío que deja helado al espectador: no muestra arrepentimiento por lo que hizo. Minutos después, le vemos salir a la calle y ser detenido por la policía. Es junio de 2004, Gabriel es tan solo un adolescente de 16 años que en pocos meses ha pasado de tener una vida marginal (padre en la cárcel, drogas, delincuencia callejera) a convertirse en uno de los imputados por el acto terrorista.

Los hermanos Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo, creadores de Crematorio y La zona, son los responsables de Nos vemos en otra vida. Aquí han querido mostrar la realidad de los hechos sin paños calientes ni blanqueamientos. Aunque la narración se presente a través de los ojos de un adolescente, la serie no pretende disculpar al personaje ni restar importancia a su implicación en el crimen, sino dar a conocer la cadena de acontecimientos que derivaron en el fatal desenlace.

El espectador es testigo privilegiado de la relación entre las dos figuras centrales de la historia. La vida de Gabriel da un giro de 180 grados cuando su destino se cruza con el de Trashorras. La amistad que surge entre ambos está marcada por la fascinación de este chaval de barrio ante la presencia de un adulto que no parece tener miedo a nada ni a nadie.

El debutante Roberto Gutiérrez y el actor Quim Ávila se ocupan de dar vida a Gabriel Montoya en dos etapas diferentes del personaje. Junto a ellos, el plato estrella de la serie es comprobar cómo Pol López se mete en la piel de un Trashorras insuperable. Por momentos, el catalán recuerda al Joe Pesci de la obra maestra scorsesiana, Uno de los nuestros; un personaje impredecible y excesivo, capaz de propinar una brutal paliza a un pobre repartidor de pollos asados y, en la siguiente escena, devorar una mariscada sin perder la sonrisa.

Nos vemos en otra vida es, además de un thriller vibrante y adictivo, un ejercicio de memoria histórica que pretende honrar a las víctimas sin caer en el sensacionalismo ni la exhibición gráfica de la masacre. Con todo, es un documento impagable construido a partir de los testimonios directos de los supervivientes y los familiares de los fallecidos, así como del sumario del macrojuicio que tuvo lugar en 2007.

Por si no fuera suficiente, sepan que la serie cuenta con denominación de origen turolense. La participación de nuestro paisano Guillermo Chapa como guionista supone una prueba más del enorme talento de un cineasta destinado a darnos muchas alegrías en el futuro.

Nos vemos en otra vida conmemora el 20 aniversario de la gran herida nacional del siglo XXI, una que todavía no ha cicatrizado y que no merece caer en el olvido.