Mariano Calvé: “La cerámica es un soporte artístico de primera línea”

Aunque Mariano Calvé (Teruel, 1953) reside desde hace años en Madrid, mantiene viva su conexión con su Teruel natal, ciudad a la que debe, como poco, su vinculación a la cerámica que ha hecho de él uno de los creadores contemporáneos con más proyección nacional e internacional de la provincia.

Junto con las tres ganadores de Cerco 2021 y entre las cerca de treinta piezas seleccionadas en ese certamen que se exponen en el Museo Provincial hasta el 8 de mayo, una de las destacadas es Contra-Equilibrio, creada en 2020 y formada por Mariano Calvé. Forma parte de una extensa serie titulada Vacío que próximamente se expondrá, también en Teruel, en una muestra organizada por Fundación Térvalis que vendrá a sustituir a la que tuvo que aplazarse poco después de ser inaugurada en la capital en marzo de 2020, pocos días antes del estallido de la pandemia y el confinamiento.

En términos conceptuales Vacío y por tanto Contra-Equilibrio se mueve en el campo de la reivindicación que de un modo u otro casi siempre ha estado ligada a la obra de Calvé. El turolense denuncia el equilibrio precario en el que se desarrolla el mundo y la vida. El eje descentrado de metacrilato que une las dos superficies de gres de la pieza apelan a la pérdida de la estabilidad en todos los sentidos. “En un primer momento me preocupaba sobre todo los efectos sobre el clima que tiene la intervención humana, porque el cambio climático está rompiendo el equilibrio en muchos ámbitos”, explica Calvé. Pero en una reflexión posterior el artista advierte que todo parece caminar hacia el caos. “Primero fue la pandemia y ahora la guerra que tenemos en Europa. Y aunque es cierto que es solo una de las muchas guerras que hay en marcha, tiene gran importancia porque la alimentación de muchos países africanos depende del cereal que se cultiva en Ucrania y Rusia, y son precisamente los más pobres”, asegura.

Mariano Calvé asegura que su discurso “no es pesimista”, porque “reflexionar sobre la deriva que estamos tomando es lo que te pone las pilas para seguir trabajando y buscar las soluciones que tú puedes aportar”. Incluso la pandemia y las restricciones a la actividad han sido “enriquecedores” por el tiempo del que ha dispuesto para pensar y estudiar, pese a que admite que “para muchos compañeros ha sido una losa insuperable”. Susana Martín, presidenta de los artesanos de Aragón y una de las promotoras de Cerco, asegura que es inevitable que la covid-19 esté impresa en la mayor parte de piezas que se presentaron este año al concurso, de una manera u otra. “Es imposible que no se refleje en tu obra la soledad con la que hemos trabajado. Nos hemos relacionado poco y nos hemos metido en una especie de tristeza colectiva, que tiene su traslación no solo en el arte plástico, sino también en el teatro o la literatura. Precisamente me presenté a Cerco 2021 para darme una alegría y compensar las que nos estábamos perdiendo”.

Lo peor es que “estamos saliendo de esta con la sensación de que acaba una desgracia para que comiencen otras”, afirma Mariano Calvé, para quien los graves problemas globales tienen cada vez más implicación en la vida privada de todas las personas, y en ese sentido “cada vez es más difícil de controlar y mantener en orden nuestra propia vida”.

Esa falta de orden es lo que sugiere Contra-Equilibrio, una armonía quebrada que provoca que las disonancias vayan en aumento, creada a base de gres cocida a 1.300 grados, engobe de porcelana, óxidos y esmaltes. “Una falta de estabilidad que se refleja en nuestra sociedad, con un estado de ánimo muy variable y falta de confianza en uno mismo”.

Un lenguaje pleno

Mariano Calvé comenzó su formación como ceramista en la Escuela de Arte de Teruel, donde ha sido profesor entre otros centros por toda España, y aunque a trabajado sobre otros soportes, en combinación o no con el barro, afirma que éste es su terreno natural, y que más allá de su función utilitarista y artesanal, la cerámica es un soporte y una técnica de las bellas artes de forma plena desde hace muchos años. Para Calvé no es la materia final sino la inmateria inicial lo que define el arte. “Cuando afrontas un proyecto artístico tienes que reflexionar muy bien y tener muy claro el concepto sobre el que quieres trabajar. Si no lo haces así no te van a salir piezas interesantes”. Pero si el proceso es el correcto, Calvé afirma que “la cerámica es un soporte artístico como otro cualquiera”, a la altura de la pintura, la escultura o cualquier otro.

Mariano Calvé no encuentra agravios comparativos y afirma que “desde hace mucho tiempo se valora la cerámica en su justa medida como elemento artístico, aunque quizá de mayor modo en Asia”. Otra cosa es que el arte contemporáneo cuente con un público específico que es al que el artista se dirige, “pero que también sucede en la literatura o el teatro, por ejemplo”, o de que en España en ocasiones esté supeditada a otras artes más populares, al punto de que “en ocasiones la cerámica alcanza más repercusión cuando la realiza alguien que ya cultivaba otro tipo de disciplina”.

En cuanto a la selección de Cerco 2021, Mariano Calvé tuvo ocasión de verla expuesta en Zaragoza aunque su intención es visitar el Museo Provincial de Teruel para tener ocasión de visitar la muestra de nuevo. Su valoración es muy positiva, y aunque “como puedes ver las 29 piezas seleccionadas y no las 298 que se presentaron no sé si es una selección acertada sobre el total, pero lo que yo he visto me parece que es una buena representación de lo que se está realizando ahora mismo en todo el mundo en cuento a la cerámica contemporánea”.

Un autor de proyección nacional e internacional

Mariano Calvé Visa estudió en la Escuela de Arte de Teruel graduándose en las especialidades de cerámica y de esmalte sobre metal. Residió en Nueva York, donde trabajó y estudió Arquitectura Mural, Serigrafía y Grabado en la Parsons School of Design. A lo largo de su carrera ha impartido clase en la Escuela de Arte de Teruel y en la Escuela de Arte La Palma de Madrid como Jefe de Departamento de Desarrollo y Promoción Artística.

Ha dado clases de cerámica, especialidad de volumen, y esmaltes. Ha formado parte del proyecto La cerámica en la arquitectura con Nino Caruso y Emidio Galasi y ha trabajado con arquitectos como los italianos Luciano Grasso, Stefano Libanati y Marco Traverso en el proyecto para una iglesia de Milán. Residió en Indonesia, trabajando en un proyecto educativo para el Ministerio de Educación y Cultura de ese país, y ha diseñado espacios para la Exposición Universal en Aichi (Japón) y la Feria Internacional de Literatura en Guadalajara (México) para Vivendi Producciones. Actualmente reside en Madrid.