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‘Epílogo a la siesta de un fauno’, o el retorno de la luz y el apego a la vida ‘Epílogo a la siesta de un fauno’, o el retorno de la luz y el apego a la vida
Imagen de la inauguración de la nueva exposición temporal del Museo de Teruel, durante la tarde de ayer. M. A.

‘Epílogo a la siesta de un fauno’, o el retorno de la luz y el apego a la vida

El Museo de Teruel hace un guiño a la regeneración con una colectiva procedente de sus fondos
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El poeta francés Stéphane Mallarmé (1842-1898), clave en el posterior desarrollo de las vanguardias artísticas, pasó de sentirse cadáver, de la desesperanza más absoluta, a la alegría y el apego por la vida después de contemplar un cuadro en Londres, Pan y las ninfas (1759), de François Boucher. Plasmó ese cambio de ánimo en su obra más conocida, La siesta de un fauno, considerado una de las genialidades del simbolismo francés y, al mismo tiempo, metáfora del regreso de la luz y del renacimiento a la vida.

Debussy inventó el género del poema sinfónico con un Preludio a la siesta de un fauno, y ahora se cierra el círculo con su prólogo, la exposición inaugurada ayer en el Museo Provincial de Teruel y que podrá visitarse hasta el próximo 18 de junio.

Epílogo a la siesta de un fauno recoge una selección de la extensa colección de arte contemporáneo que atesora el museo turolense, la mayor parte de la cual procede de obras realizadas por los artistas premiados con la Beca de Artes Plásticas que Endesa y la Diputación Provincial de Teruel convocaron entre 1989 y 2013. En total son doce artistas los que participan con 62 obras, entre pintura, fotografía, instalación, escultura o videoarte, escogidas y reunidas por los comisarios María Gracia de Pedro y Jorge Postigo de la Nogal.

 

Una obra de la exposición

La exposición se abrió ayer coincidiendo con el Día Internacional de los Museos porque entronca con su filosofía, que en esta edición es la de recuperar, reimaginar y reinventar estas instituciones tras la crisis sanitaria, pero también social, económica y cultural que está provocando la pandemia. En dos sentidos; el primero el de “evitar una lectura muy fácil de hacer, que tiene que vivir con los tiempos que vivimos y que es negativa y pesimista, y darle la vuelta recuperando la importancia del pensamiento utópico, de la esperanza y del pensamiento positivo que plasmó Mallarmé en su poema”, según explicó ayer Postigo durante la inauguración. Y el segundo, el de revisitar y reinterpretar la colección de arte contemporáneo del Museo de Teruel, que más allá de las exposiciones temporales en las que han participado algunas de sus piezas, por imperativo físico permanece escondida en sus almacenes hasta que pueda trasladarse a las nuevas salas una vez culmine la ampliación de sus dependencias, en curso.

“Encargamos a los comisarios la tarea de revisitar esta colección para reinterpretarla desde la óptica de dos personas jóvenes, y les dimos carta libre para construir la muestra”, explicó Jaime Vicente Redón, director del Museo Provincial de Teruel. “Podían hacer la narración que quisieran con las obras que seleccionaran. Y el resultado ha sido muy bueno, con un discurso homogéneo e intencionado, más allá de una mera selección de piezas por autores, años o técnicas”.

Las obras que pueden verse expuestas pertenecen a Javier Pagola, Andrea Canepa, Carlos Pazos, Herminio Molero, Anotni Abad, Domènec, Lara Almarcegui, Sergio Belinchón, Santiago Mayo, Teresa Moro, Teresa Lanceta y Fernando Sánchez Castillo, con obra realizada entre 1989 y 2015 en el curso de las Becas de Artes Plásticas que terminaron desapareciendo con el azote de la crisis.

 

Detalle de ‘Tejido abstracción’ (2000), de Teresa Lanceta

Postigo, que es egresado en Historia del Arte por la UCM, con formación posterior en Argentina o Italia y que ejerció de comisario de Paisajes Especulativos, del turolense Fernando Romero, cuando expuso en el Museo de Teruel a finales de marzo de 2019, explicó que la selección de obras que forma la exposición Epílogo a la siesta de un fauno pretende recrear desde las artes plásticas, igual que Debussy lo hizo en la música o Nijinski en la danza, esa “epifanía que experimentó Mallarmé” y que volvió a congraciarle con la vida. “Hemos querido reconstruir ese momento de la siesta desde la contemporaneidad, y sobre todo de su parte final, del epílogo, que es el instante que marca el cambio positivo, el cambio a mejor. Ese es el objetivo que tienen que perseguir los museos, iluminar y dar luz a las sociedades en las que vamos a vivir tras la pandemia. Ofrecer todas las posibilidades de pensamiento y actuación que se nos abren después de este punto de inflexión”.

Por su parte María Gracia, egresada en Bellas Artes por el campus de Teruel y especializada en comisariado de exposiciones y gestión de salas de arte, aseguró que “ha sido un honor descubrir y acercarnos a la gran colección de arte contemporáneo del Museo de Teruel”, que su compañero Jorge Postigo definió como “a la altura, por cantidad y calidad de sus autores, de la que pueda tener cualquier otra institución”.

Gracia describió la dificultad que ha supuesto realizar una selección de obras reunidas bajo el mismo discurso narrativo. “Muchas de las obras pertenecen a artistas muy reconocidos ya, pero otras generaba muchas dudas porque estamos hablando de piezas entre 1989 y 2013, algunos de generaciones bastante lejanas a nosotros”. Esa fusión es parte del atractivo “del diálogo que mantienen las obras dentro de las salas”.

María Gracia también aclaró que junto a las piezas se exponen también algunos de los textos que generaron en su día por parte de críticos o comisarios.

Apoyo a la actividad cultural

Manuel Rando, presidente de la Diputación Provincial de Teruel, de la que depende el Museo, aprovechó la inauguración oficial de ayer para renovar el compromiso de la administración con la institución museística, y celebró el papel de este, en su Día Internacional, como elemento de singular importancia “en la cohesión de las sociedad actuales, como medio para el intercambio cultural, el enriquecimiento de las culturas, y el el desarrollo de la comprensión mutua”.

Rando valoró positivamente la nueva política emprendida por el Museo de Teruel con respecto a su colección de arte contemporáneo, en el sentido de “seleccionar obras e insertarlas en una narración innovadora, tematizada, que recoja las preocupaciones y las formas de mirar el arte de nuevas generaciones”, y puso el acento sobre el papel que tienen las instituciones como el Museo de Teruel para apoyar el trabajo de los artistas jóvenes.

 

‘Los camareros de Saint Moritz’ (1991), de Herminio Molero

Exposición permanente

La exposición Epílogo a la siesta de un fauno es, de alguna manera, el inicio de una política en el Museo de Teruel, entidad que depende de la Diputación Provincial, destinada a dar a conocer la colección de arte contemporáneo que tiene en sus almacenes, y que finalizará cuando se termine la ampliación del museo y haya espacio suficiente para dedicar parte de sus salas a una colección permanente.

“Tras cada una de las convocatorias de las Becas de Artes Plásticas se realizaba una exposición aquí, en el museo”, explicaba ayer su director, Jaime Vicente Redón. “Se hicieron también algunas individuales, se realizó una gran colectiva en la sede de Endesa en Madrid, y a partir de ahí algunas piezas se han cedido temporalmente para alguna exposición puntual”. “Pero más allá de eso estas obras han permanecido custodiadas y conservadas en los almacenes del Museo, y ahora que la ampliación de sus instalaciones ha tomado el impulso definitivo, este es el primer paso para dar a conocer la colección y empezar a organizar actividades sobre el arte actual y contemporáneo”.

A ese respecto, Jaime Vicente Redón recordó que el Museo de Teruel “siempre ha tenido esa doble vocación de estudiar el pasado y, al mismo tiempo, conectar con los lenguajes vanguardistas y contemporáneos”. De hecho la institución museística turolense eligió ayer su propio lema para celebrar su Día Internacional: Estudiamos el pasado, construimos el futuro.

Como paso previo al desarrollo de una exposición permanente de arte contemporáneo, el director del museo anunció el inicio de una línea de exposiciones temporales que reunirán diferentes selecciones de las piezas de la colección -más de 60 autores solamente teniendo en cuenta los que disfrutaron de las Becas Endesa de Artes Plásticas- agrupadas en torno a una narrativa artística concreta.

Cuando la ampliación del Museo Provincial de Teruel esté lista para usarse, parte del espacio se empleará para exhibir esa colección contemporánea, “que tampoco será una instalación errática, sino que se harán diferentes lecturas y narrativas para agrupar las obras más allá de criterios cronológicos”.

Manuel Rando, presidente de la Diputación Provincial, consideró ayer “imprescindible” que esa ampliación del Museo se materialice en esos nuevos espacios que permitan exhibir las obras contemporáneas de la colección, “para seguir creando futuro y seguir reimaginando la sociedad”.

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