María Luisa Grau Tello: “Hay nombres turolenses sin los que no se entiende el arte aragonés del s. XX”
La conservadora andorrana del IAACC Pablo Serrano es comisaria de ‘Aragón y las artes 1957-75’, que puede verse hasta agosto de 2025La tercera y la cuarta planta del IAACCâÂÂÂÂÂÂÂÂPablo Serrano de Zaragoza acoge hasta el 31 de agosto de 2025 la exposición Aragón y las Artes 1957-1975, una gran muestra de 471 piezas de 121 artistas que sintetiza la producción aragonesa desde el nacimiento de el grupo El Paso, en 1957, hasta la muerte de Franco. Contempla pintura, dibujo, escultura, instalación, estampación, fotografía, cartel, cine, cerámica o textil, entre otras, entre obra de la colección estable del IAACC Pablo Serrano y cesiones temporales, que tratan de poner en contexto el arte creado por aragoneses dentro del contexto español y nacional. De los 121 artistas once son originarios de Teruel;âÂÂÂÂÂÂÂÂPablo Serrano, Luis Buñuel,âÂÂÂÂÂÂÂÂGonzalo Tena, Salvador Victoria, Antonio Maenza, Abel Martín, Manuel Lahoz, Teresa Jassa, Fernando Navarro y Antonio Alonso Fombuena.
La muestra que inauguró recientemente el presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, forma parte de un proyecto estratético más amplio para difundir el conocimiento del arte contemporáneo aragones. Con anterioridad a esta muestra, pudo verse Aragón y el Arte 1939-57, y después se exhibirá Aragón y el Arte 1975-1995. Para finalizar, en 2027 está previsto realizar una exposición que sintetice lo mejor y más representativo del arte aragonés de todo el periodo del siglo XX.
La andorrana María Luisa Grau Tello, conservadora del IAAC Pablo Serrano, es comisaria de todas las exposiciones que forman el proyecto, junto a Eva Alquézar y Begoña Echegoyen. La turolense explica que Aragón en las Artes tiene un triple objetivo; investigación, divulgación y reivindicación.
“Este proyecto ha sido sobre todo de investigación científica”, asegura. “Es cierto que todos estos autores están muy analizados, pero por separado”. Como ejemplo cita el grupo artístico de El Paso -colectivo madrileño fundado en 1957, acaso el más importante de la vanguardia española, en el que estuvieron Antonio Saura o Pablo Serrano junto a otros-, el Grupo Trama -de los 70, con José Manuel Broto, Gonzalo tena o Federico Jiménez Losantos- o el Grupo Zaragoza. “Hay mucha documentación sobre estos grupos, pero faltaba una visión de conjunto que los relacionara además con otras tendencias o artistas menos conocidas, como el cine amateur de Antonio Maenza, por ejemplo, o la irrupción de la fotografía como arte de pleno derecho”.
En cuanto a la función divulgativa de la muestra, la conservadora turolense sabe mejor que nadie que “uno de los problemas del arte contemporáneo es que si el público que se enfrenta a la obra no tiene información contextual, se pierde una gran parte de la experiencia”. En ese sentido Aragón en las Artes cuenta con un importante apoyo de cartelas, textos y datos que analizan cada obra y la sitúan en su momento histórico. “Quizá puedan parecer demasiados a primera vista, pero nos parecía muy pertinente incluirla”, explica Grau Tello, que subraya que “es una exposición para conocer en varias visitas, dedicando cada día a un conjunto de obras”.
En esa pata divulgadora se suma además la actividad del departamento de Difusión del IAACC Pablo Serrano. Se realizan diferentes actividades y un programa de visitas gratuitas que comienza en enero y se prolongará hasta el final de la muestra, en verano de 2024.
En cuanto al aspecto reivindicativo, también lo tiene Aragón en las Artes. Es inevitable que el núcleo central de la muestra lo formen algunos de los nombres insoslayables de la época de la renovación del arte, la abstracción, el informalismo, o la nueva revolución que se dio en las postrimerías del franquismo. Pero junto a ellos “hemos ampliado el discurso expositivo a otras manifestaciones artísticas que no han tenido un reconocimiento rotundo hasta ahora”, destaca María Luisa Grau Tello. “Estamos hablando de la cerámica, por ejemplo, que siempre se han considerado algo menos, más parecido a la artesanía que al arte, pero que en aquellos años tuvo un gran boom, o la fotografía considerada ya un arte de pleno derecho, o incluso el cine más allá de los grandes nombres como Buñuel, Saura o Forqué, con ese cine amateur y experimental que hicieron Sánchez Millán o el turolense José Antonio Maenza”.
También se reivindica el fenómeno que se dio para acercar el arte al ciudadano, y que en su día fue bien revolucionario, “como las acciones de pintura mural que se hacía en la calle, exposiciones al aire libre que, en muchos casos, pedían mejoras para los vecindarios, y que utilizaban el arte como vehículo de expresión al tiempo que lo hacían más popular”. “Maite Ubide, Julia Dorado, o galeristas como Mari Cortés con Prisma, Carmen Berdusán o Pilar Delgado, la esposa de Alfonso Zapater, tuvierno mucho que ver con la democratización del arte”.
La muestra también reivindica el papel del arte creado por aragoneses en un contexto de gran importancia en España y sobre todo en Europa, con la explosión del informalismo, la abstracción y los nuevos lenguajes. Sin embargo “en Aragón no podemos hablar de que hubiera tendencias o características particulares o diferentes a las del resto de España en ese momento”, admite Grau Tello. “Y aunque es verdad que hubo nombres aragoneses en los grandes grupos artísticos de referencia de España o del resto de Europa, como Pablo Serrano, Antonio y Carlos Saura manuel Viola, Luis Buñuel, José María Forqué o Salvador Victoria, también es cierto que para desarrollar su carrera tuvieron que salir de Aragón visitar los grandes centros de producción artística, como Madrid o París”.
Tampoco puede decirse que ese periodo artistico, entre 1957 y 1975, estuviera fuertemente determinado en España y a diferencia del resto del mundo por el franquismo, que sí determinó otros aspectos. “El informalismo planteó una renovación artística por influencia de las corrientes de la abstracción que venían de Francia y EE UU” -En aquellos años España había abandonado la autoarquía y se abría tímidamente-. “El arte no era políticamente subversivo y de hecho el régimen lo asumió como un lenguaje oficial. Más allá de que se dieran casos de censura en el cine o hubiera que pedir permisos para hacer una intervención en la calle, el franquismo no determinó en exceso la producción artística”.
La presencia de nombres turolenses en la exposición es relativamente reducida por motivos obvios. “Por población la producción fue mucho mayor en Zaragoza”, explica la comisaria andorrana. “Sin embargo hay nombres de referencia sin los cuales no se entiende este periodo. Hablamos del gran Pablo Serrano, de Buñuel, sin el que no se entiende el cine internacional, pero también de Gonzalo Tena, José Antonio Maenza, Salvador Victoria, Abel Martín, Manuel Lahoz... Y aunque no se refiere propiamente a él, también tiene cabida en la muestra Andalán como producto artístico y cultural, revista a la que está indisolublemente unido el nombre de Eloy Fernández Clemente. Son grandes nombres, y aunque es cierto que no pudieron desarrollar su obra desde Teruel, su vínculo a esa tierra es evidente”.
Once nombres turolenses que forman parte de la historia del arte aragonés
Entre las piezas creadas por artistas turolenses que pueden verse en el IAACCâÂÂÂÂÂÂÂÂPablo Serrano hasta agosto de 2025, en Aragón en las Artes (1957-1975) pueden encontrarse piezas de once creadores. Destaca Bóveda para el hombre, una de las esculturas que forman parte de la célebre serie de Pablo Serrano, aunque no es una de las que estuvo en la Bienal de Venecia de 1962. Gonzalo Tena aporta una pintura titulada Pintura, cedida por el Reina Sofía y que formó parte de la exposición de la Galería Atenas de Zaragoza de 1974, durante la eclosión del grupo Trama. En el caso del cineasta Luis Buñuel se exponen recortes y un fragmento de Viridiana. En el caso de Salvador Victoria se expone Díptico, obra realizada en 1959 durante su etapa parisina. De José Antonio Maenza, el cineasta maldito, está la referencia de El lobby contra el cordero, mientras que de Manuel Lahoz, natural de Oliete, se expone un aguafuerte cedido por el Museo Provincial de Teruel titulado Los tambores de Calanda. Abel Martín fue uno de los grabadores más importantes de España donde contribuyó decisivamente en la introducción de la serigrafía. Nacido en Mosqueruela, la mayor parte de su trabajo consistió en imprimir obra de otros autores -entre ellos Salvador Victoria-, aunque también tiene piezas propias, como la carpeta Metempsicosis, que puede verse en el IAACCâÂÂÂÂÂÂÂÂPablo Serrano.
Otras referencias turolenses en la exposición comisariada por la andorrana María Luisa Grau se encuentran en Andalán, la revista cultural que fundó Eloy Fernández Clemente, el escultor también andorrano Fernando Navarro, que expone dos obras, entre ellas Taza de Chocolate. Por parte de la ceramista de Calaceite Teresa Jassa se expone la escultura móvil Geocubos y por poarte de Antonio Alonso Fombuena, pintor nacido en Villarquemado en 1949, puede verse Concepto A-A.
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