‘Lo vivo’, o cómo desconfiar de nuestra percepción para encontrarle sentido a todo
Gene Martín expone hasta el 16 de diciembre en el Espacio Joven de Ibercaja en ZaragozaEl proyecto artístico Lo Vivo del turolense Gene Martín (Teruel, 1988) podrá vistiarse en el Espacio Joven de Fundación Ibercaja, en Zaragoza, hasta el próximo 16 de diciembre. Se trata de una de las diez iniciativas creativas premiadas en 2023 durante la primera edición del certamen Espacio Joven Ibercaja para el Desarrollo Artístico, y que a lo largo de este año están siendo exhibidas en el espacio situado en la avenida Fernando el Católico 1-3, de Zaragoza. El horario de la sala es de lunes a viernes entre las 8.30 y las 20.30 horas y los sábados de 9 a 14 horas.
Gracias a la convocatoria fallada en diciembre de 2022 diez artistas emergentes aragoneses lograron un espacio para mostrar su obra. Entre ellos hay un turolense, el propio Gene Martín, y cinco más formados en Bellas Artes en el campus de Teruel; Rebeca Opic, Daniel Vera, Laura Esporrín, Fan Jiang y Miguel Martínez.
Lo Vivo es el resultado de un proceso de investigación que está llevando desde hace tiempo el artista turolense, relacionado con la realidad y la percepción de esta. A través de diferentes piezas Martín cuestiona lo que se ve, lo que se percibe, y su auténtica relación con el entorno. Martín parte de la premisa de la existencia de una realidad esencial que no es aprehensible desde la experiencia sensorial. “Si tú y yo mirásemos la misma cosa, y no la viéramos desde nuestra perspectiva personal, que tiene en cuenta nuestra historia, lo que nos ha ocurrido y lo que hemos leído, veríamos exactamente lo mismo”, explicaba recientemente el artista. “Pero no es así. Cada cual vemos la realidad no como es, sino como nos hemos contado que es. Por eso jamás veremos lo mismo”.
Gene Martín aporta una interesante serie de pinturas, esculturas y poemas o pequeños textos, propios o de autores como William Blake -con quien el turolense comparte la visión de la poesía y las artes visuales como una misma cosa, como trazo y color-, algunas de las cuales pudieron verse o están inspiradas en una de sus últimas exposiciones que realizó en Teruel, en el Restaurante El Método, de la que Lo vivo podría decirse heredera.
Se trata fundamentalmente de piezas de ilustración digital impresa sobre metacrilato y papel, que juegan con los dobles fondos, las dimensiones y los espejos. Los volúmenes están creados en impresión 3D con plástico biodegradable a base de fécula de patata y almidón de maíz, impresas en la empresa turolense TUIMP.
Martín mezcla cierto idealismo platónico -de algún modo existe una realidad esencial y objetiva, otra cosa es que podamos acceder a ella-, cierto kantismo -en el sentido de negar que los sentidos sean capaces de reconocer e identificar esa realidad esencial, al menos en su totalidad- y algo de pesimismo, ya que percibir diferentes realidades de una misma cosa suele ser fuente de enfrentamiento entre personas e ideologías, “de sufrimiento individual y de conflicto exterior”, dice Martín.
El discurso artístico del turolense también hace referencia a la No Dualidad, corriente mística y filosófica inspirada en el pensamiento oriental que niega la existencia de una realidad dual, en el sentido de que el Yo no está separado de El Todo, como habitualmente nos sugieren nuestros sentidos. Gene Martín cita en el cartel de la muestra a uno de los autores no dualistas, Robert Adams, que sintetiza la idea: "Existe una vida absolutamente maravillosa, preciosa, llena de alegría, pero que está más allá de los sentidos, del intelecto, de los conceptos. Esa es vuestra verdadera vida”.
Por ello Gene Martín trata de enfrentar al espectador a piezas que apelan a realidades cuya percepción confusa o ambivalente hace consciente esa presunta incapacidad de nuestra percepción para constituirse como fuente única de acceso al conocimiento. Se trata de hacer una invitación a no confiar por completo en la propia percepción y en reflexionar sobre la existencia de realidades diferentes de las que nuestro bagaje cultural nos informa. Lo cual no deja de ser un encomiable ejercicio de empatía a través del arte.
Teleología
El proceso artístico para Martín es teleológico: Dado que la mezcla de la percepción de nuestros sentidos y nuestro background intelectual y experiencial no solo es incapaz de comprender la esencia de la realidad, sino que frecuentemente la confunde -al menos a juicio del turolense-, debe de haber -posibilidad- y debe haber -obligación- un camino, un mecanismo no completamente empírico que sí nos acerque a esa esencia. Para Gene Martín es la creación artística y la profunda reflexión que surge de su contemplación la que destruye los filtros y nos hace comulgar con lo absoluto, lo cierto y lo esencial, con las cosas y no con las sombras que proyectan.
¿Y que sustancia última se encuentra al final del camino? ¿Cuál es la ambicionada esencia del universo? Aquí vuelve a entrar en juego la subjetividad del artista. Para Santo Tomás era Dios, para Aristóteles la noción de potencia -el desarrollo pleno de la forma que adquiere la materia-. Para Kant era sencillamente inaccesible para el ser humano y para el maxismo, alejado de la metafísica, lo fueron las relaciones de producción y su cambio estructural revolucionario. Gene Martín propone un concepto igualmente elevado que sobrevuela permanentemente su obra: el Amor. “La exposición está cargada de luz, alegría y mucho amor”, asegura en referencia a Lo vivo. “Muy apropiada para la sala de exposiciones (de Ibercaja) que combina muy bien con el color del suelo y su aire juvenil y contemporáneo”.
Martín compara el quehacer artístico con el científico, en el sentido en que al igual que el segundo investiga la materia para luego redactar un artículo con sus conclusiones, el turolense investiga “el espíritu para expresar los resultados a través del arte”.
En ese sentido Lo vivo es la manifestación más reciente de una serie de conceptos expresivos que, en realidad, siempre han sido los mismos para Gene Martín, que admite: "No paro de trabajar al trabajar siempre sobre lo mismo, sin tratar una temática concreta. Lo vivo es una recopilación de mi trabajo durante los últimos años y mientras se expone ya estoy preparando la siguiente exposición. Siempre buscando nuevas formas de expresión más depuradlas, más sencillas y más coherentes con el momento presente que me encuentro. Todo mi trabajo es la expresión de un trabajo profundo interior”. Sin embargo hay que destacar que el arte no es para Martín contemplativo o meramente descriptivo, sino reactivo, catalizador y en cierto sentido revolucionario. Persigue sentar las bases que permitan descubrir “una nueva forma de ver, vivir y relacionarnos desde el corazón; plena, amorosa y altruista. Descubrir una nueva dimensión, necesaria para el bienestar de todos, sin abandonar nuestra experiencia humana. Descansando en la alegría de simplemente ser, como ya escribía el poeta Jorge Guillén. De basarnos en ser lo que todos somos y no en tener, hacer o ser de forma individual”.
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