La revista ‘El Chorrillo’ cumple 30 ediciones en la localidad de Cuencabuena

La revista El Chorrillo, editada y publicada anualmente por la Asociación Cultural Santa Sofía de Cuencabuena, ha lanzado recientemente su edición número 30.

Este peculiar magacín nació hace treinta años con el objetivo de recoger las actividades que se hacían durante el verano y semana cultural en la localidad de Cuencabuena, barrio de Calamocha.

“Primero empezó siendo un panfleto con unas cuatro hojas en blanco y negro, poco a poco se fue desarrollando y en el décimo aniversario se empezó a hacer en color”, asegura Juan Carlos Blasco, redactor y director de esta revista. A partir de la edición quince se fijó el modelo que hasta día de hoy ha seguido saliendo cada año.

Ni el covid pudo interrumpir la producción de esta revista anual ya que, pese a no haber actividades de las que hablar en esos años, el magacín se llenó con recuerdos del pueblo que mandaba la gente para así no perder la costumbre y mantenerla pese a las dificultades.

El equipo produce 250 revistas, que se reparten de forma gratuita por Calamocha, en las instituciones, ayuntamientos... Y también se manda un ejemplar a la Diputación Provincial de Teruel y a la Biblioteca de Teruel.

“Este año hemos llegado a doscientas y pico personas, en cada casa solemos dejar dos o tres dependiendo de las familias que estén”, afirma Blasco.

En cuanto a la estructura, casi siempre es la misma y cuenta con una sección de la asociación cultural con sus actividades, otra del pueblo donde la gente escribe cosas sobre Cuencabuena y una con textos que envía la gente voluntariamente del pueblo. Además cuenta con una página con fotos parecidas sacadas en distintos años en las que se deben encontrar las diferencias, y con una sección de Cuencabuena por el mundo, donde la gente del pueblo manda fotos con la camiseta de la localidad en distintos sitios de España y del extranjero.

Una revista que no podría salir adelante sin las subvenciones y el apoyo de toda la gente del pueblo, que año tras año se involucra para crear el mejor contenido. “Este año se han metido chavales de 16 años a ayudar en la redacción, y siempre tenemos a gente del pueblo que nos mandan artículos cada año”, comenta Juan Carlos, quien agradece a todos los colaboradores que hacen posible la producción de esta revista.