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La necrópolis de Bronchales entra en la historia de la veterinaria La necrópolis de Bronchales entra en la historia de la veterinaria
Burillo en la conferencia en la Real Academia de Ciencias Veterinarias

La necrópolis de Bronchales entra en la historia de la veterinaria

Charla sobre la ruta de trashumancia más antigua
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Francisco Burillo, profesor colaborador extraordinario de la Universidad de Zaragoza para el desarrollo del proyecto El Museo Celtibérico de Bronchales, proyecto tractor de los Montes Universales mediante el turismo cultural, impartió este lunes en la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España la conferencia Contribución de la Necrópolis Celtibérica de Bronchales a la Historia de la Veterinaria.

Los países del Sur de Europa se caracterizan por que la mayoría de los territorios son de clima árido, con las zonas húmedas en áreas montañosas. Esto ha dado lugar a que cuando se ha hecho necesario alimentar un ganado de cierto tamaño se haya tenido que desplazar a los animales desde los pastos de invierno, en llano, a los pastizales de verano, en las montañas. Si la distancia de estos recorridos es inferior a 200 kilómetros se denomina trasterminancia y si el desplazamiento es superior, trashumancia. En países como Italia y Grecia se debe hablar de trasterminancia, dada la proximidad entre los pastos de verano e invierno. Mientras que en España la mayor parte de vías pecuarias sirven para realizar trashumancia de largo recorrido, la mayoría con distancias superiores a los 350 kilómetros.

El Libro Blanco de la Trashumancia en España presenta un mapa de aridez con cinco categorías, que van desde los territorios más áridos, la mayor parte del país, a los más húmedos, sitios privilegiados para los pastos de verano, uno de ellos son los Montes Universales, que aparecen como un oasis entre amplias zonas áridas. Esta situación privilegiada explica los miles de cabeza de ganado que pastoreaban en su territorio durante la Edad Media y Moderna.

La necrópolis de Bronchales, a 1.560 metros de altitud, es el primer lugar de la Península Ibérica, y por lo tanto de los países del Sur de Europa, donde se ha demostrado, con argumentos arqueológicos, la existencia en la Antigüedad (en el siglo V a. de C.), de una trashumancia de larga distancia. Es la conclusión que proporcionan los dobles pectorales lisos aparecidos en la necrópolis, similares a los que portan dos esculturas de Porcuna (Jaén), a 484 kilómetros de distancia, y los bocados de caballo de similar tipología al hallado en Almedinilla (Córdoba) a 543 kilómetros.

El recorrido debería realizarse por la Cañada Real Conquense, camino natural seguido actualmente por la ganadería trashumante, que, milagrosamente todavía se conserva en los Montes Universales, la comarca natural más despoblada de toda Europa. El ganado de oveja merina de los Montes Universales de la familia Martínez Belenchón de Guadalaviar (1.519 m) recorre 397 km hasta Vilches (537 m) y el de reses bravas de la recién fallecida Alicia Chico atraviesa 389 km desde Frías (1.496 m) a La Carolina (594 m).

Respecto al ganado trashumante, las tijeras de esquilar aparecidas en las excavaciones de Bronchales, indican la presencia de ovejas como parte de esta cabaña. La ganadería bovina tuvo que tener un papel importante, a juzgar por la presencia de representaciones de vaca/toro en el reverso de las monedas acuñadas en época ibérica por ciudades existentes en el Alto Guadalquivir. El ganado vacuno, además de dar carne y pieles, proporcionaría los bueyes demandados para arar en territorios agrícolas.

Otra información destacada que proporciona la necrópolis de Bronchales es el dominio de los caballos. Los tres bocados de caballo aparecidos en los seis depósitos funerarios descubiertos hasta ahora en la necrópolis de Bronchales indican una proporción del 50% de jinetes enterrados. Cifras que contrastan con los aparecidos en necrópolis ibéricas, por ejemplo, la que ha proporcionado el mayor número de tumbas escavadas, 601, El Cabecico del Tesoro de Verdolay (Murcia) se encontraron solamente dos bocados de caballo, el 0,3%, pertenecientes ambos a tumbas consideradas principescas. Además de la alta proporción de indicadores de caballos aparecidos en Bronchales, el hallazgo de dos broches de cinturón ibéricos excepcionales, uno decorado con nihelado de plata y otro troquelado, así como dos fíbulas anulares hispánicas de origen ibérico, muestran que los ganaderos celtibéricos tenían mayor riqueza que los campesinos ibéricos del actual territorio andaluz. La aparición en un depósito funerario de la necrópolis de Bronchales de dos instrumentos, sin paralelos conocidos, interpretados como “legras” indican la preocupación de los ganaderos celtibéricos por el cuidado de los cascos de sus caballos, hecho que no está constatado en el mundo griego y romano.

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