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Eduardo López Banzo: “La Catedral de Teruel guarda un tesoro musical que está esperando a que se investigue y se escuche” Eduardo López Banzo: “La Catedral de Teruel guarda un tesoro musical que está esperando a que se investigue y se escuche”
El aragonés Eduardo López Banzo. Marco Borggreve

Eduardo López Banzo: “La Catedral de Teruel guarda un tesoro musical que está esperando a que se investigue y se escuche”

Al Ayre Español celebró sus 35 años con un recital barroco en Zaragoza donde se oyeron tres piezas inéditas rescatadas de Santa María de Mediavilla
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La formación aragonesa Al Ayre Español -Premio Nacional de Cultura 2004- celebró durante el mes de mayo su 35ª aniversario con un concierto en la Sala Mozart del Auditorio de Zaragoza titulado ¡Oigan, miren y vengan a ver. Música inédita del siglo de oro!, donde sonaron partituras barrocas inéditas y originales recuperadas de archivos y catedrales de España y Latinoamérica. Entre ellas había tres piezas de extraordinaria calidad procedentes de la Catedral de Teruel, compuestas por tres de los maestros del XVII español que ejercieron aquí de maestros de Capilla. Eduardo López Banzo, director y fundador de Al Ayre Español, estima que ese archivo puede alcanzar las dos mil obras originales, muchas de las cuales piden a gritos ser recuperadas y volver a sonar en la propia Catedral, el espacio en el que fueron concebidas hace 300 años.

-Tras 35 años Al Ayre Español ha conseguido que un repertorio en vías de desaparecer, el barroco español, suene en auditorios o en Spotify... Pero dado que el XVII fue para España una época dorada en el teatro, la pintura o la literatura... ¿por qué su música en este periodo cayó en el completo olvido?

-Por la misma razón que a Vivaldi prácticamente no se le conocía hace siglo y medio: el desconocimiento absoluto del repertorio. La falta de transcripciones y ediciones al alcance de los músicos impide su difusión. Editarla no es tarea fácil porque la mayoría de las composiciones se conservan casi siempre en los papeles que usaba cada músico, habiéndose conservado solo en muy contados casos las partituras generales, y ése es el único medio para valorarlas. Por otra parte existe la dificultad añadida de que el siglo XVII, al contrario del XVIII, que es una época más moderna para nuestros oídos, se percibe musicalmente como muy lejano. Para los primeros estudiosos de la historia y la estética de la música, que surgieron en España a mediados del siglo XIX, el renacimiento era un ideal de belleza completamente opuesto al siglo XVII. El barroco era rebuscado y falso, por momentos dionisíaco, cuando se comparaba con el concepto apolíneo al que se aferraban. ¡Y esta actitud estética aún sigue entre nosotros! aunque atenuada y matizada, pues hemos aprendido a conocer mejor el barroco y a despojarnos de los prejuicios que nos impedían apreciarlo y a combatir los clichés que la oscurecían.

-¿Qué clichés?

-Nosotros aprendimos a interpretar la música antigua, la anterior al XIX y cuyos cánones se fueron abandonando paulatinamente desde 1800, de forma más convincente. Pero la música barroca española posee unas cualidades tan singulares que todo lo que servía para tocar a Bach, Handel o Vivaldi, no nos ayudaba casi nada. Hubo que plantearse una aproximación diametralmente distinta que pasaba por romper con muchos de esos clichés, llenos de lugares comunes, que aún siguen existiendo. Las interpretaciones rutinarias, basadas en ideas más o menos fijas, cuando se aborda un repertorio tan espontáneo como el español, no son válidas. Tuvimos que reciclar mucho de lo que habíamos aprendido cuando estudiábamos en los conservatorios del norte de Europa.

-¿En qué consiste exactamente la corriente historicista de la música?

-Lo que diferencia a la música hecha con instrumentos históricos de la que se hace con los modernos es en primer lugar el ideal del sonido. En la primera es más relajado, gracias a su menor tensión, pues la altura general del sonido en España y buena parte de Europa durante el siglo XVII por lo general era medio tono más bajo del diapasón moderno. Los materiales son también más flexibles, como las cuerdas de tripa, por ejemplo, y los métodos de afinación consiguen que los intervalos suenen mucho más redondos, o al contrario, mucho más hirientes, es decir, más coloridos. Sin embargo es la manera de interpretar lo que establece la diferencia. La música antigua se rige por un discurso musical más cercano a la voz humana y la retórica, es por tanto más teatral y más espontánea.

-En primavera ofrecieron en Zaragoza ¡Oigan, miren y vengan a ver! Música inédita del siglo de oro ¿En qué consistió dicho concierto?

-El treinta y cinco aniversario de Al Ayre Español era el momento apropiado para profundizar en el espíritu inicial del grupo, recuperando de nuevo música poco conocida y aprovechando para regresar al olvidado siglo XVII. Es sorprendente que, a pesar de ser uno de nuestros siglos de oro, un tiempo de grandes escritores y pintores como Calderón, Velázquez o Quevedo, nadie es capaz de mencionar un solo compositor. Pasé más de un año investigando y transcribiendo música y el resultado ha sido un sólido programa que incluye tonos a solo, a dúo y a cuatro voces y villancicos a doble coro inéditos de los mejores compositores de la península ibérica: Juan del Vado, Cristóbal Galán, Matías Juan de Veana y Sebastián Durón. En Zaragoza fue recibido con un gran éxito y los propios músicos que participaron comentaban que estaban sorprendidos con la calidad del repertorio. Conviene aclarar que los villancicos no eran lo que actualmente se canta por Navidad sino ambiciosas obras poético-musicales escritas generalmente en lengua española, que los maestros de capilla componían a lo largo de todo el año para solemnizar las fiestas. La enorme popularidad que alcanzaron los villancicos durante más de dos siglos, sobre todo aquellos que se interpretaban en Navidad, explica el uso de este término en la actualidad asociado a esa fiesta.

-Además se interpretaron tres obras procedentes de la Catedral de Teruel...

-Son piezas compuestas por tres de los más importantes compositores españoles que vivieron en el siglo XVII para doble coro (ocho cantantes), que nosotros acompañamos con dos violines, dos guitarras (que también tocaban archilaúdes), violonchelo, contrabajo, órgano y percusión.

La pieza de Juan del Vado ¡Oigan, miren, y vengan a ver! es excepcional porque no han sobrevivido muchas composiciones suyas a doble coro, y menos de esta categoría. Que os retrate, Señor, de Cristóbal Galán, es una obra muy íntima para tres voces, llena de ternura y delicadeza, una pequeña joya, que ya descubrió y transcribió en su tesis don José Martínez Gil. Y ¿Ola qué? de Sebastián Durón, un verdadero fin de fiesta con el que culminaban los maitines del día de Navidad, es una pieza que atrapa por su teatralidad y desparpajo. En el siglo XVII que, no lo olvidemos, es el siglo de oro del teatro español, se dramatizaban los villancicos en las catedrales de una manera que hoy nos resulta inconcebible. En nuestra versión no hemos disimulado ese componente irónico, grotesco y mundano que tanto gustaba en la época. Se decía que Carlos II era un buen aficionado a este tipo de villancicos burlescos.

¿Qué interés musical o histórico tienen estas obras?

-Son piezas excelentes, de una gran calidad, y nos permiten conocer el alto nivel musical que había en Teruel en el siglo XVII. La heterogeneidad y nivel del repertorio revela que los maestros que trabajaron para la catedral eran muy exigentes y conocían bien lo que se hacía en el resto del país. Hay que resaltar que las tres obras son ejemplares únicos que, por lo que sabemos, no se hallan en ningún otro archivo de España y América. He ahí la necesidad de conservar y preservar el rico acervo musical de la catedral.

-Ha mencionado a Cristobal Galán... ¿qué importancia tuvo este maestro de Capilla en relación a Teruel?

-De Cristóbal Galán tenemos la sospecha, aunque no ha podido ser demostrada fehacientemente, de que pudo nacer en algún lugar de la provincia de Teruel. Su primer cargo de importancia fue la dirección de la capilla de música de la Catedral de Teruel. Seguramente las obras que se custodian en el archivo proceden de aquella primera etapa de su vida. Posteriormente obtuvo el cargo de maestro de capilla en Cagliari (Cerdeña) y en otras catedrales españolas antes de que fuera nombrado para el más alto cargo musical del país, la dirección musical de la Real Capilla de Madrid, bajo el reinado de Carlos II.

-En ese concierto se interpretaron también piezas procedentes de otros archivos, como la catedral de Valladolid e incluso la de Guatemala... ¿variaban mucho las composiciones en función de su procedencia?

-El aire español fue un estilo internacional de componer e interpretar que se practicó en la Península Ibérica y América durante los siglos XVII y XVIII. La manera de componer era una, pero este mundo cosmopolita y extremadamente variado, formado por diversas etnias y pueblos, se enriqueció por las aportaciones de cada uno de ellos. La música barroca española era una música mestiza.

-¿Cómo fue el trabajo de recuperación de estas piezas únicas que dormían el sueño de los justos en Teruel?

-Al empezar a construir un nuevo proyecto centrado en el siglo XVII me pareció el momento de visitar algunos archivos musicales aragoneses. Tenía noticias de que en la Catedral de Teruel había un interesante fondo de música barroca. En junio de 2022 me puse en contacto con don José Martínez Gil, canónigo organista y archivero de la Catedral, solicitándole autorización para visitar el archivo. Me sorprendió su amabilidad y disposición, y el apoyo que desde entonces me ha brindado ha sido fundamental para poder realizar mi investigación y poder incluir piezas en ese programa.

-¿A qué dificultades se enfrentan cuando se trata de recuperar este tipo de repertorios musicales? ¿Las partituras están en mal estado? ¿No se localizan con facilidad? 

-El paso del tiempo ha dejado su huella en los manuscritos antiguos, que se realizaron empleando en ocasiones papel de baja calidad. Los grandes libros de coro, donde se copiaba el canto llano (canto gregoriano) y la polifonía en latín, considerados la piedra angular de la música que se hacía en los templos, se realizaban con pergaminos fuertes y duraderos. La que se escribía en lengua vernácula pertenecía a un nivel considerado perecedero, transitorio, y no se copiaba con la intención de que se conservara durante siglos. A veces es complicado encontrar ciertos repertorios pero en el caso de Teruel la existencia del catálogo elaborado por don José ha permitido acudir a cada obra con mucha facilidad.

-¿Cuántas obras calcula que existen en el archivo de la Catedral de Teruel? ¿Son fundamentalmente originales, o copias de otras composiciones?

-Esta pregunta te la respondería mejor Don José, que como canónigo archivero y autor de La música en la Catedral de Teruel, una excelente tesis doctoral, conoce perfectamente el contenido del archivo. Creo que hablamos de cerca de dos mil composiciones, todas ellas originales, y muchas escritas por los numerosos maestros de capilla que han pasado en cinco siglos por la catedral . Entre ellas hay obras de una gran talla artística, que sin duda merecen ser conocidas dentro y fuera de Teruel.

-¿Ha investigado en este sentido el archivo de la Catedral de Albarracín?

-Aún no lo he visitado porque, consultado el catálogo, no encontré obras de los autores que me interesaban. Hay que tener en cuenta que yo me he concentrado en los compositores activos en la segunda mitad del siglo XVII relacionados con la Real Capilla de Madrid, entre ellos Cristóbal Galán. No obstante tengo en mente, en una segunda fase, contactar con otras instituciones para seguir investigando la obra de otros muchos compositores que ahora, por falta de tiempo y por no estar directamente relacionados con mi objetivo, he descartado de mi investigación.

-¿Podría darse el caso de que existieran composiciones interesantes en iglesias parroquiales, en algunas de las cuales, caso del Jiloca sobre todo, existieron órganos de cierta importancia?

-Normalmente las grandes colecciones de música están localizadas en catedrales, colegiatas y monasterios, pero nunca se debe descartar que aparezcan documentos en los lugares más insospechados. Sin duda los órganos siempre pueden implicar la presencia de un pequeño archivo musical, pero no es lo más habitual.

-Tras sonar en Zaragoza, ¿qué recorrido tendrá Oigan miren y vengan a ver!? ¿Le parece viable que ese concierto se escuche en Teruel, incluso en la propia Catedral?

-Interpretar este programa en la misma catedral donde algunas de las composiciones se escucharon hace trescientos años sería un honor y un colofón extraordinario al trabajo que hemos invertido en él. Estoy ya dándolo a conocer entre diversos programadores y espero que en el futuro se convierta en un gira de conciertos por toda España.

-¿Sería muy caro reeditar ese concierto? Al Ayre Español está formado por una quincena de músicos de altísimo nivel...

-Eso es cierto, pero un concierto en Teruel no tendría un coste alto ni hacen falta unas condiciones de producción complicadas en absoluto. Su realización depende del interés y la voluntad de las instituciones culturales y políticas turolenses y aragonesas.

-¿Podría incluso llegar a grabarse en un disco?

-Pues sí, sería una idea estupenda. Lo que se ha hecho ha supuesto un esfuerzo tan grande por parte de todos que su plasmación en un CD sería una buena noticia. Personalmente no soy muy amante de las grabaciones discográficas, y creo más en la música como un hecho único e irrepetible, pero reconozco que en este caso constituiría un documento muy importante sobre el Teruel del siglo XVII.

-¿Por qué cree que es importante escuchar la música del XVII tal y como fue concebida en su día?

-Es un repertorio de tanta calidad y tan interesante que no debe permanecer más tiempo callado en los armarios de la catedral. Estamos hablando de música muy antigua, de hace más de trescientos años, y sin embargo todavía conserva su frescura y capacidad de comunicación. Si la interpretamos con la misma fuerza expresiva y empleamos los mismos medios que se usaron en su momento para conseguir entusiasmar a la gente de aquella época, paradójicamente obtendremos el mismo efecto ante el público de hoy en día. Entonces ya no será música antigua, será música moderna.

La única formación aragonesa con el Premio Nacional de Música

Eduardo López Banzo fundó Al Ayre Español en 1988 con el objetivo de sacar del olvido el repertorio musical barroco español. El primer concierto fue en Amsterdam, donde López Banzo estudiaba con Gustav Leonhardt, “cuyos consejos fueron un estímulo en aquel momento para emprender esta aventura”.

Pocos o ningún experto estudiaba la música española de esta época (s. XVII y primera mitad del XVIII) y el zaragozano se embarcó en un recorrido por multitud de archivos en España y América para recuperar partituras, sin ningún apoyo institucional o privado. Reunió un equipo de músicos y cantantes y, usando instrumentos y técnicas interpretativas históricas, comenzó a redescubrir ese repertorio. El impacto fue tal que Al Ayre Español fue invitado al prestigioso Festival de Utrecht, la meca de la música antigua europea, y Deutsche Harmonia Mundi les contrató para grabar una serie de discos.Gracias a ese trabajo hoy en día la música barroca española forma parte del programa de muchas salas sinfónicas y festivales.

La formación cumple este año treinta y cinco de vida, con un currículo que incluye actuaciones en los mejores escenarios del mundo, como las míticas salas del Concertgebouw de Amsterdam, la Filarmónica de Berlín, el Konzerthaus y el Musikverein de Viena y el Teatro de los Campos Elíseos en París. Han grabado más de veinte discos y colaborado con numerosas cadenas de radio y televisión. En 2004 recibieron el Premio Nacional de Música, siendo el único conjunto aragonés que lo ha recibido, y ese mismo año fueron nombrados orquesta residente del Auditorio de Zaragoza y en 2011 Embajadores culturales de la ciudad.

El nombre Al Ayre Español está inspirado por la fuga para guitarra que compuso el calandino Gaspar Sanz en 1674, porque “define perfectamente la esencia del grupo, cuyo objetivo era y sigue siendo reivindicar nuestro repertorio barroco mediante una interpretación apropiada que consiga devolverle su peculiar estilo: su aire español”. De hecho el aire español es ya un casi un concepto musical que define las particularidades de la música española dentro del barroco europeo.

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