Javier Sanz, con su último libro, que acaba de publicarse, ‘Malas y cabronas’. Begoña Martínez
Javier Sanz, escritor y autor de 'Malas y cabronas': “Cada día resulta más complicado discernir la verdad en un mundo de mentiras”
“El lenguaje es retorcido y lo normal es que la versión femenina sea ofensiva o despectiva”
Javier Sanz es de Ojos Negros y un gran apasionado de la historia, que se ha propuesto explicar de otra manera, más amena y con datos y curiosidades diferentes a las que se dan en los libros. Su blog Historias de la Historia y su página homónima en Facebook, con más de un millón de seguidores, ha recibido diversos premios y le ha servido de trampolín para narrar sus investigaciones cada domingo en DIARIO DE TERUEL y también en otros lugares como El Economista, Gente Despierta (RNE), Escúchate (Aragón Radio) o La Rosa de los Vientos y Más de Uno, en Onda Cero. Ha publicado varios libros, siempre para contar la historia de otra manera, y ahora acaba de sacar a la calle Malas y cabronas, su segunda obra dedicada a poner en valor la figura de la mujer.
-¿Por qué 'Malas y cabronas' cuando describe actitudes que, en el caso de los hombres les tilda de héroes y valientes?
-Porque el lenguaje es así de retorcido. Dependiendo del género, el mismo término tiene significados muy diferentes, y lo normal es que la versión femenina sea despectiva u ofensiva. Por ejemplo, cabrón versus cabrona o zorro versus zorra. Para mi, una cabrona es una mujer resuelta, que se acepta y hace lo que cree que tiene que hacer.
-Como recoge en la obra, Pericles dijo que la mayor gloria de una mujer es que se hable poco de ella, ya sea para bien o para mal, está claro que se ha propuesto llevarle la contraria.
-Bastantes siglos se mantuvo en vigor esa máxima, así que ya era hora de echarla por tierra y hablar de las mujeres, para bien o para mal, porque, al igual que los hombres, pueden ser responsables de las mayores gestas y de las peores traiciones. Este es un libro de grandezas y de miserias.
-Este libro se suma a otros nueve en los que da a conocer la historia de otra manera. ¿Es necesario llegar así a las generaciones más jóvenes?
-Es necesario llegar, por lo civil y por lo criminal, y no solo a los jóvenes, sino a todos los que la dejaron de lado por farragosa y aburrida.
-En Esparta solo figuraba el nombre en la tumba de aquellas personas que en el caso de los hombres habían muerto en la guerra, y en el caso de las mujeres en el parto. ¿Cómo podemos interpretar esto?, ¿era comparable?
-Totalmente comparable, ya que significaba que tanto hombres como mujeres daban su vida por el papel que les había atribuía aquella sociedad en aquel momento y lugar: ellos luchar por Esparta y ellas parir espartanos. De hecho, hay una anécdota en la que una ateniense le preguntó a Gorgo, la esposa del rey Leónidas, “¿por qué vosotras, espartanas, sois las únicas que gobernáis a vuestros hombres?” Y la reina le contestó: “Porque somos las únicas que parimos verdaderos hombres”.
-En su libro, además de aprender muchas cosas sobre mujeres se aprenden otras cuestiones curiosas, como por ejemplo de dónde viene la palabra mausoleo.
-Además de la propia historia de las protagonistas, me gusta contextualizar el momento y el lugar para que el relato sea más claro y se entiendan el cómo y el porqué. Además, estas curiosidades sirven para aprender a mirar el pasado con otros ojos y sorprenderse de que, por ejemplo, el origen de mausoleo tiene que ver con Mausolo, el sátrapa de Halicarnaso. Cuando falleció, su esposa Artemisia convocó a los mejores arquitectos y escultores de la zona para que se luciesen con la tumba de su amado e hiciesen un monumento de singular belleza para que todos los que por allí pasasen le recordaran. Y lo hicieron, y muy bien, hasta el punto de que con el término "mausoleo" designamos un enterramiento suntuario y el mismo Mausoleo de Halicarnaso fue una de las siete maravillas del Mundo Antiguo.
-Pese al detallado repaso que hace de las mujeres que pisaron fuerte en la historia, se deja fuera a algunas más conocidas, como Cleopatra. ¿Por qué?
-Además de porque ya la incluí en uno de mis anteriores libros en el que también eran protagonistas las mujeres, Ni tontas ni locas, porque es un personaje muy trillado. Eso si, el cine se ha tomado demasiadas licencias artísticas con ella, la última de ellas una docuserie de Netflix que la convierte en negra, hasta el punto de que la idea que el imaginario popular tiene de la reina egipcia nada tiene que ver con la realidad.
-Aunque no hay muchas mujeres populares o muy conocidas, sí que está Isabel la Católica, ¿descubriremos de ella aspectos menos conocidos?
-He tratado de presentar mujeres menos conocidas o, aun siéndolo, poner el foco de su historia en hechos menos conocidos o, directamente, desconocidos. Como el caso de Isabel la Católica que, muy católica y de oír misa todos los domingos y fiestas de guardar, pero su matrimonio se basó en una bula papal más falsa que Judas, sus rezos (o una versión en formato de veneno) eliminaron de la ecuación a su novio, antes incluso de que le pidiese la mano, y a su hermano Alfonso… y, como curiosidad, fue la primera la primera mujer que apareció en un sello de los Estados Unidos.
-Algunas de sus malas y cabronas han acabado encarnando personajes bastante más dulces en la gran pantalla, incluso para Disney.
-Si las protagonistas de este libro se presentasen a un casting de princesitas a las que cuidar y damiselas a las que rescatar, las echarían a patadas. Así que, como era harto difícil que estas mujeres tuviesen papeles protagonistas había que dulcificar su imagen y/o edulcorar la historia, y en eso Disney es un referente.
-Tiene una gran capacidad para mezclar el pasado con cosas de rabiosa actualidad, como por ejemplo vincular la tumba de Boudica con los andenes 9:10 de la estación de Londres que lleva al Hogwarts de Harry Potter. ¿Es una forma de enganchar a los más jóvenes?
-Es una forma de hacer la historia más comprensible y más amena. Son guiños al presente para conectar con el pasado. En el caso de Boudica, el hecho de que no se conozcan el paradero de sus restos es lo que ha dado lugar a la especulación: unos dicen que fue enterrada en Stonehenge, otros en Gloucestershire, donde se encontraron tres antiguas tumbas celtas, y otra versión sitúa la tumba de Boudica bajo la plataforma que hay entre los andenes 9 y 10 en Kings Cross, la estación de ferrocarril de Londres que, como bien sabréis, aparece en los libros de Harry Potter como el punto de partida del tren que va a Hogwarts desde el andén secreto 93/4.Parece demasiado original para ser cierta, pero lo que sí es verdad es que los ingleses siempre han sabido honrar a sus héroes y mantener viva su memoria: desde finales del siglo XVIII, cuando se recuperó la historia de la reina britana, varios barcos de la Royal Navy han llevado su nombre, e incluso tiene una enorme estatua de bronce en Londres.
-En su libro hay algunas frases lapidarias, como por ejemplo, “Total los vikingos estaban hechos para la gloria, no para vivir muchos años”. Explíquenosla.
-Antes de nada, habría que precisar que no son vikingos, sino agricultores y comerciantes escandinavos ejerciendo la actividad vikinga (exploración, comercio o pillaje). Hecha esta aclaración, la frase “los vikingos estaban hechos para la gloria, no para vivir muchos años” tiene que ver con el hecho de vivir en una zona de crudos inviernos y de terrenos difíciles de cultivar, por lo que se echaban al mar en la búsqueda de tierras más fértiles y un clima más benigno; con los proscritos, un castigo muy habitual entre esta gente, por lo que era habitual que tratasen de encontrar un nuevo hogar allende los mares y, también, con los que estaban en edad casadera, que intentarían amasar un buen botín para contentar a su futuro suegro - ¡cuántos vikingos de condición humilde habrán perecido echándose al mar en busca de riquezas para conseguir la mano de su amada!- Todo esto implicaba jugarse el bigote en aventuras con final demasiado incierto.
-Las mujeres son las grandes desconocidas en la historia, y como usted plantea en el libro, muchas de ellas también hicieron las Américas en esos primeros años de conquista, pero, ¿también formaron parte de las tropas?
-Lo normal es que fuesen acompañando a sus maridos, como buenas esposas y madres cristianas, pero algunas, escapando de ese rol femenino y de un destino marcado, empuñaron espada y rodela y arrancaron sus raíces del viejo continente para replantarlas en un mundo desconocido. Y si hablamos de números, la cosa se pone seria: 30 mujeres acompañaron a Colón en su tercer viaje; más de 300 llegaron a Santo Domingo en el primer cuarto del siglo XVI y la población femenina constituyó casi una tercera parte de los pasajeros embarcados con destino a América entre 1560 y 1579. De los 45.327 emigrantes de procedencia conocida (y hay que puntualizar que era bastante fácil y frecuente la emigración clandestina), 10.118 eran mujeres, y de ellas el 50% andaluzas, el 33% castellanas y el 16% extremeñas.
-Llama la atención la capacidad de perdón del cristianismo que hizo Santa a una sanguinaria como Olga y en la iglesia ortodoxa hizo lo propio con Irene. ¿Esto cómo se come?
-Si te has encargado de evangelizar un territorio o de convertir un reino, en este caso en favor de la Iglesia ortodoxa, qué más da que hayas ordenado enterrar vivos a tus pretendientes o masacrar una ciudad. Eso sí, hay que reconocer que en este caso el encargado de establecer los santos patronos y patronas acertó de lleno, porque Santa Olga de Kiev es la patrona de las viudas, y supongo que fue por el número de ellas que dejó a su paso.
-En muchos de sus relatos no aparece el nombre de las mujeres porque ni siquiera pasó a la historia. ¿Esto es también una forma de aniquilar a las mujeres?
-Ese es el problema, porque pese a ser tan protagonistas como los hombres y sufrir las consecuencias, el papel de la mujer se ha invisibilizado. Incluso de algunas “señaladas”, que sí dejaron huella, tenemos conocimiento de su existencia a partir de un determinado momento, que normalmente se sitúa justo en el instante en el que entra en contacto con el prota masculino de la época o el lugar. Desde ese momento, el foco de la historia se amplía y también incluye a la protagonista.
-La historia nos ha hecho pensar en la figura del pirata como masculina, pero también había mujeres como la pirata berberisca, cuya tumba en Marruecos es un símbolo de la libertad. ¿Porque han pasado a la historia tan pocas mujeres así?
-Habría que puntualizar que, aunque gracias al cine y la literatura, los piratas han pasado a convertirse en héroes románticos, tipo Piratas del Caribe, la realidad es que eran delincuentes, rufianes y peligrosos. Y sí, entre ellos también había mujeres, que asaltaban barcos (como Anne Bonny y Mary Read), que saqueaban fortalezas de la costa y participaban en abordajes el mismo día en el que daban a luz (como Grace O'Malley), que organizaban una flota de piratas y que lo que sacaban con pillajes y secuestros lo invertía en hacer crecer Tetuán y en ayudar a empezar de cero a los refugiados llegados de la península (como Sayida)… De todas formas, era complicado que hubiese muchas piratas porque Bartholomew Roberts, Black Bart para los amigos y hasta la fecha el único abstemio conocido en el mundo de la piratería, elaboró un código de conducta que instauró en su tripulación, siendo lo más parecido a unas leyes piratas, y entre ellas estaba la de “no permiten niños ni mujeres a bordo”. Pero como las meigas, habelas hainas.
-Hay una frase, casi al final del libro, que es “no hay muro más alto ni foso más hondo que el miedo. ¿Estamos en una sociedad que ha superado esos miedos o, por el contrario, cree que las recientes guerras y la pandemia nos han hecho ver más de cerca ese muro?
-Mi opinión es que el muro es cada día más alto y el foso más profundo, porque entre el exceso de información, las fake news, lo políticamente correcto y las teorías de la conspiración, cada día resulta más complicado discernir la verdad en un mundo de mentiras… y eso genera miedo, mucho miedo.
-Resulta especialmente doloroso los episodios dedicados a los campos de concentración, donde las mujeres que tenían suerte solo sufrían lo mismo que los hombres. Habla de que eran las propias mujeres los verdugos. ¿No había sororidad, esa palabra de la que tanto se habla y que, en muchos entornos está tan ausente?
-Entre las mujeres recluidas en los campos eran frecuentes los actos de solidaridad, pero no por el hecho de ser mujeres, sino porque compartían un objetivo común: burlar a la muerte cada día. Por delante de la sororidad, se priorizaba la etnia, la ideología, la raza o la religión. Con esos criterios, era complicada esa relación de hermandad entre mujeres de diferentes estatus.
-¿Está trabajando ya en su próxima obra?
-En ello estoy... y hasta aquí puedo leer, aunque por ser vos quién sois te adelantaré que es un libro sobre el pecado original de los españoles (¿cuál será?) que, en teoría, terminé hace un tiempo, pero que cuando le doy la última vuelta, antes de mandar el manuscrito a la editorial, me sigue pareciendo que le falta algo y vuelvo a guardarlo. A ver si la próxima entrevista es porque se ha llegado a publicar.
-¿Por qué 'Malas y cabronas' cuando describe actitudes que, en el caso de los hombres les tilda de héroes y valientes?
-Porque el lenguaje es así de retorcido. Dependiendo del género, el mismo término tiene significados muy diferentes, y lo normal es que la versión femenina sea despectiva u ofensiva. Por ejemplo, cabrón versus cabrona o zorro versus zorra. Para mi, una cabrona es una mujer resuelta, que se acepta y hace lo que cree que tiene que hacer.
-Como recoge en la obra, Pericles dijo que la mayor gloria de una mujer es que se hable poco de ella, ya sea para bien o para mal, está claro que se ha propuesto llevarle la contraria.
-Bastantes siglos se mantuvo en vigor esa máxima, así que ya era hora de echarla por tierra y hablar de las mujeres, para bien o para mal, porque, al igual que los hombres, pueden ser responsables de las mayores gestas y de las peores traiciones. Este es un libro de grandezas y de miserias.
-Este libro se suma a otros nueve en los que da a conocer la historia de otra manera. ¿Es necesario llegar así a las generaciones más jóvenes?
-Es necesario llegar, por lo civil y por lo criminal, y no solo a los jóvenes, sino a todos los que la dejaron de lado por farragosa y aburrida.
-En Esparta solo figuraba el nombre en la tumba de aquellas personas que en el caso de los hombres habían muerto en la guerra, y en el caso de las mujeres en el parto. ¿Cómo podemos interpretar esto?, ¿era comparable?
-Totalmente comparable, ya que significaba que tanto hombres como mujeres daban su vida por el papel que les había atribuía aquella sociedad en aquel momento y lugar: ellos luchar por Esparta y ellas parir espartanos. De hecho, hay una anécdota en la que una ateniense le preguntó a Gorgo, la esposa del rey Leónidas, “¿por qué vosotras, espartanas, sois las únicas que gobernáis a vuestros hombres?” Y la reina le contestó: “Porque somos las únicas que parimos verdaderos hombres”.
-En su libro, además de aprender muchas cosas sobre mujeres se aprenden otras cuestiones curiosas, como por ejemplo de dónde viene la palabra mausoleo.
-Además de la propia historia de las protagonistas, me gusta contextualizar el momento y el lugar para que el relato sea más claro y se entiendan el cómo y el porqué. Además, estas curiosidades sirven para aprender a mirar el pasado con otros ojos y sorprenderse de que, por ejemplo, el origen de mausoleo tiene que ver con Mausolo, el sátrapa de Halicarnaso. Cuando falleció, su esposa Artemisia convocó a los mejores arquitectos y escultores de la zona para que se luciesen con la tumba de su amado e hiciesen un monumento de singular belleza para que todos los que por allí pasasen le recordaran. Y lo hicieron, y muy bien, hasta el punto de que con el término "mausoleo" designamos un enterramiento suntuario y el mismo Mausoleo de Halicarnaso fue una de las siete maravillas del Mundo Antiguo.
-Pese al detallado repaso que hace de las mujeres que pisaron fuerte en la historia, se deja fuera a algunas más conocidas, como Cleopatra. ¿Por qué?
-Además de porque ya la incluí en uno de mis anteriores libros en el que también eran protagonistas las mujeres, Ni tontas ni locas, porque es un personaje muy trillado. Eso si, el cine se ha tomado demasiadas licencias artísticas con ella, la última de ellas una docuserie de Netflix que la convierte en negra, hasta el punto de que la idea que el imaginario popular tiene de la reina egipcia nada tiene que ver con la realidad.
-Aunque no hay muchas mujeres populares o muy conocidas, sí que está Isabel la Católica, ¿descubriremos de ella aspectos menos conocidos?
-He tratado de presentar mujeres menos conocidas o, aun siéndolo, poner el foco de su historia en hechos menos conocidos o, directamente, desconocidos. Como el caso de Isabel la Católica que, muy católica y de oír misa todos los domingos y fiestas de guardar, pero su matrimonio se basó en una bula papal más falsa que Judas, sus rezos (o una versión en formato de veneno) eliminaron de la ecuación a su novio, antes incluso de que le pidiese la mano, y a su hermano Alfonso… y, como curiosidad, fue la primera la primera mujer que apareció en un sello de los Estados Unidos.
-Algunas de sus malas y cabronas han acabado encarnando personajes bastante más dulces en la gran pantalla, incluso para Disney.
-Si las protagonistas de este libro se presentasen a un casting de princesitas a las que cuidar y damiselas a las que rescatar, las echarían a patadas. Así que, como era harto difícil que estas mujeres tuviesen papeles protagonistas había que dulcificar su imagen y/o edulcorar la historia, y en eso Disney es un referente.
-Tiene una gran capacidad para mezclar el pasado con cosas de rabiosa actualidad, como por ejemplo vincular la tumba de Boudica con los andenes 9:10 de la estación de Londres que lleva al Hogwarts de Harry Potter. ¿Es una forma de enganchar a los más jóvenes?
-Es una forma de hacer la historia más comprensible y más amena. Son guiños al presente para conectar con el pasado. En el caso de Boudica, el hecho de que no se conozcan el paradero de sus restos es lo que ha dado lugar a la especulación: unos dicen que fue enterrada en Stonehenge, otros en Gloucestershire, donde se encontraron tres antiguas tumbas celtas, y otra versión sitúa la tumba de Boudica bajo la plataforma que hay entre los andenes 9 y 10 en Kings Cross, la estación de ferrocarril de Londres que, como bien sabréis, aparece en los libros de Harry Potter como el punto de partida del tren que va a Hogwarts desde el andén secreto 93/4.Parece demasiado original para ser cierta, pero lo que sí es verdad es que los ingleses siempre han sabido honrar a sus héroes y mantener viva su memoria: desde finales del siglo XVIII, cuando se recuperó la historia de la reina britana, varios barcos de la Royal Navy han llevado su nombre, e incluso tiene una enorme estatua de bronce en Londres.
-En su libro hay algunas frases lapidarias, como por ejemplo, “Total los vikingos estaban hechos para la gloria, no para vivir muchos años”. Explíquenosla.
-Antes de nada, habría que precisar que no son vikingos, sino agricultores y comerciantes escandinavos ejerciendo la actividad vikinga (exploración, comercio o pillaje). Hecha esta aclaración, la frase “los vikingos estaban hechos para la gloria, no para vivir muchos años” tiene que ver con el hecho de vivir en una zona de crudos inviernos y de terrenos difíciles de cultivar, por lo que se echaban al mar en la búsqueda de tierras más fértiles y un clima más benigno; con los proscritos, un castigo muy habitual entre esta gente, por lo que era habitual que tratasen de encontrar un nuevo hogar allende los mares y, también, con los que estaban en edad casadera, que intentarían amasar un buen botín para contentar a su futuro suegro - ¡cuántos vikingos de condición humilde habrán perecido echándose al mar en busca de riquezas para conseguir la mano de su amada!- Todo esto implicaba jugarse el bigote en aventuras con final demasiado incierto.
-Las mujeres son las grandes desconocidas en la historia, y como usted plantea en el libro, muchas de ellas también hicieron las Américas en esos primeros años de conquista, pero, ¿también formaron parte de las tropas?
-Lo normal es que fuesen acompañando a sus maridos, como buenas esposas y madres cristianas, pero algunas, escapando de ese rol femenino y de un destino marcado, empuñaron espada y rodela y arrancaron sus raíces del viejo continente para replantarlas en un mundo desconocido. Y si hablamos de números, la cosa se pone seria: 30 mujeres acompañaron a Colón en su tercer viaje; más de 300 llegaron a Santo Domingo en el primer cuarto del siglo XVI y la población femenina constituyó casi una tercera parte de los pasajeros embarcados con destino a América entre 1560 y 1579. De los 45.327 emigrantes de procedencia conocida (y hay que puntualizar que era bastante fácil y frecuente la emigración clandestina), 10.118 eran mujeres, y de ellas el 50% andaluzas, el 33% castellanas y el 16% extremeñas.
-Llama la atención la capacidad de perdón del cristianismo que hizo Santa a una sanguinaria como Olga y en la iglesia ortodoxa hizo lo propio con Irene. ¿Esto cómo se come?
-Si te has encargado de evangelizar un territorio o de convertir un reino, en este caso en favor de la Iglesia ortodoxa, qué más da que hayas ordenado enterrar vivos a tus pretendientes o masacrar una ciudad. Eso sí, hay que reconocer que en este caso el encargado de establecer los santos patronos y patronas acertó de lleno, porque Santa Olga de Kiev es la patrona de las viudas, y supongo que fue por el número de ellas que dejó a su paso.
-En muchos de sus relatos no aparece el nombre de las mujeres porque ni siquiera pasó a la historia. ¿Esto es también una forma de aniquilar a las mujeres?
-Ese es el problema, porque pese a ser tan protagonistas como los hombres y sufrir las consecuencias, el papel de la mujer se ha invisibilizado. Incluso de algunas “señaladas”, que sí dejaron huella, tenemos conocimiento de su existencia a partir de un determinado momento, que normalmente se sitúa justo en el instante en el que entra en contacto con el prota masculino de la época o el lugar. Desde ese momento, el foco de la historia se amplía y también incluye a la protagonista.
-La historia nos ha hecho pensar en la figura del pirata como masculina, pero también había mujeres como la pirata berberisca, cuya tumba en Marruecos es un símbolo de la libertad. ¿Porque han pasado a la historia tan pocas mujeres así?
-Habría que puntualizar que, aunque gracias al cine y la literatura, los piratas han pasado a convertirse en héroes románticos, tipo Piratas del Caribe, la realidad es que eran delincuentes, rufianes y peligrosos. Y sí, entre ellos también había mujeres, que asaltaban barcos (como Anne Bonny y Mary Read), que saqueaban fortalezas de la costa y participaban en abordajes el mismo día en el que daban a luz (como Grace O'Malley), que organizaban una flota de piratas y que lo que sacaban con pillajes y secuestros lo invertía en hacer crecer Tetuán y en ayudar a empezar de cero a los refugiados llegados de la península (como Sayida)… De todas formas, era complicado que hubiese muchas piratas porque Bartholomew Roberts, Black Bart para los amigos y hasta la fecha el único abstemio conocido en el mundo de la piratería, elaboró un código de conducta que instauró en su tripulación, siendo lo más parecido a unas leyes piratas, y entre ellas estaba la de “no permiten niños ni mujeres a bordo”. Pero como las meigas, habelas hainas.
-Hay una frase, casi al final del libro, que es “no hay muro más alto ni foso más hondo que el miedo. ¿Estamos en una sociedad que ha superado esos miedos o, por el contrario, cree que las recientes guerras y la pandemia nos han hecho ver más de cerca ese muro?
-Mi opinión es que el muro es cada día más alto y el foso más profundo, porque entre el exceso de información, las fake news, lo políticamente correcto y las teorías de la conspiración, cada día resulta más complicado discernir la verdad en un mundo de mentiras… y eso genera miedo, mucho miedo.
-Resulta especialmente doloroso los episodios dedicados a los campos de concentración, donde las mujeres que tenían suerte solo sufrían lo mismo que los hombres. Habla de que eran las propias mujeres los verdugos. ¿No había sororidad, esa palabra de la que tanto se habla y que, en muchos entornos está tan ausente?
-Entre las mujeres recluidas en los campos eran frecuentes los actos de solidaridad, pero no por el hecho de ser mujeres, sino porque compartían un objetivo común: burlar a la muerte cada día. Por delante de la sororidad, se priorizaba la etnia, la ideología, la raza o la religión. Con esos criterios, era complicada esa relación de hermandad entre mujeres de diferentes estatus.
-¿Está trabajando ya en su próxima obra?
-En ello estoy... y hasta aquí puedo leer, aunque por ser vos quién sois te adelantaré que es un libro sobre el pecado original de los españoles (¿cuál será?) que, en teoría, terminé hace un tiempo, pero que cuando le doy la última vuelta, antes de mandar el manuscrito a la editorial, me sigue pareciendo que le falta algo y vuelvo a guardarlo. A ver si la próxima entrevista es porque se ha llegado a publicar.
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