El ‘quattrocento’ turolense, una etapa de especial luminosidad en el arte y la cultura
Dos investigadores pondrán al día los últimos hallazgos en la pintura de la Baja Edad MediaLa presencia mucho mayor de lo que se creía del pintor Joan Reixach en la provincia de Teruel y el Alto Palancia durante el segundo tercio del siglo XV, o algunos artistas que trabajaron en Mora de Rubielos y de los que, aunque todavía se ignora su identidad, cada vez son más datos y obras conocidas. Estos son algunos de los resultados de las investigaciones más recientes sobre el patrimonio pictórico turolense de la Baja Edad Media, que los expertos Pablo Cercós y David Montolío explicarán en una conferencia que tendrá lugar el próximo domingo, 15 de septiembre, en Sarrión.
En realidad serán dos conferencias, enmarcadas dentro de uno de los nueve proyectos que subvenciona el Instituto de Estudios Turolenses para la difusión cultural y científica de la provincia. El investigador Pablo Cercós intervendrá a partir de las 17.15 horas con la charla titulada Entre finales del siglo XVI y mediados del XV, la aparición de gótico internacional entre Teruel y Segorbe. Su compañero, el valenciano David Montolío, tomará el turno de la palabra a las 18 horas, y su intervención se titulará Desde la influencia flamenca hasta el primer renacimiento, desde las sierras de Gúdar-Javalambre hasta el Alto Palancia.
Tras las participaciones de uno y otro, se iniciará un debate. Las exposiciones orales y la discusión posterior estarán abiertas al público en general y a estudiantes de Humanidades y Ciencias Sociales, investigadores/as, docentes e instituciones públicas, en particular. Las charlas tendrán lugar en la sala Clara Campoamor del Edificio Multiusos de Sarrión.
Ultimas investigaciones
Algunos de los hallazgos e investigaciones más recientes sobre este periodo se refieren a Joan Reixach, cuya actividad artística se ha documentado en Puertomingalvo (1437), Segorbe (1447), Villahermosa del Río (1448), la Cartuja de Vall de Cristo (1452), Manzanera (1462-1472), Sarrión (1469) y Rubielos de Mora (1469). También tienen como protagonista, y así lo explicarán Cercós y Montolío, Juan Montero, un pintor que trabajó en Mora de Rubielos durante el primer cuarto del siglo XVI, junto a otros pintores que por el momento permanecen en el anonimato, como el Maestro de la Porciúncula, relacionado recientemente con el desaparecido retablo de San Miguel de Sarrión; el Maestro de Altura, a quien Montolío le atribuyó el retablo de Santa María Magdalena de Fuentes de Rubielos de inicios del siglo XVI, o al Maestro de Perea, relacionado desde hace dos años, por el mismo investigador, con el retablo de las Ánimas de El Toro (Castellón) de inicios del siglo XVI.
El interés de esta época en el arte en Teruel se centra en que el arciprestazgo de Teruel vivió uno de sus mejores momentos entre finales del siglo XIV e inicios del siglo XVI. Gracias al final de la peste negra y de la guerra de los Pedros, así como a la influencia de Valencia, ciudad cercana y muy pujante, Teruel vivió un espléndido momento de crecimiento social, comercial, económico y artístico.
En este periodo hay que datar la recuperación y reforma de la mayoría de los templos religiosos de la provincia, durante el que se fabricaron numerosos objetos artísticos litúrgicos, especialmente retablos. La cercanía de Teruel y Valencia hizo que muchas de estas obras de arte se encargaran a cinco de los talleres más importantes de esa ciudad, Lorenzo Zaragoza, Pere Nicolau, Gonçal Peris Sarrià, Jaume Mateu o Joan Reixach.
Un número elevado de estas obras permanecieron en los templos turolenses hasta las primeras décadas del siglo XX, antes de que desaparecieran a causa de la guerra civil y de diferentes operaciones de compra-venta. Una de las más destacadas fue la venta del retablo de la Epifanía de Rubielos de Mora, obra de Joan Reixach, por parte de las monjas agustinas al Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Difusión cultural
Los dos expertos quieren animar a que las institucionales locales, provinciales o comarcales divulguen este patrimonio pictórico de la Baja Edad Media. Por ello, desvelarán los resultados de las investigaciones más recientes sobre la pintura del cuatrocientos en el sur turolense. Pretenden que esas novedades puedan usarse en las explicaciones proporcionadas desde las oficinas de turismo y/o los ayuntamientos.
Esta iniciativa es otra de las nueve beneficiadas por la subvención del Instituto de Estudios Turolenses (IET) para la difusión cultural y científica, proyectos particulares o asociativos a los que se ha destinado una cuantía máxima de 14.000 euros.
Las ideas están relacionadas con diferente ámbitos de la ciencia y la cultura, como son la poesía, el arte y el reciclaje, los vídeos educativos en torno a conceptos de ingeniería y electrónica, el cine documental, la información georreferenciada, la prevención de la drogadicción, las jornadas divulgativas y formativas encaminadas a diversificar la oferta cultural local y los talleres itinerantes sobre la talla del alabastro.
Pablo Cercós y David Montolío
Pablo Cercós, uno de los dos investigadores que ofrecerán la charla sobre pintura de la Baja Edad Media, es contratado predoctoral de la Universidad de Zaragoza y, desde el 2020, se encuentra realizando la tesis doctoral titulada Caminos, tránsito de influencias: la retablística del siglo XV entre Teruel y Segorbe, bajo la dirección del Javier Ibáñez. Forma parte de TRAZA, grupo de Investigación en Arte Medieval y Moderno de Aragón, cuyo investigador principal es Javier Ibáñez, catedrático de Historia del Arte de la UZ.
Por su parte David Montolío es licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valencia y doctor en Historia del Arte por la misma universidad, con la tesis titulada Arte en la sede catedralicia de Segorbe, de los obispos Borja a los riberistas.
Actualmente trabaja como profesor asociado del Departamento de Historia del Arte de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Valencia y como conservador de arte en la Catedral y en la Diócesis de Segorbe-Castellón, donde es encargado de Obras, Abadías y Propiedades, técnico de Patrimonio Cultural y técnico del Archivo Histórico Diocesano y Catedralicio. Su línea de trabajo versa principalmente sobre la Edad Moderna, con especial atención al Renacimiento y al Clasicismo en época de los Austrias, trabajando también sobre la Edad Media, la conservación del patrimonio y restauración y la crítica de arte contemporáneo.
Durante su carrera ha realizado una importante labor de investigación sobre el sur de Teruel y el Alto Palancia, con trabajos como Las madres agustinas en la villa de Rubielos de Mora (en colaboración con David Igual Tomás; sus aportaciones en el catálogo de La Luz de las Imágenes, Segorbe; Nuestra Señora de los Ángeles y de la Eucaristía, de Reixach, del Museo Catedralicio de Segorbe o La Longitud de Cristo de Rubielos de Mora y la génesis de una pintura medieval.
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