El nuevo número de Turia entrevista a fondo a Ida Vitale y Fernando Savater
La escritora uruguaya y Premio Cervantes, asegura, a sus 101 años: “Lo mejor que podemos hacer es no ser comedidos ni previsibles”Los lectores del nuevo número de la revista Turia, que se distribuye este mes de noviembre, podrán disfrutar de dos entrevistas a fondo y en exclusiva con dos protagonistas de evidente atractivo, por lo que dicen y por cómo lo dicen: Ida Vitale y Fernando Savater. Sin duda, y si tenemos en cuenta la proyección y el reconocimiento que sus respectivas obras y trayectorias han obtenido a nivel internacional, resulta acertado afirmar que son dos nombres propios de indiscutible relevancia dentro del mundo cultural de habla hispana.
Con 101 años recién cumplidos, la escritora uruguaya Ida Vitale es una verdadera leyenda viva de la literatura latinoamericana. Mujer culta y cosmopolita, Turia conversó con ella en su última visita a España y lo hizo en uno de sus lugares favoritos cuando se encuentra en Madrid: la mítica Residencia de Estudiantes. El periodista y poeta Fernando del Val compartió un provechoso diálogo que ahora transcribe para nuestra revista y que describe así: Ida Vitale “parece eterna, también una niña. Disfruta de saberse viva y de compartir un rato con quien se le acerca”. No por casualidad, el jurado del Premio Cervantes dijo de ella, al concederle el galardón en 2018, que “es al mismo tiempo intelectual y popular, universal y personal, transparente y honda. Un referente fundamental para poetas de todas las generaciones y en todos los rincones del español”.
El filósofo español Fernando Savater es uno de los indiscutibles protagonistas del mejor ensayismo contemporáneo en nuestro idioma. Aunque no es la primera vez que Turia lo entrevista con amplitud, hemos creído conveniente volver a conversar con él para conocer la evolución de su pensamiento y sus opiniones actuales sobre un amplio abanico de temas. Además, en estos pasados meses, Savater fue un nombre envuelto en la polémica tras su despido como histórico colaborador del influyente periódico El País. Una controversia suscitada por sus críticas al periódico por haberse transformado en un mero altavoz gubernamental de la gestión del PSOE y de su actual líder.
La conversación con Fernando Savater siempre brinda titulares. Buena prueba de ello es cuando nos asegura que “en España la adscripción política es siempre como un rótulo”. También resulta clarificador cuando afirma “me indigna que se le dé la vuelta al sentido común para contentar a los que no lo tienen”. Y, cuando le preguntamos sobre su despido del que ha sido el periódico de su vida, lo tiene claro: “El País se ha ido convirtiendo en un órgano gubernamental, y hoy ya lo es por completo”
La nueva entrega de la revista ofrece, por tanto, dos extensas y enriquecedoras conversaciones que permiten no sólo conocer mejor a Ida Vitale y Fernando Savater, sino también descubrir muchos y valiosos detalles de interés acerca de sus respectivas obras e itinerarios vitales. Por ejemplo, Vitale asegura que “escribir es una opción que te ofrece la vida. Vida y literatura pueden ser lo mismo. Lo han sido”. Sin embargo, “en estos momentos, pensar en hacerlo me resulta tan pesado como trasladar un bloque de ladrillos”. Eso sí, leer es otra cosa: “eso me hace volar”.
Por su parte Fernando Savater, en su entrevista para la publicación con José Antonio Vila, confiesa que siempre ha sido una persona “ingenuamente alegre”. No obstante, reconoce la tragedia que ha supuesto estos últimos años la muerte de su esposa: “uno no muere de pena. La vitalidad no muere, pero uno se acostumbra a vivir en la tristeza. Yo siempre he sido una persona ingenuamente alegre. Me despertaba como un jilguerillo. Pero eso ya no lo tengo. Estoy acostumbrado a la tristeza. Estoy acostumbrado a que, en algún momento del día, se me salten las lágrimas cuando me acuerdo de mi mujer. Como yo era un neófito de la tristeza, pensaba que no iba a durar mucho, que no se podía vivir estando triste. Pero me he dado cuenta de que sí se puede vivir teniendo un trasfondo de tristeza. Se puede vivir, se puede recordar, e incluso se puede disfrutar de la vida en una serie de aspectos”.
Ida Vitale: "Tendríamos que repensar la idea de progreso"
Nacida en Montevideo (Uruguay) en 1923, Ida Vitale es una de las grandes poetas latinoamericanas y la última superviviente de la excepcional Generación del 45, de la que formaron parte intelectuales destacados como Emir Rodríguez Monegal, Ángel Rama (su primer marido), o Mario Benedetti, entre otros. Fue docente de literatura durante varias décadas y posee una amplia y valiosa obra como poeta, ensayista y crítica literaria. Siempre ha declarado que sus dos grandes referentes fueron José Bergamín, que fue su profesor en Montevideo y Juan Ramón Jiménez, a quien conoció en persona. Como escritora, su labor confirma que posee un lenguaje preciso, maleable, cargado de ironías y sutilezas, inteligente.
En su larga vida, Ida Vitale echó raíces en varios países. Empujada por la dictadura de su país, emigró a México (donde desarrolló una intensa actividad literaria y fue docente de literatura del prestigioso El Colegio de México). También vivió un tiempo en París, aunque regresara de forma periódica a Uruguay y México. Luego, a finales de los ochenta se estableció en Estados Unidos, en la ciudad tejana de Austin. Pero, ya desde 2018, 8 reside de nuevo en Montevideo.
Su último libro disponible en España, Donde vuela el camaleón, apareció aquí el pasado año aunque originalmente se había editado en 1996. Se trata de una obra muy sugerente, situada a medio camino entre la prosa y la poesía, en la que Vitale reúne cuentos, fábulas y alegorías que conforman una suerte de bestiario humano en el que la premio Cervantes uruguaya revisita algunos mitos clásicos y da cabida a la fantasía de aliento borgiano. Son, en definitiva, un conjunto de historias inquietantes en torno a la belleza, el dolor, el misterio y la profunda cuestión de la existencia. Una pequeña joya literaria que revela su manera de ver la vida.
También Ida Vitale es una traductora de prestigio, pues ha publicado versiones en español de grandes autores franceses e italianos como Simone de Beauvoir, Benjamin Péret, Gaston Bachelard, Jules Supervielle, Jean Lacouture, Mario Praz y Luigi Pirandello.
Además del Premio Cervantes, la autora uruguaya tiene en su haber numerosos reconocimientos, tiene numerosos reconocimientos, entre los que se encuentran el Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo; el Premio al Mérito Cultural de la Ciudad de México Carlos Monsivais y el Premio Internacional Alfonso Reyes; el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana; el Premio Federico García Lorca; el Premio Max Jacob (París) y el Premio de la Feria del Libro de Guadalajara (México).
En la entrevista que le realiza Fernando del Val para Turia, Vitale reconoce que no le gusta la falta de libertad. Y también que “he sido inquieta, pero siempre he abogado por una vida tranquila”. Preguntada sobre el lenguaje inclusivo, nos dirá: “son guerras que se alejan de lo importante”. Y es que, para ella, “es bueno que los niños y los adolescentes reciban una educación lo más neutra posible, sin sesgos ni ideología”. Hay que ir al colegio a recibir clase”.
Además, Vitale plantea una cuestión capital en nuestras vidas: “tendríamos que repensar la idea de progreso. Pero eso a mí no me toca. Les toca a ustedes, los que tienen años por delante. No hay que aceptar todo lo que viene por el hecho de que viene”.
Savater: "El tiempo no pasa en vano, pero en mi pensamiento hay un fondo constante"
Fernando Savater (San Sebastián, 1947) protagoniza en Turia una conversación sincera y valiosa para conocer su trayectoria y opiniones. Un diálogo enriquecedor e ilustrativo que parte de la publicación de su reciente libro Carne gobernada. Y es que, como subraya José Antonio Vila, charlar de forma distendida sobre asuntos literarios, políticos y filosóficos con este donostiarra ejerciente es una magnífica oportunidad para descubrir la autenticidad y la coherencia de uno de nuestros intelectuales de cabecera.
Reconoce Savater que su última obra es “un libro menos encorsetado, tal vez más desenfadado”. A la pregunta sobre su polémico cambio de orientación política, nuestro filósofo asegura no haber cambiado tanto. Y lo argumenta así: “La gente parece preocuparse mucho de lo que he cambiado yo, pero no se preocupa de lo que ha cambiado el Partido Socialista, por ejemplo. O de cómo ha cambiado la izquierda en este país. Efectivamente, como tú bien dices, hoy hay un rechazo cada vez mayor de las ideas ilustradas, y una introducción de identitarismos que antes parecían lo contrario del progresismo. La exaltación de lo identitario por encima del universalismo y del cosmopolitismo siempre había sido considerado lo más reaccionario que había. Hoy es la izquierda la que insiste en lo identitario por encima de lo universal y lo cosmopolita. El universalismo y el cosmopolitismo parecen ser vistos como cosas negativas. Yo casi te diría, como decía Churchill, que he cambiado de partido para no tener que cambiar de ideas [risas]. Esto me parece que es un poco lo que me ha pasado”.
Y es que Fernando Savater, a propósito de ese retorno de lo identitario que ha bendecido la izquierda, declara en TURIA una vez más su oposición a todo “nacionalismo obligatorio”: yo no soy ni quiero ser nacionalista, ni de izquierdas ni de derechas. Pero ese es el magma en el que vivimos en algunas regiones, como el País Vasco o Cataluña.”
Sobre su despido de El País tras toda una vida escribiendo en ese periódico, Savater lo tiene muy claro: El País “se ha ido convirtiendo en un órgano gubernamental, y hoy ya lo es por completo. Ya no es un periódico crítico que te dé una visión plural sobre las cosas, sino que lo lees para enterarte de lo que piensa el gobierno”.
Además, recuerda, “yo ya había empezado a escribir en The Objective antes de todo el jaleo. Nos habían rebajado varias veces el sueldo a los colaboradores de El País” según decían porque el periódico estaba muy mal económicamente. Eso no lo han dicho públicamente, pero a nosotros sí nos lo decían como pretexto para bajarnos el sueldo. Entonces, la última vez que me lo bajaron, les dije que con esa rebaja de sueldo yo me sentía autorizado a escribir en otro sitio, para tratar de compensar un poco la pérdida económica, y por eso me puse a escribir en “The Objective”. En ese momento, protestaban contra mí por lo que decía, pero no porque me hubiera puesto a escribir en “The Objective”. En cambio, en el caso de Juan Luis Cebrián, en cuanto se puso a escribir en el otro lado, se le vino el mundo encima”.
Uno de los capítulos más entrañables de la entrevista es cuando recuerda su relación con Javier Marías, que formó parte de su grupo de amigos en Madrid y del que Marías era el integrante más joven: “Yo tendría unos 24 años y él tendría 18 o así. Todos lo veíamos como un niño, porque él además era muy juguetón y se ponía a andar con las manos y a hacer piruetas, y nos dejaba a todos sorprendidos. Los dos teníamos en común que nos gustaban mucho las novelas de aventuras y las historias de fantasmas”. Confiesa, por último, Savater que hacia Marías siempre tuvo una admiración muy sincera: “he sido lector suyo toda la vida, me encantaban sus libros, y me parecía un escritor extraordinario”.
Rob Riemen, el reto de rescatar los valores humanitarios clásicos
El profesor turolense de Filosofía Rubén Benedicto es el autor de un amplio artículo que explica las claves del pensamiento de Rob Riemen (Países Bajos, 1962). Este ensayista es fundador y presidente de Nexus Instituut, una institución independiente neerlandesa, creada en 1994, con el objetivo de fomentar el debate filosófico y cultural europeo y también la reflexión intelectual. Una de sus tesis es que solo desde la educación y los valores puede hacerse frente al avance de las ideas totalitarias.
Aunque su obra está siendo traducida en los últimos años en España, merece la pena conocerla y compartirla. Como se nos dice en el artículo: “Frente al adocenamiento materialista, la simple estupidez y la decadencia consiguiente, pretende rescatar los valores humanitarios clásicos cuyas raíces filosófico-políticas se hallan en Sócrates y Platón. En su obra destaca la fuerza del espíritu humano para afrontar los rasgos desmotivadores de una cultura que obtura la posibilidad de alumbrar un futuro en el que el ser humano se reconozca en la mejor versión de sí mismo.” No en vano, a la pregunta ¿qué hace que mi vida tanga sentido?, Riemen responde: “ni la ciencia ni la tecnología pueden responder a esta pregunta y si creemos que lo hará el dinero es que somos idiotas”.
El reto de Riemen y del Nexus Instituut es rescatar el humanismo. Eso significaría “insuflar en nuestra cultura el aliento liberador de unos valores éticos y estéticos casi olvidados. La belleza, la serenidad, la coherencia, la firmeza, la valentía, la armonía, la contemplación, son anhelos humanos reprimidos por un sistema mutilador que empuja nuestras conciencias hacia el miedo activando la agresión. Frente a esta amenaza, la prosa de este escritor atesora la virtud de inspirarnos, lo que resulta excepcionalmente difícil en esta época de ruido; sus textos indican con precisión y elegancia el lugar hacia el que dirigirnos en el paisaje de la cultura facultándonos para la belleza, la compasión, el bien y la verdad”.
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