El nuevo número de Turia analiza la amplia labor cultural de Javier Barreiro

El nuevo número de Turia ofrece a los lectores, entre sus principales contenidos de temática aragonesa, un interesante artículo en el que se analiza y pone en valor la amplia, diversa y notable tarea intelectual realizada por Javier Barreiro. Con este pormenorizado recorrido por su dilatada trayectoria, la revista quiere rendir homenaje a uno de los indiscutibles nombres propios de nuestro panorama cultural de las últimas décadas, tanto a nivel creativo, como de investigación y divulgación.

Bajo el oportuno título de Estajanovista de la cultura y bohemio: Javier Barreiro y su paradoja vital, Juan Villalba Sebastián elabora una acertada semblanza de la fértil vida de este zaragozano nacido en 1953 y que, con rigor, sabiduría y constancia, ha ido dando a la luz pública un abrumador número de artículos, investigaciones y libros que testimonian su inagotable curiosidad por distintas materias y su brillantez a la hora de aproximarse a ellas, de estudiarlas y luego difundirlas al público interesado por la literatura o la música. Buena prueba de esa ambición por saber y por transmitir conocimiento serían, por ejemplo, obras de gran calado como su enciclopédico Diccionario de Autores Aragoneses Contemporáneos. 1885-2005, su sugerente Diccionario del tango o sus ciento veintiséis voces elaboradas para el Diccionario biográfico español, de la Real Academia de la Historia.

También la revista publica la segunda y última entrega de la serie de artículos dedicada a dar a conocer la Celtiberia y su legado literario. Elaborados por el profesor universitario Javier Hernández Ruiz, dan a conocer una completa y necesaria aproximación a la expresión literaria de los celtas de Iberia. En esta ocasión se nos narra la fértil presencia del imaginario céltico en la Edad Media, lo que permite al autor disipar el equívoco de que la Celtiberia desapareciera del imaginario colectivo hispano tras la romanización. Al contrario, y como se demuestra con multitud de ejemplos, durante aquella etapa de nuestra historia la Celtiberia estuvo muy presente en diversos cantares medievales y en las crónicas, principalmente como referencia mítica y ancestral.

La antropóloga turolense Lucía Pérez García-Oliver, una de nuestras mejores expertas en el patrimonio cultural inmaterial y en el estudio y difusión de los dances populares aragoneses, aporta en el nuevo número de Turia un fragmento de su próxima obra: Los Aquavera, una familia errante. Ensayo de investigación histórica y antropológica, memorias, vivencias noveladas, autobiografía… Todo eso y mucho más es el innovador formato narrativo que presenta este libro inédito. En él se indaga en el pasado de nuestro territorio a través de la crónica de lo acontecido a una saga familiar durante tres siglos. No en vano, el objetivo final es revelar lo que sucedió con la influyente familia Aquavera.

Con la publicación de los citados contenidos, en las secciones que específicamente se denominan Sobre Aragón y Cuadernos Turolenses, se cumple así una de las líneas de trabajo de la revista. Una labor que le ha permitido convertirse en una plataforma idónea para la investigación y la divulgación. Tanto de aquellos protagonistas como de los temas de interés histórico, literario y antropológico que, vinculados a Teruel y a Aragón, merecen conocerse más y mejor.

Como es habitual, en este nuevo número de la publicación, los autores y temas vinculados a Aragón gozan de un protagonismo muy relevante. Un total de 30 creadores aragoneses o radicados aquí participan en cada una de las diez secciones de la revista con sus relatos, poemas, artículos o críticas de libros.

Turia es una revista que tiene una versión en papel, de periodicidad cuatrimestral, y otra digital (web y Facebook) de difusión diaria. Está editada por el Instituto de Estudios Turolenses de la Diputación de Teruel y cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de Teruel, el Gobierno de Aragón y la Caja Rural de Teruel. Este número ha sido posible gracias a la colaboración de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y al apoyo del Ministerio de Cultura.

Javier Barreiro, un trabajo cultural ingente y valioso

El polígrafo aragonés Javier Barreiro (Zaragoza, 1953) protagoniza, en el nuevo número de Turia, un detallado y recomendable artículo sobre su valiosa e ingente labor vital y profesional. Como bien se subraya en dicho texto, quien se acerque a su página web podrá encontrar un repertorio completo de su fértil escritura: “Son cientos de entradas sobre sus muchos saberes e inquietudes culturales que él relaciona con meticulosidad de bibliófilo (ha fichado y catalogado el contenido de sus más de veinticinco mil libros) y detalla con escrupulosa exactitud en un currículo interminable sus libros publicados, artículos, entrevistas, textos para catálogos de artistas, conferencias —impartidas en universidades de Europa y América—, presentaciones de libros y recitales, además de promover exposiciones y muy diversas empresas culturales”.

Esa diversidad de inquietudes que su producción intelectual refleja, es atribuida por el propio Barreiro a que él es “disperso por naturaleza, y además ansioso. Tengo necesidad vital de pasar de un género a otro, de lo culto a lo popular, de la música a la literatura, de la investigación a la creación… Efectivamente, para mí, en la variedad está el gusto”. De ahí que, en la brillante aproximación panorámica que Turia publica, se describa “su inclinación por el estudio con rigor intelectual y seriedad científica de la música folclórica y popular del siglo XX (cuplé, jota, zarzuela, revista, copla, tango, flamenco, jazz, figuras de la canción española, canción melódica, etc.) y, por supuesto, también su particular predilección por coleccionar partituras —sobre todo del primer tercio del siglo XX—“.

Subraya también el texto de Turia, la perenne pasión por la lectura y la precocidad literaria de Javier Barreiro y los premios que obtuvo ya en su juventud. También cómo a los 23 años, con la carrera de Filología Hispánica ya terminada y un puesto de profesor, se enfrentó al dilema de todo autor: escribir o vivir. Su sensibilidad exacerbada le llevó a “disfrutar y aprovechar mi juventud. Es lo que hice durante ocho años. Fue una decisión consciente”.

En otros apartados del amplio artículo, se nos habla de sus múltiples y maravillosas amistades, así como de su gusto por la bohemia y lo marginal, por los raros y heterodoxos. Se da también cumplida noticia de su fértil condición de narrador y poeta; de su labor como biógrafo, con libros de referencia sobre Raquel Meller o Marisol. No hay que olvidarse tampoco de su acreditada ocupación como antólogo de autores como Ramón J. Sender, Francisco Carrasquer, José Vicente Torrente o José Ramón Arana.

En definitiva, y como bien concluye Juan Villalba en la revista, Javier Barreiro posee una personalidad paradójica: “Fluctúa del orden, el trabajo diario, la memoria portentosa y el quemar pestaña bajo el flexo a la necesidad de respirar el aire de la vida, cultivar la amistad y participar de la creatividad bohemia, el sentido del humor y el ansia epicúrea de vivir de sus amigos de la noche, que no buscaron el éxito, ni el triunfo material ni el aplauso”. De ahí que Barreiro haya dedicado buena parte de su vida al afán quijotesco de “reivindicar la memoria de todos esos escritores que defendieron sobre todo su libertad, incapaces de prestar vasallaje a nada ni a nadie o de abdicar de sus convicciones y cuyas obras, algunas de mérito, hubieran merecido permanecer en el tiempo y no ser arrumbadas en el desván del olvido”.

La Celtiberia, un territorio histórico sustancial en el desarrollo de la literatura hispánica

Javier Hernández Ruiz ha dedicado una serie de dos artículos en Turia al empeño por demostrar el notable legado de la Celtiberia más allá de la romanización. En esta segunda entrega, nos recuerda el sorprendente dato de que “los invasores visigodos llamaran Celtiberia a una provincia que abarcaba la parte centro-occidental del antiguo solar de los celtíberos, con urbes de raigambre celtíbero-romana, como Segóbriga, Valeria y Ercávica u otras de nueva planta como Recópolis, erigida hacia 578 en honor de Recaredo y una de las primeras ciudades palatinas del alto medievo europeo. Esa presencia también está en la literatura docta escrita en latín del periodo visigótico, con figuras señeras como Isidoro de Sevilla”.

Igualmente, se resalta la condición de la Celtiberia como encrucijada de lenguas. También es relevante cómo, esa dinámica fronteriza de la vieja Celtiberia y la política de tolerancia con las poblaciones musulmanas y hebreas, propiciarán los manuscritos aljamiados. En definitiva, Javier Hernández Ruiz documenta y demuestra, con estos artículos difundidos por Turia, que la Celtiberia fue “un territorio histórico sustancial en el desarrollo de la literatura hispánica, sobre todo por ser estratégica encrucijada de las cuatro culturas que han marcado Europa”: la céltica, la musulmana, la hebrea y la cristiana.

Lucía Pérez García-Oliver, la antropología al alcance de todos

La antropóloga Lucía Pérez García-Oliver, nacida en el municipio turolense de Jorcas, está considerada una relevante experta entre quienes se dedican al estudio y divulgación de nuestra cultura popular y tradicional. Por ejemplo, sus numerosos trabajos sobre los dances en Aragón han contribuido sobremanera a rescatar y promover la recuperación de este singular patrimonio existente en nuestra comunidad autónoma.

El fragmento que Turia publica ahora de su próximo libro Los Aquavera, una familia errante, se lee con inequívoca fluidez, al buscar y conseguir de manera sostenida la complicidad con lo que se nos narra. También ayuda el hecho de que el abrumador aparato de notas e investigaciones volcado en estas páginas se sitúe al final del libro.

Sin duda, se detecta que la escritura de esta obra ha sido todo un ejercicio de catarsis y liberación para su autora. Y también constituye un inequívoco testimonio del amor profesado hacia sus padres y hacia los lugares estudiados. Además, al mismo tiempo, se nos brinda un repertorio caudaloso y atractivo de información sobre las costumbres de ayer y hoy. Conviene subrayar, por otra parte, el hecho de que manera sincera y reiterada se reivindica el papel de las mujeres como elementos fundamentales en cualquier familia.

Si el libro ha sido, en palabras de la autora, una auténtica terapia vital, no cabe duda de que el buen lector interesado en el ayer de su entorno saldrá satisfecho. Resulta evidente que estamos ante una indagación singular y certera sobre las múltiples andanzas de una familia con impronta e influencia. Una saga que ha dejado huella en no pocos episodios trascendentales y representativos del devenir y la evolución de Teruel y Valencia. Así, los Aquavera aparecerán muy bien retratados a lo largo de las páginas y se obtendrá cumplida y contrastada noticia de sus estrategias sociales y de los itinerarios seguidos para la acumulación de poder y riquezas. Son tres siglos en los que el apellido Aquavera fue sinónimo de astucia y, en buena medida, de empoderamiento femenino.

Fulgor y extinción de una saga familiar turolense que, como se nos recuerda en las páginas finales del libro, certifica que “la tierra solamente espera el retorno de alguien que la quiera tiernamente”. Y es que los seres humanos, ya sean poderosos o humildes, se apelliden como se apelliden, “nunca son más que simples pasajeros” a quienes la tierra permite durante un tiempo que se crean dueños para, finalmente, terminar “perdiéndose en su seno”. Y todo esto narrado, siempre, coralmente y con inequívoca sensibilidad de mujer. Lo dicho, un gran libro rebosante de historia y vida, de sabiduría transmitida que confirma que no existe mejor herencia que “una memoria limpia, honorable, solidaria y trabajadora”.

30 autores aragoneses escriben en Turia

Cada nuevo sumario de Turia es un claro ejemplo de integración cultural de autores de diversas procedencias geográficas, estéticas, ideológicas y generacionales. Todo ello sin olvidar nunca el arraigo turolense/aragonés de esta revista. Buena prueba de esa filosofía de trabajo la constituyen los 30 autores aragoneses que publican textos inéditos en las distintas secciones del sumario del número de la revista que se distribuye este mes de marzo de 2025.

Así, los lectores de Turia podrán disfrutar en la sección de narrativa de un sugerente relato original del zaragozano Francisco López Serrano (Los derviches mecánicos) y de un fragmento de la novela que está ultimando el escritor turolense Elifio Feliz de Vargas (Los años desnudos). En poesía, Turia da a conocer poemas inéditos de José Antonio Conde, Marta Domínguez Alonso, David Mayor, Ana Muñoz, Estela Puyuelo y Miguel Ángel Yusta. Otra de las secciones habituales de la revista es “La isla”, que contiene fragmentos del diario de Raúl Carlos Maícas ilustrados por Isidro Ferrer.

Más allá de las aportaciones ya comentadas sobre la rica y diversa trayectoria cultural de Javier Barreiro, a cargo de Juan Villalba Sebastián, del artículo de Javier Hernández Ruiz sobre la Celtiberia y su legado literario y del fragmento del libro Los Aquavera, una familia errante, de la antropóloga Lucía Pérez García-Oliver, hay que subrayar la nutrida presencia de aragoneses en la sección La Torre de Babel. Es el apartado que Turia dedica a la crítica de libros, y en él se ofrecen cuidadas reseñas de libros de ficción, de no ficción y de poesía, tanto de autores españoles como de otros idiomas traducidos al español. La amplitud y calidad de esta sección han convertido a Turia en una de las revistas que más y mejor practican la crítica literaria entre las publicaciones y suplementos culturales de España.

En esta ocasión, ejercen como críticos, un total de 19 aragoneses o radicados aquí: José María Ariño, Eva Cosculluela, Rafael Esteban Silvestre, Elifio Feliz de Vargas, Octavio Gómez Milián, José Luis Gracia Mosteo, Antonio Iturbe, Gonzalo Montón Muñoz, Julio José Ordovás, Agustín Pérez Leal, Antonio Pérez Lasheras, Pablo Pérez Rubio, Fernando Sanmartín, Ana Segura, José Manuel Soriano, Almudena Vidorreta, Enrique Villagrasa, Juan Villalba Sebastián y Jesús Villel.