El IET colabora con la publicación de la revista Cija del Centro de Estudios Espeleológicos Turolenses

El Centro de Estudios Espeleológicos Turolenses ha publicado el número 18 de la revista Cija, con el apoyo del Instituto de Estudios Turolenses (IET) de la Diputación de Teruel, en la que se recogen los trabajos realizados por el Espeleoclub El Farallón, destacando el aspecto científico junto al deportivo de esta disciplina. Se trata de una publicación anual, de la que se han impreso 500 copias, y que se dará a conocer al público en una presentación el próximo sábado en Montalbán.

Así lo han explicado en rueda de prensa Juan Carlos Gordillo, vicepresidente del Espeleoclub el Farallón y vicepresidente del Centro de Estudios Espeleológicos Turolenses, acompañado de la vicepresidenta de la Diputación Provincial de Teruel y diputada delegada del Instituto de Estudios Turolenses (IET), Beatriz Martín.

Esta edición incluye varios trabajos, como el del joven estudiante de biología, José Manuel Royo, sobre las polillas y los murciélagos. También hay espacio dedicado a sus trabajos en tres poblaciones turolenses, uno de ellos Bueña, donde han topografiado dos cavidades -la cueva del Maestro y la cueva Oscura- que enseñaron también a los vecinos en una actividad abierta a todos ellos, el mes de octubre pasado.

En Galve visitaron la espectacular zona de los Ríos Bajos, donde han topografiado la cueva Fátima y la cueva de las Dos Puertas. Precisamente, la contraportada de la revista número 18 recoge una fotografía de los Ríos Bajos en el río Alfambra en toda su magnitud y espectacularidad. Por último incluyen Moscardón, que visitaron con 7 bajo cero, topografiando la sima Cañada Lagosa, y la sima de Narro.

Asimismo, la publicación incluye información sobre dos minas que faltaron en la publicación de 2020 Minas de Teruel, vestigios del pasado, donde incluyeron 30 minas de la provincia. “Se quedaron dos en el tintero, de la localidad de Camarillas, de las que se extraían ingentes cantidades de manganeso. Ahora ya están topografiadas y se han incluido en esta publicación”, explica Gordillo.

Para cerrar la revista se hacen eco del Encuentro de espeleólogos aragoneses en Montalbán el año pasado, tercera vez que el Espeleoclub el Farallón acogía este encuentro que esta vez saló del ámbito aragonés atrayendo a personas de toda la geografía española.

Este número han impreso 500 copias de la revista, algunas de las cuales se destinan a intercambiar publicaciones con otros centros de estudios, de la provincia de Teruel y de otros lugares, incluso a nivel internacional, y con los ejemplares que reciben amplían su biblioteca dedicada a los centros de estudios de la provincia de Teruel. También es posible consultarla en formato digital a través de la página del IET.

"Desde el Instituto de Estudios se apoya al trabajo que realiza en el Centro de Estudios Espeleológicos", ha dicho Beatriz Martín, "por esa singularidad de acercarnos una parte de la naturaleza y el medio ambiente que no es conocida para todo el mundo, que no todo el mundo puede acceder, por las dificultades a la hora de acceder tanto a las cuevas como a las simas, pero que ponen conocimiento el valor e incluso la historia de estas cavidades que también han formado parte dentro del patrimonio de la provincia de Teruel".

La publicación nació tan solo un par de años después de crearse el Centro de Estudios Espeleológicos Turolenses. Gordillo explica que entonces contaban con muchos patrocinadores para sacarla adelante, y que hoy es posible gracias a la colaboración del Instituto de Estudios Turolenses, la Federación Aragonesa de Espeleología y el Parque Cultural del Río Martín. Se presenta en Montalbán porque en 2024 el club El Farallón cumplió 30 años de actividad y es una referencia en la espeleología aragonesa.

La revista se llama Cija de Teruel, porque la RAE, en el diccionario, hace referencia a los subterráneos y bajo tierra, hay zonas del Maestrazgo que a las simas las llaman Cijas. En ella recogen trabajos realizados por el Espeleoclub el Farallón, atendiendo así a la parte científica que en la espeleología va unida, indisolublemente, al deporte. “Estudiamos cavidades, simas y cuevas, de la provincia de Teruel. Hay que estudiarlas, cartografiarlas, catalogarlas y publicarlas, porque si no se difunde, no vale para nada”.

Espeleoclub el Farallón

El club de espeleología de Montalbán El Farallón cuenta con algo más de 50 socios, personas interesadas por la naturaleza y especialmente el medio subterráneo. En otros casos, se han visto atraídos por la fotografía, porque permite fotografías distintas, porque no son fáciles de tomar en otras circunstancias.

Cuando descienden a una cavidad hacen un cuadro descriptivo de datos, donde explican el nombre, término municipal, lugar, comarca, coordenadas, altitud, recorrido y desnivel. Incluyen fotografías y una descripción que incluye acceso desde el pueblo a la cavidad. Y luego aportan un plano topográfico, tras medir toda la cavidad.

Gordillo considera que la provincia de Teruel es muy atractiva para la espeleología: “No tenemos grandes cavidades como Cantabria Asturias o el Pirineo. La máxima está en la cija de Fortanete con 11 metros de profundidad y la más larga, la de Úbriga en el Vallecillo (Albarracín)”. También destaca la sima de San Pedro, que es única en Europa por el microclima que se crea en su interior y las dimensiones que tiene. Las sierras suelen tener más caviades, como las de Albarracín, Maestrazgo y Gúdar. La comarca más estudiada es la de Cuencas Mineras, que es la única que tiene un catálogo de todas sus cavidades.