El belén de Alobras crece con nuevas figuras, animales vivos y figurados y una gran noria

Por tercer año consecutivo, el olmo centenario de Alobras se convierte en un invitado de excepción dentro del belén navideño que el colectivo Alobras, el Centro del Mundo instala bajo sus ramas. En esta ocasión, los voluntarios de este grupo de vecinos y residentes han ampliado el censo del nacimiento hasta las 25 figuras humanas, que se reparten en un espacio abigarrado de detalles y guiños a la etnografía del territorio y a personajes o personalidades vinculadas de una u otra forma con el municipio.

El belén de Alobras, que se inauguró oficialmente el pasado viernes, 6 de diciembre, está registrando un torrente continuo de visitantes, atraídos por el cariño con el que los voluntarios se afanan durante más de seis meses al año para hacerlo cada vez más grande y cada vez mejor.

Dentro de ese afán de mejora constante, de nuevo este año se ha reorganizado la distribución del espacio. Sobre todo para hacer hueco a nuevas estructuras que se han incorporado en esta ocasión, entre las que destaca una gran noria de un molino de agua que se ha recreado junto a un estanque, también levantado para la ocasión y en el que ha debutado también la figura de una lavandera. También ha sido necesario encontrar un espacio para plantar el rebaño de ganado que hasta ahora se instalaba en unos establos en los que este año se han puesto gallinas y ocas vivas junto a figuras de ovejas.

Además de un puñado de nuevos personajes, el belén de Alobras ha sumado un sinfín de pequeños protagonistas que, como ranas o patos, contribuyen de una forma definitiva en la ambientación del diorama por el que los visitantes y curiosos pueden deambular a su libre albedrío entre las figuras. “Hay unos patos y unas ranitas. Hemos ambientado un poco esta parte de agua. Luego hemos cambiado algunas cosas de sitio, y el rebaño ahora está en otro sitio, pero le hemos incorporado dos perros pastores, que también ha hecho una vecina, que los ha hecho una imagen y semejanza de unos perros pastores reales que hay en el pueblo”, explicó Juan Pedro Moreno, uno de los integrantes del grupo Alobras, el Centro del Mundo.

Si hasta ahora la imagen del rey Baltasar tenía una bicicleta en la que llevar regalos, en un guiño a la ruta Montañas Vacías que pasa por el municipio, en esta edición se ha acompañado a Melchor de una borrica cargada con telas y a Gaspar de un camello, realizado por el mismo tapicero que hizo en su día la figura del mago.

 

Algunos escenarios han cambiado de sitio pero otros se mantienen inalterables en la misma ubicación desde que se instauró el primer belén. Entre ellos está la escena del nacimiento se mantiene en el anexo del templo. También se mantiene en la entrada a la iglesia la imagen del escribano. Si hasta ahora esta imagen acompañaba a un libro con el censo del pueblo “desde que se tiene conocimiento” y que se va actualizando cada año, en 2024 se ha ampliado con otra mesa y un libro de firmas en el que los visitantes pueden dejar su impresión sobre el belén o el municipio. El número de firmas en el registro de visitantes no para de crecer, asegura el miembro de Alobras, el Centro del Mundo que, además, no para de ver a conocidos de pueblos vecinos que se han acercado a ver la versión 3.0 del belén.

Para instalar los distintos ambientes y recrear las escenas del belén, una docena de vecinos y residentes de Alobras han estado trabajando durante toda una semana, además de la tarea de crear nuevas incorporaciones al surtido de personajes de cada escenario, en su montaje. Además, se ha contado con la Asociación Cultural aportando distintos elementos y la del Ayuntamiento, con la cesión de una nave en la que conservar todos los elementos durante el resto del año.

“Los primeros visitantes del viernes, cuando la inauguración, fueron una chica acompañada de su hijo y su padre (...). Dijo que no conocía a nadie del pueblo pero que lo había leído en el DIARIO DE TERUEL y no se lo querían perder”, explicó Moreno.

 

La gente que se ha acercado hasta el momento a ver el nacimiento se sorprende por el tamaño y el realismo de la nueva noria que, además, y debido a la caída tardía de las hojas del olmo, presenta una apariencia otoñal sobrecogedora. “Este año el olmo ha tirado la hoja muy tarde para desgracia nuestra porque nosotros lo vemos loco sacando hojas del agua pero ha generado el entorno del lago y todo lo que lo que es el belén lo ha hecho con una alfombra de hojas que es preciosa que queda espectacular”, explicó el miembro del colectivo organizador. También hay casos de curiosos que al atravesar el municipio se topan inesperadamente con el belén y, claro, paran para verlo. “Este fin de semana ha venido mucha gente de Valencia o de Barcelona, mucha gente que venía de turismo y ya las casas rurales ya los mandan a Alobras a ver el Belén”, añadió Moreno, orgulloso de que este belén empiece a “tener cierto caché”.

Al tratarse de un belén instalado a cielo abierto en un espacio público no precisa de horarios de apertura ni tiene vigilancia. A las 9 de la mañana se pone en marcha la noria, que funciona hasta las 22:00 horas de cada día. Además, cuando cae la noche el belén enciende su iluminación para ofrecer una dimensión distinta de cada rincón.