El arte contemporáneo revoluciona Tronchón de la mano de los creadores de Artech
Artistas de diferentes disciplinas se han inspirado en el Maestrazgo y sus gentes para crearArte contemporáneo y medio rural son totalmente compatibles y así lo ha demostrado el proyecto Artech (Arts, Rediscovery, Traditions, Ecletic, Contemporary, Heritage) que se ha desarrollado entre los días 19 y 24 de julio en Tronchón. Allí los artistas han intercambiado experiencias e inquietudes con los vecinos para sacar adelante diferentes creaciones artísticas, todas ellas con los tronchoneros, su cultura y tradiciones como inspiración.
Ioana Andrei y Petcut Larisa han buscado precisamente la simbiosis entre las gentes del pueblo y el paisaje a partir de la escultura lanar, que ha sido empleada como un distintivo de la localidad.
También Dora Buñuel ha trabajado las telas, pero centrándose en el lavadero como un espacio de sociabilidad colectiva y frecuentado especialmente por mujeres. En él se ha colocado su trabajo. El lavadero es a su vez el lugar donde cuelga el tapiz realizado por la albanesa Valbona Fejza y en él aparecen las curvas de nivel de Tronchón bordadas en tonos blancos y crudos y completadas con otros materiales, como el serrín.
Entre las creaciones hay algunas que ayudan a comprender espacios ya creados previamente. Es el caso de Josep Sanmartín, que ha empleado las viejas cintas de casete para grabar los testimonios de los vecinos. “Busca ensalzar el valor de la memoria como algo frágil, delicado y que debe conservarse como seña de cultura, historia y patrimonio”, dice Sonia Sánchez, que es la técnica de Cultura de la Comarca del Maestrazgo y coordinadora del proyecto junto con la profesora de la Universidad Politécnica de Valencia y anteriormente de Bellas Artes de la Universidad de Zaragoza en el Campus de Teruel, Rocío Garriga.
Estas cintas se pueden escuchar ya en diversos lugares del municipio, como la plaza o el Museo de la Escuela, donde Sanmartín ha seleccionado los cortes en los que las personas mayores hablan de cómo fueron sus días en el colegio, de forma que los visitantes no solo verán el aspecto que tenía hace unas décadas, sino que escucharán los testimonios directos de los que fueron alumnos en él.
Una de las intervenciones más espectaculares ha sido la de Daniel Vera, que ha pintado los depósitos hasta mimetizarlos con el paisaje que les rodea. Una de las torres muestra la vegetación de invierno, mientras que otra plasma el paisaje de verano y ahora resulta prácticamente invisible. “Ha hecho desaparecer parte de la estructura y ha destacado otra parte con tonos que en invierno dejarán de verse”, relata Sánchez, quien apunta que el trabajo ha gustado mucho a los lugareños, que además siguieron el proceso con todo detalle.
Protagonismo del queso
El turolense Darío Escriche llevó a cabo una acción sobre el proceso de elaboración del queso y la miel. Comenzó la noche del viernes y culminó a última hora de la visita del domingo, donde compartió queso y miel con los asistentes. Su labor consistió en ritualizar el proceso de dos alimentos muy típicos de Tronchón.
El queso tuvo su protagonismo en la creación de Rubén Planas, quien a partir de las formas de los moldes queseros y la cerámica de la ermita de San Antonio realizó un diseño con el que pintó el suelo bajo el Portal de Santa Bárbara. La decoración, que recuerda a los suelos cerámicos típicos de la localidad y al queso, también con mucho arraigo en Tronchón, únicamente se ve al pasar bajo la arcada.
No es la única instalación que hay en la población, ya que Teresa Vázquez realizó otra en el camino a la ermita del Tremedal aprovechando los elementos que estaban en el basurero, como cestos de mimbre, y rellenándolos con plantas autóctonas de forma que, una vez arraiguen, quedará perfectamente integrado.
Los queseros fueron a su vez agasajados por Kateryna Kuzmuk, quien mostró su lado más humano en una pieza construida con alambre, lana y luz.
Sergio Peramato llevó a cabo una performance visual en la Iglesia de la Asunción de Tronchón. El objetivo era ensalzar el patrimonio relicario del templo para que el espectador lo interiorice y busque un misticismo a través de una conversación con su yo interior. En su trabajo el órgano, que se conserva de forma parcial, adquirió un papel importante gracias a la iluminación y a la música gregoriana que sonó durante la exhibición.
Una de las piezas que más gustó fue la composición musical de Carolina Ferrer, Jesús Bellosta y Roberto Morote, que hicieron una obra inspirada en las relaciones de la Virgen del Tremedal, que son unas oraciones poéticas que se crean para darle la bienvenida y despedida a la virgen en el pueblo. Ferrer y Bellosta ofrecieron a su vez un concierto de forma altruista el sábado durante la romería a Santa Ana en la ermita que lleva su nombre.
Alba Lagares realizó una recreación simbólica del milagro de la Virgen del Tremedal a partir de una mano y rodeada por lana, en referencia al pastor manco que recuperó su mano.
Por otra parte, Sofía Royo ha combinado en un mural diversas fotografías realizadas por Antonio Navas en los años 1960 y 1970 destacando con hilo amarillo bordado a máquina diferentes detalles de los oficios y tradiciones de la localidad.
Precisamente esa orientación tan local de las intervenciones fue lo que más gustó a los vecinos, según confirmó el alcalde, Roberto Rabaza, que es también presidente de la comarca del Maestrazgo. El edil destacó que entre los participantes había un vecino de la localidad, Pedro Lucia, que recordó con su obra, creada a partir de una carrasca, los incendios sufridos por el Maestrazgo en el año 1994, “que marcó un antes y un después en el pueblo”, aseguró Rabaza.
Por otro lado, comentó que los participantes han estado a gusto durante su estancia puesto que “llegan a un pueblo de 60 habitantes pero lleno de patrimonio y riqueza natural que resulta muy diferente a lo que se puedan imaginar de la España interior o el medio rural”.
Este tipo de acciones, a las que desde la Comarca del Maestrazgo les quieren dar continuidad en próximos años, es una forma de poner en valor la vida de los pueblos y llevar hasta ellos “la cultura y el arte contemporáneo”, comentó el presidente, quien reconoció que en la zona “no estan acostumbrados” a este tipo de intervenciones creativas, pero añadió que gustan mucho tras la interacción y la explicación de los propios artistas.
Otro aspecto que destacó Roberto Rabaza es el hecho de que Artech ha propiciado la puesta en común de ideas con otros países, algo que ha servido para “conocer otros puntos de vista” pero también para “crear y estrechar vínculos”, manifestó.
En este sentido también se pronunció la técnica de Cultura, quien mostró su intención por continuar trabajando el arte contemporáneo con y para los vecinos. Durante las sesiones hubo algunos talleres participativos, como el de cerámica destinado a los adultos y uno de alginato pensado para los más pequeños.
Artech es un programa europeo en el que participan la Comarca del Maestrazgo en España, Transylvania Trust en Rumanía, la Fundación Gjirokastra en Albania y Archikidz en Ucrania. Durante dos años, artistas de todos estos países han realizado estancias en el resto –salvo Ucrania, donde no ha habido estancia creativa pero sí han participado creadores de allí en otros lugares–. La iniciativa finalizará este año 2022 con la realización de un balance por parte de los gestores una vez terminado el verano.
Junto a la participación de los artistas, completó el trabajo de fotografía y comunicación la empresa Tissure, formada por jóvenes turolenses.
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