Cane-Yo, el refugio digital de la pintura figurativa que no se queda en lo virtual
Hugo Saliente expuso en Amberes en la primera colectiva presencial del grupo multinacionalLa Historia del Arte se nutre de encuentros, de reuniones y de pequeñas comunidades. Picasso se descubrió a sí mismo por las calles del París de principios del siglo XX junto a Toulouse-Lautrec, Van Gogh o Cezanne, Buñuel aprendió la lengua del surrealismo en la misma ciudad algúna década después, con el grupo de bohemios que encabezaba André Breton, y un genio precoz como el de Zurbarán solo pudo manifestarse tras conocer y permearse de los pintores de la escuela sevillana.
Hoy en día ese concepto del grupo o pequeña comunidad artística se reinventa y multiplica sus posibilidades gracias a las redes sociales, que se convierten en vehículo y hasta en el sujeto -o parte de él- de la cosa artística. Sin embargo sigue siendo necesario ese sustrato material que termine dando sentido a todo, también al arte. El arte virtual y el NFT revolucionarán en el futuro la tenencia del arte y conceptos como la venta de originales o los derechos de la propiedad intelectual, pero por el momento, y al igual que el papel de las páginas de los libros lleva décadas muriéndose en las agendas de los visionarios, el arte sigue necesitando de lugares físicos en torno a los que reunirse, experimentar y darse a conocer.
La pasada semana se clausuró en la Dalek Art Gallery de Amberes (Bélgica) Wish you were here, la primera exposición presencial de pintura del grupo Cane-Yo, una comunidad de pintores figurativos formada en torno a un grupo de Telegram. Veinticinco artistas de Cane-Yo exponían alguna pieza y durante la inauguración presencial estuvieron presentes trece, que por primera vez se veían las caras en persona. Entre estaba el turolense Hugo Saliente, que acaba de terminar 1º de Bellas Artes en la Universidad Politécnica de Valencia. Saliente explica que Cane-Yo ha funcionado al estilo al que nos ha acostumbrado la pandemia, a golpe de mensaje y ciberreunión, “aunque se creó antes del coronavirus, hace unos tres años”. Tenía un precedente en el grupo artístico 404, que hace dos años abrió al público el grupo de Telegram a través del cual interactuaban sus miembros “y pegó un boom tremendo, acumulando como 30.000 seguidores en poco tiempo”.
De esa experiencia surgió Cane-Yo, que está integrado por estudiantes de todas las partes del mundo y también por profesores o artistas reconocidos, como Tsjebbe Van Damme, que actuó como comisario en esta exposición de Amberes, Preslav Kostov, Patrizio Volpini, Camilo Carreño o Alexander Wilby, entre otros.
Hugo Saliente forma parte de Cane-Yo desde hace unos dos años. “Es una comunidad un poco caótica, pero muy horizontal, y de la que van surgiendo proyectos cada cierto tiempo”, explica. “Y hace algo más de un año Van Damme tuvo ocasión de contactar con la galería de Magda Dalek en Amberes, y como suponíamos que este año por estas fechas estaríamos ya más o menos libres de covid, nos decidimos a organizar esta exposición presencial, con el objetivo de que acudiéramos el mayor número posible de autores y pudieramos conocernos personalmente”
Entre los 25 autores que exponían, solo había otro español además de Saliente. El resto eran fundamentalmente de Europa (Londres, Munich, Malta, Bélgica...) aunque también los había del continente americano, como Carreño, colombiano afincado en Chicago.
Aglutinantes artísticos
Entre los intereses artísticos de Cane-Yo hay dos que sirven de aglutinante principal. El primero es el arte virtual, el relacionado con los soportes y las plataformas digitales, ya sea a través de los memes, stickers y de los iconos que se popularizan a través de ellas, o bien de las estéticas propias de esta segunda generación de la digitalización.
De ahí se toman incluso algunas de las denominaciones, como el grupo original 404, que toma su nombre del error que genera un navegador de internet cuando busca una web que no existe en el servidor. Pero llama la atención que esa virtualidad se considera más una herramienta que un fin en sí mismo, lo que explica que la comunidad interactúe en la red con la vocación de convocar proyectos reales y presenciales. El nombre mismo de la exposición de Amberes, Wish you were here, que se puede traducir como Ojalá estuvieras aquí, alude a esa voluntad de que los proyectos terminen siendo una realidad física. “Es verdad que ya hay mucha gente del arte, que vende su obra en digital a través de plataformas”, explica Saliente. “Pero el arte real y presencial sigue teniendo mucha vigencia, creo que sigue siendo mayoritario y desde luego yo quiero lleguer llevándolo al ámbito físico”. Saliente, que vendió las dos obras que exponía en Amberes, asegura que “hoy por hoy para vender piezas hay que exponer en salas físicas”. Y poco más de una semana tras la clausura de Wish you were here ya está prácticamente cerrada la segunda edición de la muestra para el próximo año, también en Amberes.
Otra de las referencias artísticas de Cane-Yo tiene que ver con esa estética de las redes sociales, y consiste en que todos los pintores de Cane-Yo son figurativos. El arte digital, que en algunos casos es un arte instrumental -para diseñar contenidos o para diseñar interfaces de uso- está suponiendo un regreso desde la abstracción, que marcó la vanguardia y el fin del arte academicista, del arte decorativo en su versión más denostrada, a la figuración. Una figuración, todo hay que decirlo, muy rica, matizada y diversa.
Pero resulta paradójico que si durante las vanguardias lo moderno estaba marcado por la abstracción, los ismos y los Manifiestos Artísticos, hoy en día se ha dado la vuelta a la tortilla y la figuración es la excepción. “Por eso han trinfado en las redes grupos como Cane-Yo”, opina Hugo Saliente. “En una gran ciudad como Valencia puedes llegar a tener problemas para encontrar un grupo de pintores figurativos con quienes formar una comunidad estable, porque no hay tantos. Natalia Segovia, una de mis profesoras de pintura, no expuso en Amberes pero forma parte de esta comunidad precisamente por eso”.
En cuanto a la muestra en Bélgica, ha supuesto una completa experiencia artística para Saliente, que además de vender sus dos cuadros puso sustrato físico a compañeros de los que hasta entonces solo conocía a través de las redes. “Y trabajar con una galería tan profesional como la Dalek Art ha sido increíble”, afirma Saliente. “Personalmente a mí me ha servido además para darme cuenta de que Amberes es un centro cultural europeo enorme, de primerísima línea”.
Saliente expuso dos retratos. El primero es de un compañero de Cane-Yo, que lleva por título Green is not a creative colour, y el segundo, pintado en tonos rojizos, es un retrato de la artista y cantante turolense Carolina Ferrer, pintado a resultas de la última edición del Festival Ilustrado de Teruel.
Por el momento Hugo Saliente tiene previsto seguir perteneciendo a Cane-Yo y al conjunto de personas de la comunidad interesadas en seguir repitiendo este tipo de exposiciones presenciales, en Amberes el año que viene pero también en otros lugares de Europa, España incluida.
Y seguir expandiendo su universo creativo y conceptual. Este fin de semana el turolense ha participado en el festival Russafart, en el barrio valenciano de Russafa. Entre las diferentes actividades programadas hay una jornada de puertas abiertas de los talleres artísticos del barrio, entre los que se encuentra el de Hugo Saliente.
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