Bia Santos pone en relación seis siglos de arte a través de San Antonio de Padua

El teólogo y sacerdote franciscano portugués Fernando de Boulloes murió el 13 de junio de 1231 a los 34 años, en la ciudad italiana de Padua, y apenas uno después fue canonizado como San Antonio de Padua. Desde entonces ha sido una de las figuras centrales del cristianismo más representadas por los artistas de todas las épocas y con una iconografía más extendida y característica. Con motivo de su onomástica, el Museo de Arte Sacro de Teruel (MAST) inauguró este jueves Recuerdos de María para Antonio, una exposición de arte contemporáneo de la artista brasileña Bia Santos, profesora de Bellas Artes en Teruel, que puede visitarse hasta el próximo 3 de julio.

En la línea del trabajo que está desarrollando durante los últimos este museo turolense, dirigido por Pedro Luis Hernando, las piezas de arte contemporáneo conviven con total naturalidad con las de arte sacro medieval, renacentista o barroco que forman parte de la colección permanente del MAST.

Es el caso de la escultura de la Visita del Niño Jesús a San Antonio, del siglo XVIII, una de las piezas centrales de la sala Fidelidad del MAST, donde puede verse la muestra de Santos. En una de sus iconografías más conocidas, la figura representa la aparición del Niño en un momento de oración de San Antonio de Padua, pero existen otras tipologías con una función más devocional, como los bustos relicario, del que el museo cuenta con un destacado ejemplar.

A través de varios volúmenes e instalaciones luminosas apoyadas en vídeo y fotografía, Bia Santos propone un recorrido en clave contemporánea a través de la iconografía que tradicionalmente se ha asociado a San Antonio de Padua -no confundir con San Antonio Abad, patrón de los animales, y del cual tomó su nombre el primero-, buscando la reflexión contemplativa.

Hay que destacar, además, que en la cultura brasileña, de la que bebe Bia Santos por procedencia, San Antonio representa un punto de convergencia entre dos experiencias devocionales entroncadas pero diferentes: la religiosa sagrada y la que tiene que ver con las creencias populares, fundiéndose ambas en la identidad cultural, la memoria y las costumbres del pueblo. En ese sentido, se considera que San Antonio sigue siendo un modelo de comportamiento cristiano porque representa la fe, la caridad con los desafortunados y su actitud positiva ante las adversidades. En la tradición popular se le suele invocar para encontrar objetos y cosas perdidas, lo que debe ser entendido también en su significado metafórico.

En el caso de Recuerdos de María a Antonio, del mismo modo que el santo nacido en Portugal sintetiza en la cultura brasileña el nexo entre lo sagrado y lo profano, entre lo religioso y lo popular, en la sala Fidelidad del MAST debe ser entendido también como un punto de convergencia artística entre las diferentes estéticas, técnicas y conceptuales que separar -y unen- el arte desde el siglo XV hasta el XXI.

Cuatro piezas

La exposición de Bia Santos está estructurada en cuatro piezas. La primera de ellas, Los caminos de Antonio, está formada por un lado por 9 paneles de luces hexagonales donde se aprecia un fotomontaje con diferentes imágenes, y un panel de luz más grande y redondo.

Esa pieza visual se nutre de imágenes y lugares relacionados con los símbolos y la iconografía que remiten a San Antonio de Padua. Estas imágenes no tienen solo un valor estético, sino que representan la permeabilidad del legado de este santo en la vida de otras personas, a través de fundir en diferentes fotomontajes la imagen del santo con la de algunas personas -que se generalizan a través de presentar su sombra- y la de diferentes lugares del mundo.

La segunda pieza se titula El libro, y consiste en el volumen de una enciclopedia que pretende guiar a la persona en las diferentes maneras de alcanzar la espiritualidad, bien a través de la religión, bien a través del equilibrio, la humildad, la modestia o la longevidad. Según la artista, la propuesta trata de mostrar cómo la espiritualidad suele estar vinculada, en términos generales, con una doctrina a seguir que, dependiendo de sus necesidades, determina y marca ciertos tipos de comportamiento.

En términos formales, la pieza consiste en un gran libro enciclopédico abierto por la letra o, -donde puede encontrarse el término oración y también oráculo, entroncando con la tradición popular. A través de una ventana abierta con un corte rectangular en la página del libro puede verse la imagen en vídeo de una vela ardiendo.

La última pieza de la muestra de Bia Santos es Milagros Cristalizados, una serie de tres volúmenes con dibujos bordados en hilo dorado dentro de otras tantas campanas de cristal. Estos representan los milagros atribuidos a San Antonio de Padua, como muestra de los sublime y lo trascendente. Estos son la mula de Rímini, uno de los más populares que se le atribuyen -para convertir que un hereje se convirtiera al catolicismo que una mula que llevaba tres días sin probar alimento adorase la Eucaristía en lugar de comer-; la Predicación a los peces -en la misma ciudad italiana, Rímini, San Antonio consiguió que los peces del río Marecchia escucharan con devoción sus prédicas-; y el Viernes con un hereje, que hace referencia al primero de los milagros.

Artista brasileña que coordina el grado de Bellas Artes en Teruel

Bia Santos (Fabiane Cristina Silva dos Santos) es una investigadora y artista visual que actualmente trabaja como profesora de Bellas Artes en el campus de Teruel de la Universidad de Zaragoza, y ejerce además de coordinadora del grado. Es graduada en Artes Plásticas y Máster en Artes Visuales por la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Federal da Bahía, en Salvador de Bahía (Brasil), además de doctora en Artes Visuales e Intermedia por la Universidad Politécnica de Valencia.

Ha desarrollado buena parte de su trabajo en torno a cuestiones de género, sus relaciones entre lo público y lo privado, el arte colaborativo y los nuevos medios y herramientas digitales y virtuales. Ha desarrollado un lenguaje propio a base de trabajar diferentes disciplinas.

De 2005 a 2014 colaboró en la organización del evento de arte público Cabanyal Portes Obertes y en 2011 coordinó Cabanyal Archivo Vivo junto a Emilio Martínez y Lupe Frigols, una iniciativa que mereció el Premio Europa Nostra en la categoría educación, formación y sensibilización.

Además de ese premio, la artista fue becada en 2002 y 2003 por el Ministerio de Cultura de Brasil. En 2001 obtuvo el Premio Copene Cultura y Arte y en 1999 el Premio Oficial de la Sala Regional de Artes Plásticas de Bahía, entre otros galardones.