Alfonso Artigas presenta en Estercuel una novela de intrigas con dosis de historia ambientada en el monasterio del Olivar

El escritor Alfonso Artigas presenta este domingo en el monasterio del Olivar de Estercuel la que es su primera novela, La peregrina del Olivar. La obra camina entre diferentes ambientes, entre este convento de padres mercedarios de la Comarca de Andorra Sierra de Arcos, entre la Barcelona de la posguerra civil, la de la España del siglo XVI de redenciones de cautivos cristianos en Argel y la gran peregrinación de los vecinos de Lécera al Olivar en 1953.

La sala capitular del monasterio de Nuestra Señora del Olivar acogerá a mediodía la puesta de largo de Alfonso Artigas como novelista. El autor ha ambientado la mayor parte de la trama en este lugar después de realizar un importante trabajo previo de documentación histórica que le ha llevado a recorrer diferentes momentos de la historia de España, comenzando por la Castilla de Felipe II y terminando en las medianías del siglo XX.

Será el prior del monasterio,  fray Fernando Ruiz, y el periodista bajoaragonés Paco Vallés quienes acompañarán al autor en la presentación de la novela, que ya se dio a conocer al público de Lécera el domingo día 23 con un notable éxito de participación.
La novela de Alfonso Artigas llega tras la publicación reciente de dos de sus relatos cortos, Ironías del Coronavirus y Mi compañera de confinamiento, que escribió tras la pandemia de SARS-CoV-2 que estalló en nuestras vidas en marzo de 2020.

Argumento

En este caso, La peregrina del Olivar aborda la historia de una joven barcelonesa que busca esclarecer sus orígenes personales y el terrible destino de su madre, que acabó su vida internada injustamente en una institución psiquiátrica en la España de los años 40.

Este personaje se presenta junto con un aspirante a fraile que no es tal, sino un ambicioso buscavidas que anda siguiendo la pista de los manuscritos perdidos de Miguel de Cervantes, junto con un avaricioso anticuario capaz de todo tipo de intrigas y traiciones con tal de hacerse con ellos y un pastor reconvertido en detective por encargo del prior del monasterio que, en el transcurso de sus pesquisas, ve aflorar, junto con su mujer, las dolorosas huellas del pasado…

Todos ellos confluyen en el monasterio del Olivar, joya escondida en las serranías de Teruel, majestuoso escenario de los asesinatos que trata de resolver un cabo primero de la Guardia Civil, desconcertado por la evidente participación en ellos de La Mano Negra, la leyenda del novicio muerto que imparte justicia a quienes, por su malas acciones, tratan de escapar de ella en los claustros del convento.

Ficción e historia

La peregrina del Olivar es una trepidante narración en la que se entrelazan intensamente la historia y la ficción: las redenciones de cautivos cristianos por los frailes mercedarios, con fray Jorge de Olivar al frente, en el Argel del siglo XVI; la dureza de la reeducación de los hijos de los republicanos durante la postguerra en instituciones como el Patronato Ribas; la gran labor del padre Bienvenido Lahoz como capellán de la cárcel Modelo de Barcelona y, muy especialmente, la histórica romería que realizaron los leceranos al monasterio del Olivar en la primavera de 1953. Aunque en aquella peregrinación real solamente participaron hombres, el escritor hace peregrinar a Sole, la protagonista del relato, hasta el monasterio en busca de unas raices y un pasado que desea conocer más profundamente.

El monasterio del Olivar

Enclavado en el corazón de la comarca Andorra – Sierra de Arcos, entre los municipios de Estercuel, Crivillén y Gargallo, el monasterio del Olivar es una de las joyas más desconocidas del patrimonio cultural aragonés.

Sus orígenes se remontan al siglo XIII, cuando Gil de Atrosillo, señor de Estercuel, otorga a los frailes de la recién fundada Orden de la Merced, bajo los auspicios de Jaime I el Conquistador, el fértil valle en cuyo olivar se había producido una aparición milagrosa de la Virgen, y donde los religiosos fundan un convento.

La actual configuración del cenobio se debe en su mayor parte a la ampliación y reforma que realizó en el siglo XVII el comendador fray Juan Cebrián, que fue también arzobispo de Zaragoza y virrey de Aragón, y tras las rehabilitación exhaustiva que se llevó a cabo en los últimos años del siglo XX.

El monasterio es actualmente  uno de los centros culturales y religiosos más importantes de la provincia de Teruel, en cuyo claustro, actualmente, se exhibe la exposición antológica de la obra de la prestigiosa pintora Nati Cañada.