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La experiencia pedagógica de “estar en las estrellas” desde el Monasterio del Olivar La experiencia pedagógica de “estar en las estrellas” desde el Monasterio del Olivar
Las nebulosas y la Vía Láctea, desde el Monasterio del Olivar. Monasterio del Olivar

La experiencia pedagógica de “estar en las estrellas” desde el Monasterio del Olivar

Los monjes mercedarios tienen la certificación de la Fundación Starlight y organizan visitas todo el año
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La experiencia  de ver el gran cúmulo globular de Hércules (Messier 13) en el cielo de Estercuel, a 25.100 años luz de la Tierra, la inmensidad de la Vía Lactea y distinguir entre los miles de estrellas que iluminan el firmamento es una experiencia única. La hacen posible los monjes del Monasterio de Nuestra Señora del Olivar, un lugar de retiro, descanso y reflexión que ofrece actividades de astroturismo y que desde 2019 está reconocido por la Fundación Starlight con el certificado que avala su capacidad para ser embajadores para la protección del cielo nocturno, la difusión cultural de la astronomía y el desarrollo económico  sostenible local a través de este turismo.

La experiencia de observación del cielo permite a quienes participan en la actividad ofertada por el Monasterio mercedario la visualización de miles y miles de estrellas que nunca han visto con anterioridad, especialmente, “en las noches sin luna”, según destacó Fray Fernando Ruiz, sacerdote y prior y una de las personas que guía en la observación del cielo nocturno a los cientos de personas que se han aproximado a la plaza del convento a vivir esta experiencia.

“A simple vista se ve la Vía Láctea, e intentamos ayudar a comprender esa galaxia espiral, hacia dónde se mueve, y todo con la metodología de la Fundación Starlight, desde la plaza del Monasterio o desde el campo de fútbol de Estercuel, que es el lugar desde el que se realizará la visualización de las Perseidas el próximo 11 de agosto”, detalló Fray Fernando Ruiz.

Los telescopios permiten la observación de miles de estrellas.  Monasterio del Olivar

Los monjes del Olivar se pusieron en contacto con la Fundación Starlight en 2018 para adentrarse en el mundo del astroturismo y fomentar la preservación de la cultura del cielo, una esfera celeste que “en Teruel sabemos que es excepcional”, apostilla el prior mercedario.

Desde que fueron certificados en 2019, tras la correspondiente actividad formativa impartida desde la Fundación en Aliaga, los monjes han recibido a cientos de personas, a las que educan para que aprendan a observar las estrellas. Lo hacen a través de un monitor que señala, con un puntero láser, las principales constelaciones, estrellas, indicando posibles distancias, edades, energías... Tras esta primera inmersión estelar, la segunda parte de la experiencia se realiza con telescopios para que el público pueda ver con mejor precisión lo que el ojo humano no alcanza. La actividad termina con la realización de fotografías que se ofrecen a los asistentes para que se lleven un recuerdo de la experiencia, bajo un cielo nocturno estrellado y con la estela de la Vía Lactea señalando el camino.

El Monasterio del Olivar complementa esta actividad de observación del cielo con otras como conciertos bajo las estrellas, degustaciones y cenas. “Esta semana tuvimos una cena vegetariana y este sábado otra que ya está completa, como la del sábado 14 de agosto”, ágapes “en plan  campestre”, enfatiza, que se realizan en la gran plaza del convento.

Con todo, son actividades para toda la familia y, además, seguras contra el covid, porque se realizan de manera estática y cuando la gente se tiene que mover para acercarse al telescopio lo hacen con mascarilla y previa limpieza del ocular.

Perfil del público

Los monjes del Olivar tienen dos tipos de público: “hay un grupo de gente que se aloja en el monasterio y que tiene esta actividad de ver las estrellas como una de las importantes de su estancia, aunque también visitan el resto de la provincia o los alrededores; aunque buscan esta experiencia”, comentó Fray Fernando. Asimismo, “tenemos a gente de la zona o que veranea por aquí y que también vienen, y consideramos que es importante que la gente de nuestra tierra y los que vivimos todo el año aquí podamos vivirlo para difundir esta cultura del cielo”.

Este es un verano en el que se puede disfrutar especialmente de dos planeas: “Saturno y a Júpiter están más visibles que nunca; están radiantes, y el próximo verano no será igual”, añadió el sacerdote. En las visitas nocturnas “se ven nebulosas, cumulos globulares, que son nucleos de estrellas viejas y muy densos que están fuera del plano de la galaxia”, detalló el fraile.

Grupos de visitantes disfrutan desde hace más de un año de la experiencia. Monasterio del Olivar

Según Fray Fernando, “lo que más sorprende a quienes participan en la experiencia es ver las estrellas, más que la información que podemos ofrecerles, aunque esta también es importante, porque es la diferencia entre salir y ver las estrellas a estar aquí y verlas mientras se reciben explicaciones”. La observación “suele empezar a las diez de la noche y termina a las doce, y la gente no se cansa. Las explicaciones permiten entender, tener conciencia de las distancias, atender a las diferencias de colores en las estrellas; es una pedagogía para estar en las estrellas”, añadió el prior.

Perseidas

En 2020 unas 170 personas asistieron a la visualización del cielo del 12 de agosto, cuando se produjo la lluvia de Perseidas, que este año 2021 se ha adelantado un día y será el día 11 de agosto. Las inscripciones están todavía abiertas. “Diseñamos un protocolo para esta actividad, que es muy numerosa, de manera que para la entrada de la zona de observación hay un equipo de acomodadores y se marcan islas de 4x4 metros y entre isla e isla hay un pasillo de dos metros”. Así se hará el próximo día 11, donde, además, los asistentes podrán asistir, si lo desean, al concierto que ofrecerá Raúl Martín, un violinista de Las Parras del Martín que está desarrollando “una carrera brillante”, enfatizó el prior. Ver pasar las Perseidas mientras se escucha el concierto puede ser una experiencia para recordar toda la vida.

El músico, que el pasado mes de abril vivió la experiencia de ver el firmamento estrellado en el monasterio, también ofrecerá el día 10 un concierto en el convento.

Las visitas al Monasterio y su cielo estrellado se organizan todo el año, aunque “descansamos en enero”, según Ruiz. Si bien “las actividades de verano son las más populares, el cielo de otoño e invierno “es el más espectacular, puesto que la parte de Orion está formada por estrellas muy potentes y brillantes y hay nebulosas que con un sencillo telescopio dicen mucho”, destacó el sacerdote. Orión, añadió, “es una especie de utero galáctico en el que se están creando estrellas”.

Para acudir al Monasterio a realizar cualquiera de estas actividades es necesaria la reserva previa  “siempre,  por sentido común, puesto que tenemos que tener un listado de las personas que acuden por trazabilidad y para asegurar los aforos, porque cada grupo esta separado”. En la página web del convento se puede consultar el calendario de actividades.

Un lugar mágico desde el que observar el firmamento

El Monasterio del Olivar en Estercuel ya es de por si un lugar mágico, rodeado de  escarpadas montañas y de un frondoso bosque al que se le une el cielo que lo envuelve. A todo ello se le añade la tranquilidad, el silencio y la paz que emanan sus muros, lo que ha contribuido al éxito de sus actividades.

Al comienzo del verano, el Monasterio  del Olivar presentó un programa para esta campaña estival con un variado abanico de actividades cuyo eje principal se centraba en el astroturismo. De esta manera, cualquiera puede acercarse hasta este lugar para disfrutar de cenas, baños de estrellas, talleres fotográficos nocturnos, paseos y visitas guiadas, todo ello con el telón de fondo más espectacular posible: la bóveda celeste y el propio edificio del siglo XVI y XVII.

El láser con el que se señala el firmamento impresiona a los visitantes. Monasterio del Olivar

Hace tan solo un año que la Fundación Starlight reconoció la labor del Monasterio del  Olivar al otorgar el certificado que les avala como embajadores para la protección del  cielo nocturno, la difusión cultural de la astronomía y el desarrollo económico  sostenible local a través de este turismo.

En tan solo un mes y medio han participado en estas actividades varios centenares de  visitantes aunque se espera que la cifra aumente notablemente debido a que el día 11  tendrá lugar un concierto interpretado por el violinista Raúl Márquez, quien pondrá el  broche de oro a este elenco de actividades con su actuación en el claustro renacentista del Monasterio.

“Sin duda esperamos que al acabar el visitante tenga una sonrisa en la cara. Somos  unos privilegiados al poder vivir en este entorno en el que no hay ruido ni  contaminación. Desde luego esta es la mejor manera para descubrir el universo que  nos rodea” afirmó fray Fernando Ruiz.

Todas las visitas y cenas se realizan con cita previa

Las visitas guiadas al Monasterio que organizan los monjes del Olivar cuestan tres euros. Se pueden reservar las comidas, puesto que los sacerdotes cocinan para los huéspedes. Las observaciones, sin embargo, son mediante el sistema de entrada inversa, esto es, “se paga a la salida según lo que cada uno valore de la actividad; hay personas que lo valoran mucho y otros que lo valoran un poco menos”, explicó el prior del convento. Los conciertos tienen una entrada de 10 euros y los niños acceden de manera gratuita.

 

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