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Al-Kutandi: de Cutanda a Granada Al-Kutandi: de Cutanda a Granada
Cutanda: origen de al-Kutandi

Al-Kutandi: de Cutanda a Granada

Teruel. Científico y Cultural
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Mariano Ubé Sanjuán. Miembro del Consejo Científico del IET

Los orígenes

Al-Andalus, año 514 de la Hégira-AH / 1120DC. Nos encontramos en “Kutanda”/”Qutanda” (actual Cutanda), centro rector de un “iqlim” (una de las demarcaciones en que se dividía una “kura” -provincia-), dependiente de Zaragoza. Como referencia, podría estar constituido como un “hisin”, un poblamiento fortificado andalusí con carácter de defensa militar del territorio.

Al noroeste, Alfonso I, rey de Aragón, se encuentra intentando tomar Calatayud en ese mismo año. Pero, avisado del avance de un ejército almorávide hacia las tierras del valle del Ebro, acude a su encuentro. El 17 de junio se libraría la batalla de Cutanda.

Tal vez entonces ya habría nacido Muhammad ibn Abd al-Rahman ibn Abd al-Aziz ibn Halifa ibn Abi l-Afiyya al-Azdi al-Shair, al-Kutandi/Kindi, Abu Bakr. Las fuentes andalusíes hablan del año 507 o 513 AH / 1113 o 1119/1120DC. Causa esfuerzo la lectura completa de este nombre propio; podríamos abreviarlo refiriéndonos a “Al-Kutandi”. En la onomástica clásica árabe, la “nisba” es parte del nombre de la persona, un adjetivo que indica familia o lugar de origen. En nuestro caso, la “nisba” del mencionado Muhammad es “Al-Kutandi”, refiriéndose bien a su nacimiento en Cutanda bien a su origen allí.

El crecimiento intelectual

El pequeño Muhammad bien pudo marchar hacia el sur junto a su familia como resultado de la presión ejercida por el monarca aragonés en la zona; o pudo haber nacido ya tras la marcha de su familia. Las fuentes andalusíes indican su presencia en varias localidades: Murcia, Málaga, Almuñécar, Granada. También señalan una importante nómina de eruditos que atendieron a su instrucción: derecho, gramática, poesía, ciencias del hadiz... Indudablemente, nuestro hombre adquirió una sólida y completa formación.

Con tal bagaje intelectual, aparece catalogado como alfaquí -experto en derecho islámico-, además de lexicógrafo (composición de diccionarios) o especialista en el lenguaje. Ello le permitió ejercer un magisterio en Granada y tal vez en Málaga: se conoce una amplia relación de alumnos que posteriormente alcanzarían celebridad. Es un indicador de la talla de un intelectual: el prestigio de los maestros escuchados y el alcanzado por sus pupilos. También se le asigna el puesto de “katib” (secretario), al servicio del gobernador de Málaga o de Granada.

El poeta y el círculo del gobernador

Pero, si debe destacarse alguna faceta de las múltiples que conforman su personalidad, es su poesía. En las sociedades islámicas, la poesía era de la más alta relevancia en la vida cortesana. Si bien no podemos hoy conocer su obra poética en conjunto, sí que es mentado en los testimonios que han dejado los eruditos andalusíes, mostrando su verbo y sus vivencias. Granada será su escenario.

¿Y su tiempo? Aunque en el periodo en que al-Andalus está sometido sucesivamente a los imperios almorávide y almohade (479-629/630AH / 1086-c.1232DC) se advierte decadencia en el estudio de las disciplinas propiamente científicas, en la época almohade –espíritu más abierto que el almorávide- se manifiesta un renacer de artes y letras. De hecho, se alcanza en la poesía granadina una de las etapas más florecientes. La llegada en 551AH/ 1156DC como “sayyid” –gobernador- de Granada del príncipe almohade Abu Said Utman, hijo del califa Abd al-Mumin, también propició el auge, al rodearse de un círculo literario de poetas entre los cuales encontramos a al-Kutandi.
 

Castillo de Cutanda, tras reciente intervención arqueológica

En este grupo, además de nuestro protagonista, se encuentran el alcalaíno Abu Yafar Ibn Said, la granadina Hafsa bint al-Hayy al-Rakuniya o el valenciano Abu Abd Allah al-Rusafi, entre otros. Nos aportan una imagen de una Granada floreciente, culta, con gusto por la vida. Nuestros poetas se prodigan en fiestas, cacerías, vino, placeres e improvisación de versos de alta riqueza visual. Es un espíritu de disfrute, de alegría, de amor por la vida y por lo placentero que ella nos depara, como si hubiera un agradecimiento por lo concedido.

Las vivencias

Al-Kutandi aparece citado con frecuencia en diversas reuniones literarias “lúdicas” que se celebraban en Granada, improvisando poemas. Entre otras, se recoge una propuesta en verso -junto con al-Rusafi- a su amigo Abu Yafar para reunirse en un lugar paradisíaco a las afueras de Granada y disfrutar de un día de asueto. Así sería. Día de cantos y de juegos, si atendemos a los versos de al-Kutandi dedicados al mencionado al-Rusafi, que estaba algo remiso a dejar su ascetismo en la velada, aunque al final sí lo hizo: ”Te vencimos en aquello que te había propuesto, oh, ibn Galib, con vino, con mirtos, con canciones y dados” (Del Moral Molina, Celia: Literatos granadinos en el “Nafh al-Tib de Al-Maqqari”. Tesis doctoral, Granada, Universidad de Granada, 1982, p. 181).

Otro día lo encontramos en un nuevo jardín granadino, también con Abu Yafar y otro amigo poeta -Abu Al-Hasan ibn Nizar- contemplando el reflejo de una danzarina en una fuente e improvisando un poema cada uno. Al-Kutandi señala, entre otras cosas, que “He aquí un aljibe en el que creerías que hay plata fundida, dorada por el atardecer. Es como si el jardín lo amase, y pusiese en sus lados un sombraje denso” (Del Moral Molina, Celia: op. cit. p. 188).

Pero no todo es alegría. También hallamos sus versos en otro estado anímico, tristeza dada por el fallecimiento del gobernador citado Abu Said: “Desaparece el imperio y sólo queda la huella de sus nobles acciones. Este es el halo; más ¿dónde está la luna?” (García Gómez, Emilio -ed. y trad.-: El libro de las banderas de los campeones, de Ibn Said al-Magribi. Madrid, Instituto de Valencia de Don Juan, 1942, p. 209). Y continúa la tristeza y nostalgia al dirigirse al río Guadalquivir: “¡Oh, río de Sevilla! ¿No volverá nunca aquella época, aunque sea en sueños? Pasó para mí como un relámpago ofuscador, y desde que me dejó, no he cesado de vivir en tinieblas” (García Gómez, Emilio -ed. y trad.-: op. cit. p. 210).

Sólo son algunas muestras de su verbo. Nuestro poeta fallecería en Granada, tras vida retirada, 573AH / 1187/8DC. Acontece su entierro cerca de Puerta Elvira. Será un símbolo de una época, gusto por la cultura, transmisor de conocimiento, enamorado de la vida. Para su recuerdo. Desde Cutanda.

 

Para saber más

(no exhaustivo)

-Biblioteca de al-Andalus, entrada “Al-Kutandi, Abu Bakr”. Disponible en la dirección https://ibntufayl.org/glossary/kutandi-al-kutandi-abu-bakr/ , Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, apartado de Biblioteca de al-Andalus (glosario). Último acceso: enero 2025.

-Del Moral Molina, Celia: “Entre alamedas y huertos floridos: la literatura árabe en los reinos de Granada”, Andalucía en la historia, 40, 2013, pp. 34-39.

-Ortega Ortega, J.M.: “Sociedad y administración del territorio en el ‘tagr al-ala’: El ejemplo del ‘iqlim’ de Qutanda”, Arqueología y territorio medieval, 5, 1998, pp. 31-54.

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