Villarquemado retoma con éxito total la XXII edición del Encuentro Intercomarcal de Tambores, Bombos y Cornetas que hermana varias cofradías

La Cofradía de Tambores y Bombos del Santo Cristo del Consuelo de Villarquemado se quitó este sábado, por todo lo alto, la espinita de su 25 aniversario que no pudo celebrar en 2020, porque apenas unos días antes había estallado la pandemia de covid-19 que obligó a detenerlo todo. La localidad retomó  la XXII edición del Encuentro Intercomarcal de Tambores, Bombos y Cornetas que estaba previsto celebrar entonces, precisamente donde comenzó ese ciclo que hermana cofradías de la Comarca Comunidad de Teruel, Albarracín, Gúdar-Javalambre y otros territorios aragoneses.

Participaron en total unos 500 instrumentistas de diez formaciones; Ciudad Múdéjar de Teruel, Real Hermandad del Santísimo Crsito de La Paz y Santo Ilgnum Crucis de Calatayud, ciudad que la cofradía de Villarquemado visita todos los años durante la Exaltación del Tambor y el Bombo; Cuadrillica de la Muerte de Teruel; Real Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad de Daroca; Tmabores y Bombos El Tremedal de Orihuela; Hermandad de la iedad de Cella; Cofradía y Hermandad de la Sangre de Cristo y de la Misericordia de Santa Eulalia del Campo y Tambores y Bombos de la Santa Cruz de Rubielos de Mora.

Hubo también un recuerdo para cinco de las cofradías que en algún momento han participado en el encuentro, pero que ayer no pudieron acudir, que son las de Albarracín, Bronchales, Manzanera, Sarrión y Mora de Rubielos. “La pandemia ha pasado factura a muchas de las bandas de tambores y bombos”, explicaba ayer Paco Guillén, presidente de la cofradía de Villarquemado, “y algunas no llegan a tener la gente mínima para acudir”.

En ese sentido, la conductora del evento, Sara Montesinos, recordó que el Santo Cristo del Consuelo de Villarquemado, que celebraba ayer su 25+3 aniversario -el que tenía que frustró la pandemia en 2020 más lo tres años que han pasado desde entonces- tiene las puertas abiertas a todo aquel que quiera integrarse en su banda de tambores. En la actualidad la cofradía tiene 85 socios, aunque solo 22 son músicos en activo. Ayer sin embargo se reunieron más de 60 personas tocando el tambor y la corneta, ya que para hacer todavía más especial el Encuentro Intercomarcal muchos ex miembros de la cofradía se unieron a sus vecinos para acompañarles en un toque, diseñado especialmente con motivo del aniversario, para que sonara este sábado.

Banda de Música de Villarquemado

La Banda de Música de Villarquemado también contribuyó a la fiesta, ya que después de que todas las agrupaciones invitadas realizaran varios toques de exhibición, participó junto al Santo Cristo del Consuelo en dos toques que habían ensayado durante los últimos meses.

Después todas las bandas realizaron un recorrido por las calles del pueblo, se celebró un pasacalles nocturno y finalmente, poco antes de la medianoche, se hizo una rompida multitudinaria.

En una jornada tan especial como ayer se busca recuperar ta tradición de quienes se están pensando volver a sumarse a las bandas de tambores, y además e hizo un recuerdo especial para los que les precedieron y ya no están.

Uno de ellos fue Jorge Cano Canito, que junto a Fito Rodríguez fue quien, en 1995, comenzó a enseñar a tocar el tambor y el bombo a los entusiastas que dieron origen a esta tradición en Villarquemado, “quien nos metió el gusanillo en el cuerpo”, recordaba ayer Paco Guillén. Otro fue mosén Eulogio, el anterior párroco, que fue el impulsor que convenció a sus vecinos para formar una banda de tambores. Y también hubo un recuerdo especial ayer para dos miembros de la banda fallecidos recientemente, José Ramón Paricio y Consuelo Serrano.

Además del alcalde de Villarquemado, Federico Serrano Paricio, tomó la palabra como pregonero oficial del XXII Encuentro Intercomarcal de Tambores, Bombos y Cornetas Fito Rodríguez. Basándose nada menos que en las enseñanzas dialécticas  de Francisco de Quevedo -al menos eso aseguró él desde el estrado-, recordó los tiempos en los que, hace un cuarto de siglo, los vecinos de Villarquemado decidieron contar con él para montar una banda donde tocar el tambor y tener un pretexto más para reunirse y saber los unos de los otros. Un proyecto que ni siquiera la pandemia de covid-19 ha sido capaz de tumbar. “Una pandemia tras la cual aseguramos que saldríamos mejores, menos egoistas, que cuidaríamos más la naturaleza”, exortó el impresor y agitador cultural. “¿Y al final? ¡Pol haba! Nos encerramos en las redes sociales y llenamos la naturaleza de molinicos para hacer más ricos a los ricos”.

Fito Rodríguez reivindicó las cosas cara a cara y las reuniones de verdad para tocar el tambor, tomar una cerveza o cualquier otra excusa. “Las redes sociales no dan abrazos ni amor. Disfrutemos los unos de los otros, las unas de los otros, las otras de los unos, las unas de las otras o como cada uno quiera, pero disfrutemos de cerca, de verdad”. El pregonero, en el minuto final antes de que los tambores tomaran la palabra, aprovechó para agradecer la confianza que depositó Villarquemado en él y en Jorge Cano para empezar a darle al palillo, y también “la defensa que hacéis de estas cosas tan chulas que sabemos hacer los humanos cuando nos juntamos de verdad”.