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Una tormenta desborda  el río en Guadalaviar y deja anegados los bajos de una decena de casas Una tormenta desborda  el río en Guadalaviar y deja anegados los bajos de una decena de casas
El cauce del río Guadalaviar a su paso por la localidad del mismo nombre este jueves al mediodía

Una tormenta desborda el río en Guadalaviar y deja anegados los bajos de una decena de casas

La localidad vivió momentos de “miedo e incertidumbre” hasta conocer el paradero de dos de sus vecinos
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Guadalaviar recuperó este jueves al mediodía la calma después de que, durante la tarde-noche del día anterior, una fuerte tormenta que descargó sobre el collao del Molino provocara un repentino crecimiento del caudal del río, que se desbordó a su paso por la localidad provocando cuantiosos daños materiales tras entrar un metro de agua en una decena de casas, inutilizar tres vehículos y arrasar los huertos. Además, cuando la noche se echó encima y no disponían de cobertura telefónica ni suministro eléctrico, se vivieron momentos de incertidumbre hasta que se conoció el paradero de dos vecinos, de 35 y 54 años, que se encontraban en las proximidades del pueblo atendiendo el huerto y al ganado, y que aguardaron a que amainara para regresar.

El alcalde de Guadalaviar, Mariano Arbués, aseguró este jueves al mediodía que la situación estaba “controlada” después de que la noche anterior se produjera lo que calificó de “tormenta perfecta” en la cabecera del río, en el paraje del Collao del Molino y Bercolar, situados a unos 6 kilómetros del núcleo de población.

El cauce del río se encontraba seco en muchos tramos desde su nacimiento hasta el pueblo, pero la tormenta hizo que el cauce se desbordara y que el agua alcanzara entre 20 y 30 metros de anchura en algunos puntos y arrastrara todo lo que encontraba a su paso. El pluviómetro de la estación meteorológica de la localidad quedó inutilizado, pero los vecinos calculan que en la muela de San Juan llegaron a caer más de 150 litros de agua por metro cuadrado.

Mientras atendía a los medios y se acercaba con el mono de faena a ayudar a los vecinos que continuaban sacando enseres de sus viviendas, Arbués dijo: “Ahora lo que nos queda es cuantificar los daños y, en consonancia a los mismos, pediremos las ayudas necesarias”.

En una primera valoración, habían resultado afectadas por el agua diez viviendas, la mayoría de ellas habitadas coincidiendo con el periodo estival. Asimismo, se habían dañado tres vehículos y faltaba por comprobar los daños causados por la riada en los caminos que circundan la localidad, así como en las parcelas hortícolas. “No tenemos ninguna estimación económica”, detalló.

Arbués destacó que la tormenta provocó que se movilizara todo el pueblo. Los vecinos acudieron provistos de bombas de agua y cepillos a ayudar a limpiar las 10 casas ubicadas en la calle del Río. “El agua nos llegaba por encima de la rodilla. Detrás de una casa, íbamos a otra. Terminamos tarde, a medianoche, pero con la colaboración de todos, fue más fácil y llevadero”, comentó.

Asimismo, contaron con la colaboración de los bomberos de la Diputación, que ayudaron en pequeños achiques y en la inspección de la zona, y de dos patrullas de la Guardia Civil.

El alcalde admitió que hubo momentos de “miedo y cierta confusión” dado que, durante al menos una hora, no dispusieron de electricidad si cobertura telefónica. Además, “se nos echó la noche encima y echamos en falta a dos personas que estaban en el meollo de la tormenta”, que se produjo en la cabecera del río Guadalaviar.

“Estuvieron desaparecidas entre una hora y media y dos. Ni sus familiares ni nosotros sabíamos dónde estaban pero, gracias a Dios, aparecieron sanas y salvas porque se dieron la vuelta sin intentar cruzar el río”, añadió. Al parecer, se trataba de una mujer y un hombre de 35 y 54 años que estaban en el huerto y en una explotación ganadera.
 

El Guadalaviar, desbordado en la calle del Río, donde afectó a 10 viviendas

Limpieza

Los vecinos de Guadalaviar continuaban este jueves con la limpieza de las casas que resultaron anegadas. Martina Lahuerta, propietaria de una de ellas, explicó que mientras veían llover su nieta le preguntó: “Abuela, ¿se nos va a llevar la casa?”. Y aunque no se lo dijo a la pequeña, pensó: “Si esto no es el fin del mundo, se le asemeja un montón”. En su caso, tenía alquilada la bodega a unos jóvenes, que la usaban como almacén de artículos textiles y de hostelería, que quedaron inservibles.

Salvador del Valle Robledo dijo que faltó poco para que el agua saltara por las ventanas y agradeció la ayuda de los vecinos, que sirvió para que el agua solo alcanzara un palmo de altura.

Desde Bronchales llegó a Guadalaviar para “dar vuelta” a la casa de su hermana Marcelino Gonzalo. “En 66 años, no había visto nunca lo de este miércoles. Los vecinos fueron muy solidarios y, como tenían llave, sacaron mucha agua, que solo alcanzó la altura del zócalo”, dijo.

Una pareja de jóvenes, muy afectada por lo ocurrido, explicó que el agua reventó la puerta de su vivienda, en la que entró un metro de agua que dejó “todo perdido”, además de averiar su coche.

En la casa de los Belenchones, el agua del río no había entrado nunca, según Teresa, pero este miércoles también alcanzó un metro de altura y dejó inservibles los sacos de pellets que tenían aprovisionados, entre otros enseres. Este jueves por la mañana, los miembros de la familia sacaban en cubos el producto convertido en serrín.

En las últimas casas antes de llegar a las escuelas, otros vecinos comentaban que entre las causas del desbordamiento del río se encontraba la falta de limpieza del cauce. “Se ha ido rellenando y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) no deja limpiarlo”, comentaban.

 

Teresa Belenchón, junto a otras personas, limpia los enseres de la casa familiar en la que el agua alcanzó un metro de altura
La familia Belenchón deposita en un remolque los restos de los sacos de pellets que estropeó el agua


Diputación de Teruel

El servicio de Vías y Obras de la Diputación de Teruel desplegó efectivos y maquinaria para realizar labores de limpieza de material de arrastre que dejaron las ramblas provocadas por las tormentas en tres carreteras provinciales: la TE-V-9029 de Cella a Santa Eulalia; la TE-V-1008 a Alfambra y la TE-V-1001 de Concud a Celadas.

Los trabajos comenzaron la noche del miércoles y continuaron la mañana del jueves. La institución provincial pidió circular por precaución por estas vías.

En paralelo, bomberos de la Diputación de Teruel atendieron el miércoles diversas incidencias en la ciudad de Teruel y en Guadalaviar, donde realizaron pequeños achiques y la inspección de la zona a la que volvieron este jueves para ayudar en las tareas de limpieza.

 

Actuación de los efectivos de Vías y Obras en TE-V- 9029 Cella-Santa Eulalia

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