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Un libro blanco marca los pasos a seguir para ordenar los paisajes naturales de la Sierra de Albarracín Un libro blanco marca los pasos a seguir para ordenar los paisajes naturales de la Sierra de Albarracín
Manuel Blasco durante su intervención en la presentación del Plan de Ordenación de los Paisajes en la sede de la Comarca

Un libro blanco marca los pasos a seguir para ordenar los paisajes naturales de la Sierra de Albarracín

El plan propone actuaciones para que el turismo pueda disfrutar de los espacios sin degradarlos
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Los municipios de la Sierra de Albarracín tienen que potenciar su identidad propia a través de los paisajes naturales y culturales que poseen desde la planificación conjunta, anticipándose a lo que pueda llegar e interviniendo sin mayor dilación por la presión de los visitantes que sufren algunos espacios como la cascada de Calomarde. Es una de las conclusiones del Plan de Ordenación General de los Paisajes Naturales de la Sierra de Albarracín, presentado este sábado en la Comarca y que ha sido elaborado dentro del convenio que tiene esta institución con el Gobierno de Aragón para el desarrollo de los Planes de Sostenibilidad Turística en Destino.

Los autores del plan, que ha sido elaborado por expertos de diferentes universidades y centros de investigación, presentaron los pormenores del mismo en el salón de actos de la Comarca de la Sierra de Albarracín y pidieron que se utilice como un “libro blanco” de forma “proactiva”, porque este territorio se encuentra en una situación de punto de partida “privilegiado”, aseguró Alberto Longares, doctor en Geografía y Ordenación del Territorio y profesor e investigador de la Universidad de Zaragoza.

Junto a Longares presentaron el plan Patricia Hernández, que dirige los cursos aplicados de paisajes culturales de la Fundación Santa María de Albarracín, Beatriz Cabau y Juan Ignacio Martínez.

El presidente de la Comarca, Daniel Úbeda, aseguró que el plan es una “herramienta útil” que los ayuntamientos “deben utilizar” porque los pueblos de esta zona de la provincia son un “paraíso natural” y hay que conservar sus paisajes integrándolos en los entornos urbanos de los municipios. Abogó por la “coordinación” de todos los pueblos, algo a lo que se refirió también el consejero de Medio Ambiente y Turismo, Manuel Blasco, que asistió a la presentación y cerró el acto.

El plan aborda el estudio del paisaje y el impacto del turismo en la comarca, enfocándolo de manera integral a partir de ocho unidades centradas en la red fluvial, la principal de ellas el río Guadalaviar porque se erige como el eje central de la comarca. Estas unidades sirven de modelo para hacer el análisis y también para plantear las propuestas de actuación.

Por un lado, el documento, concebido como un libro blanco, analiza las áreas donde los núcleos urbanos de algunas poblaciones tienen problemas en su relación con el entorno natural que les rodea. Por otro, se abordan los espacios naturales frágiles, que son aquellos cuyo valor paisajístico puede encontrarse amenazado por nuevas actividades.

Entre los ejemplos que recoge el plan, se detalló el caso de la integración de Calomarde en su entorno natural, y el problema que presenta la cascada del Molino Viejo en este mismo municipio. Beatriz Cabau advirtió de las “aglomeraciones de visitantes” que presentan algunos recorridos de la comarca, y la necesidad de intervenir por el “impacto” que sufren ciertos espacios por las concentraciones que reciben. Planteó la importancia de aprovechar otros recorridos para descongestionar estas zonas y evitar que el impacto vaya a más.

Cascada de Calomarde

En el caso de la cascada de Calomarde, Alberto Longares comentó que es un sitio “muy visitado” pero también “muy delicado desde el punto de vista ambiental” por los elementos que posee, ya que su formación ha llevado mucho tiempo, pero “se están alterando por la visita del turismo”.

El plan propone en este caso la necesidad de ordenar esa situación y diseñar un itinerario “más respetuoso” con el lugar para evitar su deterioro, y enseñar a la gente también lo que debe evitar para no dañarlo. La propuesta aboga por aprovechar otros espacios próximos al lugar para poner en valor los usos culturales, como el molino que hay.

El ejemplo de esta cascada evidencia dentro del plan la necesidad de recurrir a determinadas formas de ver el paisaje, como pueden ser los miradores, para “ordenar el espacio para que no todo el mundo ni toda la gente vaya de una forma desordenada”. Aclaró que eso no supone prohibir el acceso, sino “dar a las personas que van a visitarlo pautas para que vean, entiendan, aprendan y aprecien mucho mejor ese espacio sin que lo degrademos”.

Antes de iniciarse la presentación, Longares comentó a la prensa que el plan de ordenación busca detectar los posibles problemas que pueden existir, actuar para solucionarlos y “trabajar en un mejor aprovechamiento de los valores y todas las virtudes que tiene la comarca”.

Identidad propia

Longares incidió en dar una “homogeneidad” a lo que se quiera hacer para darle una “identidad propia, que la tiene ya de por sí”, e intervenir en los sitios con “aglomeraciones de gente”, donde reconoció que se está haciendo “un uso un poco descontrolado de algunas sitios y hay que empezar a poner orden, planificar y gestionar de una manera más adecuada”.

Consideró que hay que ser coherentes, evitar impactar mucho en el territorio y buscar un equilibrio que debe trabajarse y gestionarse con la propia gente del territorio. A preguntas de la prensa sobre el riesgo que entrañan los parques de renovables, reconoció que “el peligro existe”, pero “depende de que la gente del territorio quiera o no”, además de las normativas existentes. “Si precisamente una comarca quiere ir en una línea de conservar y trabajar en su patrimonio, eso lo tendrá que tener muy en cuenta para ver cómo lo incluye o no lo incluye”, argumentó.

Sobre la misma cuestión y también a preguntas de la prensa, el consejero Manuel Blasco opinó que los municipios como no tienen ninguna capacidad de acción es “si no tienen una ordenación previa, incluso legal”. Observó que los proyectos de renovables los tienen que informar distintas administraciones, y que “lo complicado es hacer compatible la llegada de recursos económicos para una zona preservando el medio ambiente”, por lo que es importante regularlo.

Blasco consideró que “hay que ser comprensivo por todas las partes”, y que ni puede llegar una empresa que quiera arrasar con todo, ni tampoco decir que no se toca nada. “Hay que preservar el interés de la gente que quiere vivir en su territorio y de preservarlo, y creo que Albarracín está a tiempo de hacerlo bien”, concluyó.

Planificación

El consejero de Medio Ambiente y Turismo, Manuel Blasco, aseguró en Albarracín, momentos antes de la presentación del Plan de Ordenación General de los Paisajes Naturales de la Sierra de Albarracín, que cada comarca tiene que impulsar los potenciales que tiene, y que en este caso “necesitaba de un proyecto global, paisajístico, primero para proteger los paisajes, y segundo para aprovechar estos paisajes para la promoción turística”.

El presidente de la Comarca de la Sierra de Albarracín, Daniel Úbeda, indicó que su elaboración ha supuesto un coste de 50.000 euros financiados con el Plan de Sostenibilidad Turística. Indicó que habían hecho un convenio con la Fundación Santa María y que se planteó esta actuación “como una herramienta importante para que los ayuntamientos no vayan cada uno por su lado”, con el fin de que haya criterios de actuación homogéneos. Destacó la necesidad de que en aquellos puntos que se pueden degradar por la masiva llegada de turistas se establezcan medidas “para conservarlos a lo largo del tiempo”. Para ello indicó que el plan propone líneas de “actuación claras” a partir de unos criterios generales.

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