Relax, fiestas o deporte, las mil caras del Resort Rural La Trucha en el corazón del Maestrazgo
El antiguo hostal ha sido reconvertido en un hotel de 4 estrellas que cuenta con 63 habitacionesEl Hostal de la Trucha tiene mucha historia a sus espaldas. En sus orígenes fue una fábrica textil y papelera de las más importantes de la provincia de Teruel. Tras estar mucho tiempo cerrada, en el año 1972 Miguel Gargallo Lázaro compró las instalaciones, que constaban de varios edificios, en su momento albergaban las fábricas, pero también viviendas de los trabajadores, una capilla e incluso la escuela. Fue el primer establecimiento hotelero que el grupo puso en marcha en Aragón, donde ahora cuenta ya con un total de ocho hoteles.
Ahora esas más de 300 hectáreas se han convertido en un Hotel y Resort Rural donde desconectar, hacer deporte u organizar eventos empresariales o de ocio. No es un lugar para pasar una noche, puesto que el Hostal de la Trucha, en pleno recorrido de The Silent Route, no pilla de paso a casi ninguna parte. Allí hay que ir con ganas de disfrutar de un entorno agreste, junto a los Órganos de Montoro y al Nacimiento del Río Pitarque, y unas instalaciones de cuatro estrellas que han sido recientemente remodeladas, según explica el director regional del Grupo Hotelero Gargallo, Adolfo Ibáñez.
“Queríamos un hotel referente en todo el Maestrazgo, donde ya hay varios hoteles buenos, y nos distinguimos por la zona donde nos ubicamos, fuera de los cascos urbanos y con centenares de hectáreas alrededor”, comenta el responsable del Grupo Gargallo en Aragón.
Precisamente ese entorno privilegiado y las infraestructuras deportivas que se están remodelando –hace años que cuenta con piscina y pista de tenis, pero ahora se van a modernizar– lo van a convertir en un lugar interesante para la realización de concentraciones deportivas y, en este sentido, Ibáñez plantea que ya hay clubes de élite que han solicitado información al respecto.
Zona para pescar
Cuenta con 63 habitaciones y varios salones de convenciones, además de zona de pesca para truchas y recorridos senderistas variados, por lo que otro de los colectivos a los que quieren llegar es a las empresas. El responsable regional argumenta que las instalaciones están preparadas para albergar reuniones de empresas no demasiado grandes, de entre 70 y 80 personas, a las que ofrecen diferentes actividades para reforzar el trabajo en equipo.
El hostal lleva desde los años 70 en continuas remodelaciones porque era la niña bonita de su propietario, Miguel Gargallo Lázaro. Esta última reforma, que ha sido integral, ya no la conocerá, puesto que falleció en el año 2018, con las obras ya proyectadas. La pandemia las paralizó, pero Miguel Gargallo Llaquet decidió continuar con el proyecto que su padre tenía para su establecimiento preferido, aunque su facturación quede muy lejos de la de otros hoteles del grupo.
El hostal ha perdido habitaciones, de 72 a 63, una reducción necesaria para ampliarlas y convertir el establecimiento en un hotel de cuatro estrellas.
La remodelación realizada hasta la fecha ha supuesto una inversión de cuatro millones de euros que se incrementará entre un millón y un millón y medio más para la construcción de las instalaciones deportivas. La piscina estival se reformará totalmente y se construirá un gimnasio y una zona de spa. Además, está proyectadas dos pistas de pádel, aunque Adolfo Ibáñez destacó la complejidad que entraña su construcción porque se ubican al otro lado del río Guadalope y para pasar los materiales solo hay un pequeño puente cuya anchura resulta insuficiente. Han solicitado permiso para cruzar el cauce con maquinaria, pero tendrán que esperar a la autorización para iniciar las obras de las pistas.
Quieren ubicar las instalaciones de pádel en lo que antiguamente era una pista polivalente y otra opción posible es su reforma manteniendo el uso, de forma que se pueda jugar en ella a tenis, baloncesto y fútbol 7. También se adecuará el actual campo de fútbol 11, que se intentará que cumpla las medidas reglamentarias con el fin de atraer clubes de élite hasta las instalaciones de Villarluengo.
Pesca y barbacoa
Otro de los deportes que es posible realizar en el hostal situado junto a los Órganos de Montoro es la pesca, ya que dispone de una Piscifactoría donde hay truchas para que los clientes puedan hacer pesca y suelta sin dolor, ya que se utilizan anzuelos especiales. Cuentan allí mismo con un campo de golf de doce hoyos, dos pistas de petanca y una pista americana con obstáculos destinada principalmente al público infantil.
En las instalaciones de la Piscifactoría se han habilitado dos grandes salones que se utilizan tanto para convenciones como para la realización de fiestas. Se completan con grandes espacios al aire libre con barbacoa que son muy demandados por clubes de moteros que hacen el trazado Silent Route con parada y fiesta en el hotel.
Las obras para completar las instalaciones deportivas y de ocio se están ya desarrollando y confían en que todo el complejo esté listo a finales de este año.
El hotel dispone de servicio de picnic de diversas modalidades para que sus alojados realicen excursiones por el territorio sin preocuparse por dónde comer. “Hay desde el más sencillo, con bocadillos y agua, hasta otro en el que se incluye champán francés”, comenta el responsable del Grupo Gargallo.
Aunque la remodelación del hostal para convertirlo en hotel ha sido integral, en el edificio se conservan algunos de sus espacios más emblemáticos, como el salón con chimenea y cubierta de madera.
El Hostal de la Trucha siempre ha tenido una vocación de apoyo al territorio y se ha intentado que la plantilla se nutra de jóvenes de la zona. Sin embargo, como esto no siempre es posible, el complejo dispone de zonas residenciales para los trabajadores, que así pueden alojarse allí. Precisamente la búsqueda de vivienda en las zonas rurales turolenses donde el Grupo Gargallo tiene sus hoteles es una de las principales problemáticas a las que se enfrenta la empresa.
Dificultades
“El tema de personal es variable y en momentos puntuales sí tenemos dificultades para emplear a gente, pero el inconveniente mayor es que buscar viviendas en localidades como Mora o Albarracín es prácticamente imposible y las que hay tienen precios turísticos, desorbitados para un trabajador”, relata Adolfo Ibáñez.
Por eso en casi todos los proyectos que plantean incluyen espacios para alojar al personal. De momento hay contratadas 20 personas, algunas de la zona y otras que se han desplazado allí, pero desde el grupo anuncian que durante la temporada estival necesitarán otros diez empleados.
Por otro lado, en el reformado Hotel y Resort Rural Hostal de La Trucha van a montar una oficina de turismo adscrita a la red del Gobierno de Aragón donde atenderán no solo a sus clientes, sino también a aquellas personas de paso que lo demanden. El equipo de recepcionistas ya ha mantenido alguna reunión con responsables de las comarcas del Maestrazgo y Andorra Sierra de Arcos de cara a conocer las particularidades del territorio.
“Queremos ofrecer toda la información posible para que el turista alargue la estancia”, comenta Adolfo Ibáñez, que tiene una gran experiencia ofreciendo paquetes a sus turistas. La localización de sus hoteles permite a los clientes recorrer gran parte de la provincia de Teruel e incluso de Aragón sin salir del grupo.
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