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Los vecinos de Monforte de Moyuela suben en romería a la ermita de la Virgen del Pilar para rogar por la lluvia Los vecinos de Monforte de Moyuela suben en romería a la ermita de la Virgen del Pilar para rogar por la lluvia
Vecinos de Monforte durante la liturgia de la bendición de términos en la ermita de la Virgen del Pilar

Los vecinos de Monforte de Moyuela suben en romería a la ermita de la Virgen del Pilar para rogar por la lluvia

Cerca de un centenar de personas protagoniza la edición más populosa de los últimos años
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José Luis Rubio

Un centenar de vecinos y amigos de Monforte de Moyuela subieron el sábado al paraje de la Virgen del Pilar en romería para interceder por los agricultores y compartir mesa y mantel en una concurrida jornada de fraternidad.

Con la mirada fija en el cielo, y pensando que el año pasado no llovió desde estas fechas hasta agosto, los vecinos de Monforte de Moyuela se sumaron de forma masiva a la celebración de la romería  que cada año sube al paraje para bendecir los términos. El párroco de Monforte, Eduardo Resptrepo, bendijo el término municipal e intercedió por los agricultores de la zona, implorando la llegada de la tan deseada lluvia.

La fiesta consiste en compartir una jornada en el campo con la familia y los amigos y participar en la ceremonia religiosa en la que se bendice el municipio. Se celebra en una finca particular, propiedad del matrimonio Rosario Tello y Balbino Herrera, en la que todos los participantes asisten a la eucaristía celebrada en la ermita que se levanta en ese entorno y que está dedicada a la Virgen del Pilar. Las peticiones del religioso se centraron en la falta de agua. “Sobre todo lluvia”, recordó la alcaldesa de Monforte de Moyuela, Paula Del Mas, que dijo que es “muy necesaria aunque la cosecha esté perdida. Es necesaria para todo. Necesitamos  agua, de verdad”.

Récord de participación

Con cerca de cien personas, la de este año ha sido una de las romerías más concurridas de los últimos años, si no la que más, según confirmó la alcaldesa Del Mas. “Es el año que más gente ha habido. Mucha gente ha traído a amigos”, dijo la regidora.

Tras la liturgia religiosa, el Ayuntamiento sirvió un copioso aperitivo entre los asistentes. Además, se repartieron 110 litros de vino que, después de haber recibido también la correspondiente bendición religiosa, se repartió entre los grupos de asistentes.

Después del vermú, algunos grupos decidieron preparar su mesa y compartir las viandas que cada uno hubiera preparado mientras que otros prefirieron desplazarse de vuelta al pueblo y comer en los locales de sus peñas.

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