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Los cellanos desafían al viento y la lluvia para disfrutar del Calvario más esperado Los cellanos desafían al viento y la lluvia para disfrutar del Calvario más esperado
La familia Sánchez, más conocida en Cella como ‘Los Camilos’, preparó una hoguera para la caldereta y la protegió del viento y de la lluvia con una sombrilla

Los cellanos desafían al viento y la lluvia para disfrutar del Calvario más esperado

Los vecinos acudieron al monte a buscar los panes, pero algunos se fueron después a las peñas
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Cruz Aguilar
Con lluvia, alguna bolisa de nieve, tímidos rayos de sol y, sobre todo, mucho viento. Así celebraron este sábado en Cella el Calvario más esperado tras dos años suspendido a consecuencia de la pandemia. Los vecinos tenían muchas ganas de participar en su fiesta más popular y casi ninguno faltó al reparto de los 4.000 panes, otras tantas sardinas y en torno a esa misma cantidad de botellas de vino. Eso sí, aunque la mayor parte se prepararon instalaciones con toldos para evitar el viento y la lluvia, hubo numerosas cuadrillas que trasladaron el almuerzo y la comida hasta las peñas para evitar las inclemencias del tiempo.

También los hubo que, como la cuadrilla de María Pilar y Cristóbal, subieron solo a recoger el pan y, al ver el ambiente y el sol, regresaron para coger todas las cosas e instalarse en el monte. “Hace aire y mal tiempo, pero si no llueve aguantaremos todo el día”, especificó María Pilar.

La carne y embutido a la brasa fueron los protagonistas de la comida, mientras que los huevos fritos y las tajadas se llevaron la palma a la hora del almuerzo. Vicente y Sebastián acudieron al Calvario con sus mujeres, Isabel y Carmen, y cada uno con su bota de vino: “Así podemos beber los dos a la vez”, explicó Vicente.

La cuadrilla de Feli no tuvo dudas de que el del sábado era un día de campo y lo pasaron en el Calvario, como hacen “siempre para no perder la tradición” y reconocían que “después de dos años había muchas ganas”. 

También pilló la fiesta con ilusión Mari Carmen Garrido, que acudió junto a una cuadrilla de amigos: “Había muchas ganas de venir al monte, pero sobre todo de que se normalizara la situación”, explicó. En 2020 el confinamiento impidió celebrar el Calvario y en 2021 se hizo el reparto de pan, vino y sardina pero las reuniones de más de seis personas estaban prohibidas y el Ayuntamiento pidió a los vecinos no subir al monte.

Cordero y gambas


En el rodal de Los Camilos también comieron cordero, aunque guisado en caldereta y protegieron la hoguera con una sombrilla. Lourdes Sánchez, una de las integrantes del grupo familiar, explicó que solo comió en el Calvario alrededor de un 60% de la gente habitual debido al mal tiempo y aseguró que, si hubiera hecho un día bueno, no hubiera fallado nadie. A la Peña La Campanera la carpa que cada año instalan le vino de maravilla para evitar el viento. En ella no faltaron la cecina de jabalí, la de gamo y las gamas a la plancha.

 
En la Peña La Campanera no faltaron las gambas, que son ya una tradición


El reparto, del que siempre se ocupan los integrantes de la corporación municipal, transcurrió sin incidentes y de forma muy escalonada, según explicó el alcalde, Juan Sánchez. El concejal Santiago Navarro detalló que la comida y la bebida se distribuyó en dos puestos. Otros años había que parar para recoger la comida y, más adelante, se repartía el vino. “En el auditorio lo hicimos así, todo a la vez, y fue muy bien”, explicó. Además, las sardinas estaban ya preparadas en bolsas de entre una y seis piezas, para evitar tocar  con las manos y agilizar la distribución entre los asistentes.

Este año el cartel escogido para decorar las botellas de vino que se reparten es obra de Lidia Gimeno Lahuerta y lleva por lema “El antídoto que todos necesitábamos. El Calvario 2022” y en él  tres cruces del monte sirven para trazar algunas de las letras.

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