Juan Pablo López, participante en la maratón de Tokio 2023: “No sabía si acabaría la maratón de Tokio, pero si pones interés puedes hacer lo que te propones”
“Nunca había corrido más de 20 kilómetros y no sabía lo que iba a pasar, los últimos 15 fueron muy duros”Juan Pablo López tiene 47 años, vive en Cella y el pasado 5 de marzo participó en la Maratón de Tokio, donde este año hubo 38.000 deportistas, entre ellas dos centenares de españoles.
-¿Cuanto tiempo lleva practicando atletismo?
-Hice atletismo hasta los 18 años y ahora voy a correr por mi cuenta, no se puede decir que haga atletismo.
-¿Cómo se ha preparado?
-Las maratones se tienen que preparar con tres meses y medio o cuatro de antelación, es el tiempo que se aconseja. Cualquier persona se puede preparar en ese tiempo entrenando cinco días a la semana. Pero yo por cuestiones de trabajo y porque me lesioné, compaginé los entrenamientos con la natación y la bicicleta.
-¿Qué le animó a participar?
-En el banquete de la boda de mi hermana, ya en las copas, mi cuñado había corrido tres de los Six Majors, que son las seis maratones más importantes, y le prometí que a la próxima iría con él.
-¿Y han ido juntos a Tokio?
-No porque la de Tokio es por sorteo y, aunque nos apuntamos los dos, sólo me tocó a mí. De las 38.000 plazas algunas se sortean, otras están vinculadas a donaciones benéficas y los corredores de élite tienen garantizada su plaza. Participamos en el sorteo en 2019, pero en 2020 estalló la pandemia y no hubo maratón. En 2021 corrieron solo los profesionales y en 2022 hicieron la maratón en octubre, en vez de en marzo que es la fecha habitual y con mucha menos gente. A los que teníamos la plaza asignada de 2019 nos dieron a elegir entre 2023 y 2024 para correr.
-¿Cómo afectó la covid en la organización de este año?
-Han sido muy estrictos. Antes de participar nos instalamos una aplicación para controlar la temperatura y los síntomas durante los 10 días previos. En el reparto de los dorsales nos dieron dos test de antígenos para que los hiciéramos los dos días antes y pusiéramos el resultado en la aplicación.
-¿Y durante la carrera tuvieron que llevar mascarilla?
-Hasta el pistoletazo de salida sí, te la quitabas para correr y, cuando cruzabas la meta, te la volvías a poner.
-Los japoneses llevan fama de organizados. ¿Es así?
-Estaba todo muy bien organizado, había váteres químicos en diversas zonas, te daban una bolsa para que llevaras ropa de abrigo hasta la línea de salida, para que no te quedaras frío. Lo metías en la bolsa y lo recogías al final de la carrera, con la medalla, una manta, geles isotónicos y pastillas de sales. Había muchísimos voluntarios que te ayudaban a cualquier cosa.
-¿Qué es lo que más le gustó?
-El espíritu que había de la gente esforzándose y pasándoselo bien, había un ambiente deportivo y festivo muy majo, gente de todas las edades y actos musicales en los laterales. Lo que saco con esto es que muchas veces no nos creemos capaces de hacer ciertas cosas pero es porque no nos lo proponemos con la fuerza que hay que hacerlo, si te lo propones y le pones interés puedes hacer el 95% de las cosas que te propones. Yo no tenía claro que fuera a acabar la carrera, más de 20 kilómetros no había corrido nunca y no sabía lo que iba a pasar tras el kilómetro 20.
-¿Y cómo fueron esos últimos 20 kilómetros?
-Muy largos. Tokio es una ciudad bastante llana, la carrera en sí no tiene un perfil exigente. Hasta el kilómetro 27 por mi entrenamiento me sentí cómodo y a gusto, pero los últimos 15 kilómetros, a los que los profesionales llaman el muro, fueron muy duros, se te van las fuerzas. En la línea de salida conocí a un valenciano que llevaba muchas maratones y me dijo que es una carrera de 12 kilómetros, pero que empieza en el kilómetro 30. El nivel de esfuerzo que pone cada participante es el que quiere en función del tiempo en el que pretende terminar, mi objetivo era acabar, daba igual el tiempo, y al final fueron 4,5 horas, pero en esos últimos 12 kilómetros no podía dar zancadas grandes, era ritmo vaquillero, los últimos dos kilómetros fueron los más duros.
-¿Se le pasó por la cabeza abandonar?
-No, en ningún momento. En todo el recorrido había público y voluntarios disfrazados para dar ánimos a los corredores.
-¿Qué sintió al llegar a meta?
-En el momento de llegar estás muy feliz de haber conseguido el reto. No confiaba mucho en mí mismo, de hecho aunque tenía confirmada la plaza desde hacía tiempo hasta febrero no cogí los billetes, no tenía confianza de ir ni de acabar, pero hacíamos 20 años de novios con mi mujer y era una buena forma de celebrarlo.
-¿Hay que seguir una dieta?
-La nutrición es muy importante en los entrenamientos, tienes que, en función de tu peso, tomar cierta cantidad de hidratos de carbono, proteínas y bastante fruta. Los últimos cuatro días no se entrena nada y se hace una sobreingesta de hidratos de carbono.
-¿En qué puesto acabó?
-De los 38.000 acabamos 36.000, 28.000 hombres y 8.000 mujeres, yo terminé el 14.950.
-¿Está orgulloso del resultado?
-Sí, porque mi objetivo era llegar a meta. Animo a la gente a marcarse retos así porque desde el primer momento que te pones a entrenar te sientes con más fuerza, energía y optimismo.
-¿Se ha fijado otros retos?
-Como la experiencia ha sido satisfactoria y enriquecedora quiero volver a hacer una maratón y, si puede ser, con mi cuñado.
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