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Las obras del regadío para la trufa de Sarrión se han ejecutado al 62% y van según lo previsto Las obras del regadío para la trufa de Sarrión se han ejecutado al 62% y van según lo previsto
El proyecto de regadío de Sarrión es uno de los más complejos de los que se han desarrollado en España tanto por las diferentes altitudes como por la amplitud

Las obras del regadío para la trufa de Sarrión se han ejecutado al 62% y van según lo previsto

A lo largo del pasado año se invirtieron 5,3 millones que se suman a los 4,16 de 2020
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Cruz Aguilar

Un 62% de la infraestructura necesaria para el regadío de Sarrión ya está construida. Se trata de unas obras que está ejecutando Tragsa, se iniciaron en marzo de 2020 y que terminarán en marzo de 2023. Hasta el momento la certificación de los trabajos avanza con paso firme y, mientras que en 2020 se invirtieron 4,16 millones de los 15,32 previstos, a finales de diciembre del pasado ejercicio se habían llevado a cabo actuaciones por un valor de 5,3 millones, lo que supone una inversión acumulada de 9,46 millones, un 62% del total, según los datos facilitados desde la subdirección de Agricultura del Gobierno de Aragón en Teruel. De ese dinero, 4,12 millones son aportados por el Gobierno de Aragón y el resto, 5,34 millones, por la Comunidad de Regantes de Sarrión.

El subdirector de Agricultura en Teruel, Ricardo Ibáñez, especificó que a lo largo de la obra ejecutada hasta ahora se han realizado diversas mejoras y modificaciones que han supuesto un ahorro de 200.000 euros en la inversión prevista al inicio. Esta cifra podría duplicarse a lo largo del desarrollo de todo el proyecto, hasta los 400.000 euros, según adelantó Ibáñez.

La parte de la obra civil, que son las dos balsas de acumulación de agua, ya están construidas, falta impermeabilizar y colocar el vallado. Además, a finales del año pasado se terminó la colocación de todas las tuberías, quedando así, ya en diciembre, “toda la red instalada y probada”, comentó Ibáñez, quien detalló que cada tramo que se construye se prueba para darlo así por finalizado. En próximas fases se colocarán todas las bombas y aparatos, así como los autómatas y el sistema de comunicaciones.

También se ha construido la obra civil, que consiste en dos balsas, aunque todavía es necesario impermeabilizar y colocar la lámina, según especificó el responsable del proyecto.

294 kilómetros de tuberías

El regadío supondrá llevar el agua hasta 617,78 hectáreas de 134 propietarios y distribuidas en 929 parcelas. En total, las tuberías se extienden por más de 10.000 hectáreas de superficie de los términos municipales de Sarrión, Manzanera, Albentosa y La Puebla de Valverde. Precisamente es la extensión de la superficie y la orografía, con más de 400 metros de desnivel entre los diversos puntos, han dificultado y encarecido el proyecto, que tiene un coste por hectárea de casi el doble de lo que supone el regadío de un cultivo convencional.

A la gran superficie que abarcan las tuberías de riego, que suman un total de 294 kilómetros, entre las principales y las que luego van hasta las fincas, se suma la diferencia de cota entre unos lugares y otros, que es de en torno a 400 metros, según concretó Ricardo Ibáñez, que es ingeniero agrónomo del Gobierno de Aragón en Teruel y responsable del proyecto desde sus inicios.

Punta de lanza

El coste de todo el proyecto se eleva a 15,32 millones de euros por lo que la inversión necesaria por hectárea supera los 24.800 euros. De ellos los propietarios abonarán un total de 14.000 euros y el resto serán sufragados por el Gobierno de Aragón.

El proyecto contempla un total de seis sectores de riego que incluyen ocho bomberos agrupados en dos estaciones. “Una de las mejoras que se ha hecho durante las obras ha sido conectar entre sí varios de los sectores para que tengan más elasticidad y versatilidad y permitiría seguir regando aunque hubiera alguna avería”, especificó Ricardo Ibáñez.

Las obras del riego se iniciaron justo unos días antes de que el Gobierno de España decretara el confinamiento domiciliario a consecuencia de la pandemia de la covid-19. Sin embargo, pese a la situación anómala y a su repercusión en la economía y la provisión de materiales, las obras solo se paralizaron un par de semanas y después la meteorología ha acompañado y los trabajos han avanzado a buen ritmo y la previsión es que se cumplan los plazos de finalización, fijados para marzo del año 2023. Con la conclusión de este proyecto se cumplirá una de las aspiraciones de Sarrión y se dará estabilidad a la producción de un cultivo

Desde el departamento de Agricultura en Teruel destacaron la “buena coordinación” entre todas las partes implicadas y el “ambiente de confianza” que existe y que permite que las obras hayan avanzado sin ningún problema y al ritmo previsto.

Además, se trata de una obra en la que el presupuesto invertido es inferior al previsto, algo que no suele ser habitual en la ejecución de este tipo de trabajos y que, según Ricardo Ibáñez, se debe a las modificaciones que se han introducido en algunas de las redes de riego o la inclusión de mejoras en válvulas.

Máquina zanjadora trabajando en una zona rocosa

Tres pozos llenarán dos balsas de 72.000 metros cúbicos

El agua para las fincas truferas se obtiene de tres pozos, dos de ellos muy próximos entre sí y ubicados al norte del municipio, en la zona comprendida entre el Llano del Pobo y Lomas de Babor. Estos acuíferos llenarán una balsa de 62.000 metros cúbicos de capacidad que se construirá en una extensión cercana a las 2 hectáreas de terreno.

El tercer pozo está localizado al sur del término municipal de Sarrión, en la zona de la Cruz-Ermita de San Cristóbal que abastecerá a una balsa que es la que se está construyendo en la actualidad y que tiene capacidad para 10.000 metros cúbicos.

En el año 2003 se hicieron los tres sondeos de investigación y se establecieron unos caudales de explotación de 80 y 90 libros por segundo en los de la zona de las Lomas de Babor y de 60 litros para el pozo de la ermita de San Cristóbal.

El riego planteado en el proyecto es por microaspersión, que es similar al agua que aporta la lluvia y es el que mejor se ajusta a las necesidades de las carrascas truferas. Desde los sondeos se bombea el agua a las balsas y de ellas se llega a las parcelas por gravedad.

El agua procedente de tres pozos se almacenará en dos balsas; la imagen corresponde al proceso de construcción de una de ellas

La ampliación del proyecto bajará un 27% el coste por hectárea 

Los truficultores han presentado un proyecto para irrigar otras 332,97 hectáreas que actualmente está en la recta final para la declaración de impacto ambiental por parte del Inaga (Instituto Aragonés de Gestión Ambiental). De realizarse esta segunda fase,  supondría una reducción importante en el coste de la infraestructura por hectárea puesto que para que llegue el agua a toda la nueva superficie se aprovecharían una buena parte de las tuberías, balsas y zanjas ya realizadas para el riego que ahora se está ejecutando.

Se han sumado a este proyecto 112 propietarios con 515 parcelas que suman un total de 332,97 hectáreas, lo que supone un incremento del 54% en la superficie a irrigar.

El coste para desarrollar esta iniciativa supera los 3,8 millones de euros, pero, si se integra al proyecto de la primera fase, el conjunto de ambos (15,32 por una parte y 3,8 por la otra) no suma 19,1, puesto que buena parte de los trabajos serían comunes y el presupuesto final se quedaría en 17,2 millones. Todas estas cifras se traducen en una reducción importante del coste por hectárea, que pasan  de los 24.800 euros a 18.000, lo que supone una bajada del 27% en el precio final. De ese dinero la comunidad de regantes debería abonar poco más de 10.000 euros por hectárea (frente a los 14.000 que tienen que afrontar ahora) lo que incrementa sin duda la rentabilidad de la infraestructura y abarata el coste a los regantes de forma sustancial.

Ricardo Ibáñez relató que este ahorro se lograría únicamente integrando ambos proyectos, sin que el Gobierno de Aragón aportara más dinero, puesto que buena parte de la red de tuberías sería común. También supondría un abaratamiento en el coste de los gastos por hectárea en lo que se refiere al mantenimiento, con un ahorro calculado del 37%.

La infraestructura proyectada en Sarrión tiene un coste superior al de otras de esta índole. Así, desde el departamento de Agricultura especifican que una instalación convencional difícilmente supera los 10.000 euros y detallan que no se suelen pagar subvenciones con un presupuesto base por hectárea superior a 14.400 euros y en zonas muy concretas. Sin embargo, en el caso de la irrigación de las fincas truferas la complejidad viene dada por la orografía y por el número de hectáreas que se irrigan en cada sector, que son unas 2.000.

“Normalmente los regadíos son en zonas compactas y concretas, unidas, y no es este caso”, manifestó el subdirector provincial de Agricultura, Ricardo Ibáñez, quien aseguró que se trata de uno de los proyectos de riego más complejos de los que se han construido en España. Así, la superficie está distribuida en seis sectores diferentes que se abastecen a través de dos balsas y seis bombeos, uno para cada uno de los sectores.

Precisamente una de las mejoras que se han realizado en el proyecto que ahora se está ejecutando es la conexión de diversos sectores de forma que tengan “más elasticidad y versatilidad” y permitan seguir regando aunque hubiera una avería en alguno de ellos.

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