La ruta Montañas Vacías multiplica el número de viajeros en algunos de los pueblos más deshabitados
El gerente de la casa rural El Mirador de las Tejadas deja su número de teléfono para prestar socorro en caso de emergenciasCada primavera, Juan Pedro Moreno, gerente de la casa rural Mirados de las Tejadas, en Alobras, lanza un mensaje que, como un faro náutico, trata de ser una luz para los ciclistas que cada vez en un número mayor siguen el recorrido de Montañas Vacías.
El mensaje, que se distribuye a través de los grupos creados alrededor de la ruta, alerta en esa ocasión de las dificultades que encontrarán los viajeros para encontrar agua durante el recorrido e invita a cargar tanta como se pueda siempre que se tenga ocasión, que hasta el momento es únicamente en los pueblos.
Y es que toda atención es poca para un rosario de deportistas y cicloviajeros que poco a poco, gota a gota, están devolviendo un poco de vida y de actividad a un territorio que adolece de una profunda despoblación.
El mensaje que lanza Moreno a través de las redes sociales advierte de que “ya ha empezado la temporada”, algo que ha podido comprobar tras ver, como cada primavera, cómo los viajeros están pasando con sus “súper máquinas” por Alobras.
Sin embargo, en esta ocasión la llamad de atención se refiere al agua. O a la falta de ella. “Hace bastante calor y en semanas no ha llovido nada por lo que las fuentes están bastante secas, por lo que no olvidéis llenar vuestros botes en los pueblos”, escribe Moreno en el grupo Montañas Vacías Rider’s Group, en el que deja su teléfono (636296795). “No pesa, y si os encontráis en problemas cerca de mi casa no dudéis en llamarme, algo haremos”, dice en su mensaje.
Solución
Llevar memorizado ese número de teléfono puede ser la solución cuando aparezcan los problemas. “Hay ciclistas que pinchan o que tienen problemas y claro, yo, desplazarme 200 kilómetros no lo voy a hacer pero si cae relativamente cerca de casa no me importa”, dice para, a continuación, recordar que el año pasado tuvo que acudir a rescatar a ciclistas en dos ocasiones. Uno de ellos se trató de una pareja “que venía de El Vallecillo y les estaba cayendo una nevada impresionante. Se habían metido en un asador cerrado pero se les estaba acabando la leña. Me llamó el chico para pedirme que fuera a buscar a su novia y que él, si eso, ya iría andando. La chica estaba helada de frío”. Moreno fue a pos ellos con el coche.
“Es un servicio que a mi no me cuesta nada hacer y que pienso que es bueno que los pueblos que estamos en la ruta debemos prestar. No tenemos que dar la imagen de ser acogedores sino serlo realmente”, explicó el hostelero.
Por eso insiste cada temporada en que los ciclistas lleven su número memorizado. “Y si yo no puedo ayudar, seguro que entre todos encontramos quien sí pueda”, dijo.
“Ese mensaje hace casi tres años que lo voy poniendo”, reconoce entre risas el propio hostelero, que explica que por la puerta de su casa rural “pasan bastantes ciclistas de Montañas Vacías”. Tras ponerse en contacto con el creador de esta ruta, Ernesto Pastor, y ofrecer su ayuda, en el Mirador de las Tejadas se montó un punto de asistencia mecánica. “Preparé una parte del sótano de casa con algunas herramientas y recambios, que me va dando Ernesto gracias a las donaciones que tiene Montañas Vacías”, explicó Moreno.
En su afán por ayudar al viajero, que suele llegar más o menos maltrecho al ecuador de una experiencia tan intensa como extenuante como es una ruta de 700 kilómetros y 13.000 metros de desnivel positivo a través de una de las zonas más salvajes de España, Juan Pedro Moreno abre su sótano a cualquier viajero que precise asistencia mecánica. “La puerta del sótano en el que está el taller está fuera de mi casa, da a la calle. La llave está colgada fuera con un candado de código y cuando no estoy en casa pongo un cartel para que si pasa alguien y necesita herramientas o recambios me puede llamar y yo le digo el código del candado y así puede entrar y coger las herramientas o recambios que necesite”, explica, bromeando con que se trata de “un servicio 24 horas”.
Ojo a la provisión de agua
La sequía que está viviendo España este año ha hecho que el abastecimiento de agua durante la ruta se haya convertido en uno de los puntos críticos.
La situación está a punto de convertirse en crítica “si no llueve”, aseguró Juan Pedro Moreno, porque “ya no hay agua en las fuentes. En esta época lo normal es que las fuentes estén a tope de agua con el deshielo y lo que poco que pueda llover en invierno. Ahora mismo no hay fuente activas por este entorno”, advirtió. Precisamente, por eso insiste en su mensaje a los ciclistas para que carguen agua en cada pueblo por el que pasen.”Todos los pueblos tienen fuente conectada a la red. y si no hay fuente, que cojan agua en el bar o donde puedan. Incluso en las casas particulares, si pides agua la gente no tiene ningún problema en darte”, señaló el hostelero.
Esta dificultad está pasando factura a los ciclistas que recorren la ruta de Montañas Vacías. “Los chicos que van pasando están muy mal”, reconoció Moreno que, además, recordó que después de Alobras, en la subida a Javalambre no hay agua.
Aire fresco en los pueblos
Lo que ha ocurrido en Alobras tras la publicación y difusión de la ruta de Montañas Vacías puede servir de ejemplo de cómo ha cambiado la vida en los pueblos que atraviesan los ciclistas.
“En Alobras hay un goteo incesante de ciclistas, que es como un poco de aire fresco por ver venir a grupos de gente joven”, señaló Moreno. En el bar también lo han notado porque los cicloviajeros que pasan aprovechan para visitarlo.
“El pueblo ha cambiado. En mi casa rural ha cambiado muchísimo porque son personas que vienen fuera de temporada, que aquí es Semana Santa y agosto, y fuera de esas fechas había poco movimiento”, dijo Moreno. Sin embargo, ahora los meses de mayo y junio y septiembre y octubre el goteo de visitantes a pedales es incesante ahora. “El año pasado tuvimos 120 personas para dormir que llegaron haciendo Montañas Vacías cuando fuera de temporada, si meto ocho o diez ya estoy contento. Son 120 personas que han dormido en mi casa o cerca de 100 que han pasado por casa para tomar un café o algo. Ocupar 120 plazas en un año fuera de temporada sería casi imposible sin Montañas Vacías”, explicó el hostelero, que ha detectado que hay otro 20 por ciento de gente que solo para en la fuente para coger agua y sigue su camino.
La evolución de los usuarios de la ruta es evidente. “El año pasado tuve alojados cerca de 80 y el año pasado fueron 120. El crecimiento es importante y está viniendo gente de todos los países de Europa, de Estados Unidos y Canadá. Me sorprende la nacionalidad de la gente que viene porque piensas: Jolín, venir de Canadá a hacer Montañas Vacías tiene que ser porque te guste mucho la bici o porque ésto sea muy interesante”.
La avalancha de foráneos que la creación de Ernesto Pastor ha traído a la España más despoblada ha hecho que los pueblos de la ruta se hayan organizado. Los alojamientos del recorrido mantienen contacto para poder asegurar a los viajeros que podrán disfrutar (o no) de servicios al final de su etapa. “Me interesa enviar a la gente a establecimientos donde se les da el servicio. Creo que es bueno mandarles ahí que no a otro sitio porque mantienen el servicio en la ruta”, dijo Moreno.
La casa rural Mirador de la Tajadas está en el ecuador de la ruta. Allí llegan los viajeros después de haber completado la mitad del recorrido. “Llegan muy cansado. Hay gente que viene en plan deportivo y llega después de hacer 150 o 160 kilómetros y vienen bastante enteros, y luego están los que hacen 50 o 60 kilómetros que vienen para disfrutar y parar a hacer fotos”, señaló Moreno que ve que “hay gente que llega muy cansada, derrotada, porque es una ruta muy dura con mucho desnivel. Pero todos llegan alucinados de los paisajes y todo el mundo hace el comentario de que no se imaginaban que esto pudiera ser así porque cada día es un paisaje diferente”.
Multiservicio rural
Los multiservicios rurales se reivindican como oasis en la ruta de Montañas Vacías. Estos establecimientos pueden ser la única puerta abierta que encuentre el viajero para comer, cenar, avituallarse o, incluso, dormir.
Los MSR trabajan para ofrecer a los cicloviajeros servicios como el equipo para el mantenimiento o reparación de pequeñas averías de las bicicletas con repuestos como inflador, parches y cubiertas o cables de cambio, entre otros. Por ello, desde la red de multiservicios rurales se ofrece a los establecimientos la posibilidad de ser MV Point.
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