La Fundación San Roque de Calamocha impulsa el conjunto etnológico hidráulico Puente Romano

La consejera de Presidencia y Relaciones Institucionales del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez, visitó este martes el conjunto etnológico hidráulico de Calamocha y que está en el entorno del Puente Romano y que se está impulsando a través de diferentes fases la Fundación San Roque de Calamocha, que está adscrita al Ayuntamiento de Calamocha, con el apoyo financiero del Fondo de Inversiones de Teruel.

El presidente de la Diputación Provincial de Teruel y alcalde de Calamocha, Manuel Rando, recordó como el lavadero de lanas, del siglo XVII,  llegó a estar en la lista roja de  patrimonio de Hispania Nostra por su estado de abandono. Esto fue en 2012. Ocho años después, y gracias a la labor conjunta entre la fundación San Roque- Ayuntamiento de Calamocha, se llevaron a cabo las obras de recuperación del lavadero de lana del Jiloca, en Calamocha, por lo que pasó a la lista verde del Patrimonio, en la que se incluyen los bienes que han sido retirados de la lista roja al desaparecer el riesgo que presentaba.

Actualmente se está llevando más trabajos de recuperación y mejora del lavadero de lanas con la inclusión de la noria de agua y la inclusión a conseguir una antigua derivación de agua por parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro, según explicó el historiador e impulsor del proyecto, Emilio Benedicto.

Martinete de cobre

En referencia al martinete de cobre, siglo XVII el alcalde de Calamocha destacó que es uno de los dos más importantes de España. El pasado año se iniciaron los primeros trabajos a través de la Fundación San Roque, de recuperación del martinete de cobre para su futura musealización. “En España hay muy pocos ejemplos del rico patrimonio hidráulico como el que tiene Calamocha”, reseñó.

Actualmente, tras unos trabajos de consolidación, se está llevando a cabo la excavación arqueológica en el segundo nivel del martinete de cobre. En los trabajos que se hicieron de primer nivel aparecieron restos de una antigua fábrica de jabón, posterior al martinete de cobre.

La instalación industrial del martinete de cobre se componía de un pequeño taller construido en torno a una gran fragua u horno donde se fundía el material y el enorme martillo o martinete para aplastar el material y elaborar los objetos. Ambos elementos utilizaban la energía hidráulica la fragua alimentaba la combustión gracias a la trompa de soplado movida por el agua, y el martinete era movido por una rueda o noria hidráulica, ambas ubicadas en el cárcavo, que aun se conserva, y utilizando el caudal del agua acumulada en la balsa de la parte superior.