El Proyecto 50/50 premiará a los alumnos y a los colegios por mejorar su factura energética

Ahorrar energía tiene premio. Al menos, en los centros educativos de la provincia de Teruel en los que la Diputación Provincial ha implantado de forma experimental el proyecto 50/50 que desarrolla la cooperativa valenciana Aeioluz y mediante el cual, el ahorro que se obtenga al final del curso revertirá a través de dos vías en el propio centro, tanto en forma de mejoras energéticas como en las infraestructuras o el equipamiento que reclamen los alumnos. Desde este martes, el programa se aplica en el CEIP Ricardo Mallén, de Calamocha, y el CRA Cuna del Jiloca para sensibilizar sobre el consumo responsable y el ahorro de la energía y los recursos.

Este martes se presentó el proyecto a los alumnos de 5º y 6º de Primaria del CEIP Ricardo Mallén, de Calamocha, que dispondrán de cerca de cinco meses para logar la ansiada reducción de la factura energética del centro.

El proyecto, que se ha implantado desde este mes de enero en tres centros educativos de la provincia, está impulsado por la Diputación de Teruel. El diputado delegado de Asistencia a Municipios, Antonio Abad, participó en la presentación del programa por ser la institución provincial “la administración que ha iniciado este proceso” de poner en contacto -continuó- al “resto de organizaciones, de administraciones, el servicio provincial de educación, el propio colegio, el ayuntamiento, porque entre todos, junto con la Diputación, queremos sacar adelante este proyecto de eficiencia energética”.

Dentro del apartado de acciones del Área de Asistencia a Municipio en materia de divulgación “hay una parte que se estima que, incidiendo en los colegios, los ayuntamientos pueden ver reducidos sus gastos en suministros”, explicó el diputado. La partida destinada a este concepto es de cerca de 13.000 euros, afirmó Abad, de los que “en torno a 5.000 o 6.000 euros” se destinan a esta iniciativa. “Se trata de desplegar un (proyecto) piloto para ver qué tal funciona, para ver cuáles son los costos y cuál es ese retorno respecto a lo invertido, el retorno que pueden llegar a tener los ayuntamientos y, si funciona, extenderlo a otros centros”, concluyó el diputado.

La Oficina de la Energía de la Diputación llevará a cabo este proyecto piloto este curso con el C.E.I.P. Ricardo Mallén de Calamocha y el C.R.A. Cuna del Jiloca, con aulas en Santa Eulalia, Torrelacárcel, Villafranca del Campo y Villarquemado. Si funciona se trasladará a otros centros, porque “todos ganan”, ha afirmado el diputado Antonio Abad.

El alcalde de Calamocha, Manuel Rando, recordó que se trata de un proyecto que ya ha demostrado su eficacia en otros países europeos y que se está llevando a cabo en otras comunidades autónomas. Rando destacó la importancia de este tipo de actividades porque “algo fundamental de este proyecto reside en la concienciación de los niños. Lo que los niños aprenden en el colegio, luego lo trasladan a sus casas”, dijo, y recordó que el consistorio está inmerso en un programa de mejora de la eficiencia energética dentro del que se ha sustituido el alumbrado publico y se va a instalar una planta fotovoltaica.

A la presentación asistió también el director de Programas del Servicio Provincial de educación, Pablo de Jaime, que destacó que aunque se trata de un proyecto que se lleva a cabo durante un curso, “la metodología, la formación, se queda en el centro” por lo que previó que “va a ser un cambio de forma de funcionamiento”.

La directora del colegio, Silvia León, confirmó que aunque en el propio centro se está llevando a cabo un proyecto medioambiental, “estamos viendo una necesidad de intentar rentabilizar todos los recursos y tener cuidado con el medio ambiente”.

La formación energética corre a cargo de la cooperativa valenciana Aeioluz. La técnico Paula Contreras presentó a los alumnos de 5º y 6º curso el proyecto . “Hablamos mucho de energía con muchos colectivos, entre ellos los colectivos educativos, porque al final empezar a aprender de energía desde pequeñitos es lo que nos puede ayudar durante toda nuestra vida, que al final es una de las cosas en las que vamos a estar consumiendo día sí y día también”, dijo.

Aeioluz lleva implantando este proyecto en centros educativos desde 2019. “Trabajamos con los propios niños para que ellos vayan identificando esos espacios en los que podemos ir reduciendo nuestro consumo y mejorando nuestra eficiencia. Vamos llevando un control gracias a que tenemos de lado y acompañando a los ayuntamientos, que nos van proporcionando facturas y que están con nosotros en las sesiones”, explicó la técnico de Aeioluz.

Sobre el funcionamiento del programa, Contreras explicó que de la cantidad que haya podido ahorrar el centro educativo “la mitad se va a reinvertir en el centro para hacer que el centro sea más eficiente. Y la segunda mitad, el segundo 50%, es un aliciente para que motivo al alumnado porque es un premio que se decidirá desde el equipo energético y puede ser prácticamente cualquier cosa”.

Sobre el funcionamiento diario, la técnico explicó que “se eligen eco delegados en cada una de las otras clases que no participan en el equipo directamente para que haya un canal de comunicación. Además, esos eco delegados suelen tener las responsabilidades de, en el momento en el que sales de clase, luces, proyectores, ordenadores, ventanas cerradas, todo este tipo de cosas, siempre se nos olvidan un poco que los standbys que pueden llegar a suponer el 12 por ciento del consumo”.

Aunque habitualmente el programa se inicia con el curso, los centros turolenses participantes se han incorporado este mes de enero, por lo que su capacidad de ahorro de energía total será menor.

Los alumnos del CEIP Ricardo Mallén se mostraron muy receptivos con la idea. Patrik Tudor, de 6º curso, apostó por dinámicas como “cuando te vas de casa a pagar todas las luces y todos los electrodomésticos”, y su compañero Rubén Luna sumó, además, el no malgastar agua.