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El Jiloca redobla al unísono para demostrar que la Semana Santa late en los corazones de los cofrades El Jiloca redobla al unísono para demostrar que la Semana Santa late en los corazones de los cofrades
La Cofradía de la Virgen del Campo, en el Encuentro de Caminreal

El Jiloca redobla al unísono para demostrar que la Semana Santa late en los corazones de los cofrades

Más de un centenar de tambores, bombos y cornetas participan en el Encuentro celebrado en Caminreal
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Cruz Aguilar

Más de un centenar de tambores y bombos de Caminreal, Calamocha, Monreal del Campo, Villafranca del Campo y Fuentes Claras marcaron este sábado el redoble de salida de la Semana Santa en el Jiloca en la localidad de Caminreal, que fue la que acogió el XVII Encuentro Intercofradías organizado por la Asociación Amigos de la Semana Santa del Jiloca.

Los sones típicos de algunas de las procesiones más emotivas de los pueblos de esta comarca sonaron en la plaza del Ayuntamiento de Caminreal, donde los asistentes también tuvieron oportunidad de escuchar toques más rápidos y con mucho ritmo.

El encuentro nació, según reconoció la actual presidenta de la Asociación de Amigos de la Semana Santa del Jiloca, Laura Latorre, como una forma de impulsar los actos vinculados a la Pascua. “Veíamos que se estaba quedando un poco coja, que perdía la esencia, y por eso decidimos hacer un acto conjunto”, dijo. Precisamente, según reconocieron los cofrades de diversos pueblos e incluso el pregonero, mantener el interés por seguir tocando es una de las dificultades a las que se enfrentan en esta zona turolense, donde el tambor y el bombo no están tan arraigados como en el Bajo Aragón o la ciudad de Teruel.

“Es una forma de dar el pistoletazo de salida a la Semana Santa, y nos sirve para juntarnos”, explicó Lucía Lázaro, que forma parte de la junta Intercofradías y ayer presentó el acto, al que asistieron representantes de todos los Ayuntamientos de los pueblos participantes y también de un buen número de particulares desplazados desde diferentes puntos del Jiloca.
 

La Oración del Huerto, de Teruel capital


La Hermana Mayor de la Cofradía de la Dolorosa de Caminreal, María José Muñoz, reconoció que cada vez “hay que animar más a la gente, no quieren obligaciones”, lamentó. También en Fuentes Claras cuesta sacar adelante el grupo, según planteó Rogelio Esteban, que forma parte de de la Sangre de Cristo, donde el año pasado batieron récord de participación pero este ya han tenido algunas bajas: “Tocar es un sacrificio que no está reconocido”, dijo Esteban.

El programa de actos

La Cofradía del Santísimo Eccehomo de Calamocha  inició la exhibición en la plaza del Ayuntamiento y, tras ella, salió la   Oración del Huerto de Teruel, a quien cogió el relevo la Entrada de Jesús en Jerusalén, también de Calamocha. A continuación fue el turno de la Virgen del Campo de Villafranca y, después, los calamochinos del Santo Cristo. Cogió el testigo la Sangre de Cristo de Monreal del Campo, que a su vez se lo pasó a la Sangre de Cristo de Fuentes Claras. Cerró el recital la cofradía anfitriona, que fue la Dolorosa de Caminreal.

En la Asociación están también las localidades de Torrijo del Campo y Báguena, aunque este año no han asistido al encuentro. En El Poyo del Cid hay una cofradía vinculada a la Semana Santa, pero sin instrumentos.

Durante el encuentro hubo un recuerdo, como es tradición todos los años, para los cofrades muertos, y especialmente emotivo fue el que le rindieron al joven calamochino Alejandro Gómez, cofrade del Santo Cristo de Calamocha, y a Domingo Salas, de Caminreal.

Entre los tamborileros que ayer se desplazaron a Caminreal estaba Marina Querol, de la cofradía calamochina Entrada de Jesús en Jerusalén, quien reconoció tener “muchas ganas” de que arranque la Semana Santa: “Son muchos meses de ensayo y muchos fines de semana ocupados en esto, por eso hay tantas ganas de soltarlo y que salga bien”, concretó.

La Entrada de Jesús en Jerusalén empezó los ensayos justo después de Navidad porque este año la Semana Santa cae muy pronto. En Monreal comenzaron a calentar muñecas antes que de costumbre y los primeros toques sonaron ya en el mes de diciembre, aunque luego descansaron durante las navidades y volvieron a retomar las prácticas ya en enero, según explicó Shaylin Lantigua, que lleva en la cofradía desde que se refundó en el año 2014. Aunque ayer apenas había una decena de personas y en las procesiones participan menos de veinte, Lantigua indicó que tienen muy buen ambiente y, pese a que pocos se han animado con los instrumentos, “la cofradía es muy grande y todo el mundo coopera”, dijo.

En Villafranca del Campo llevan un mes ensayando todos los días, aunque Vanesa Royo, que toca la corneta y hace los solos, empieza muchos meses antes de la Semana Santa, “para que el labio se vaya haciendo y poder tocar bien”, apuntó. Lleva doce años en la cofradía, donde empezó con siete años a tocar el tambor, aunque tiempo después se pasó a la corneta, un instrumento que le gusta mucho.
 

El pregonero de la Semana Santa del Jiloca, el médico Carlos Ascoz

Amistad y participación

El pregonero de la Semana Santa del Jiloca 2024, Carlos Ascoz, médico de Caminreal, animó ayer a todos sus pacientes, vecinos y amigos a participar en asociaciones y convivencias y eventos porque, aclaró, “las relaciones personales y la amistad son el segundo factor más importante sobre la felicidad”, mientras que el primero es la salud, argumentó. “Aunque sólo sea por eso, creo que no debemos perder esta tradición” de reunirse en torno al tambor y al bombo, aseguró durante su pregón citando un Estudio sobre la felicidad elaborado por la Universidad de Harvard.

Carlos Ascoz es natural de Barrachina, lleva ejerciendo como médico de Caminreal 24 años y vive en Calamocha. En su discurso hizo un repaso por sus vivencias en la Semana Santa, desde una niñez de “iglesia y procesiones obligadas” hasta esa juventud en la que esperaba a que acabaran las procesiones en Calamocha para estar con las chicas que participaban en ellas. “A mí me merecieron la pena las esperas porque conocí a mi mujer”, detalló.

Habló del cambio que hubo en los años 80 en la  Semana Santa porque las cofradías empezaron a aceptar  mujeres y se crearon las primeras bandas. Después, en los 90, “ya casado y con dos hijos” descubrió otra forma de vivir la Pascua como cofrade del Ecce Homo de Calamocha, agrupación en la que todavía continua uno de sus hijos. También hizo referencia a los encuentros de tambores organizados por los Amigos de la Semana Santa, porque hizo “de taxista” muchos años para llevar a sus hijos.

El pregonero concretó que la Semana Santa del Jiloca está en un momento de “estancamiento” y se preguntó si hay tratamiento y diágnóstico para que no decaiga y aseguró que la medicina es “motivar a la gente”.

El médico despidió su discurso anunciando que en octubre se jubila: “Nos iremos viendo, aunque fuera de la consulta. Os deseo buena salud y que seáis muy felices”, concluyó.

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