El Jiloca da a conocer en guías y en la web el patrimonio cultural de sus 58 localidades
Las primeras publicaciones en editarse son las de El Poyo del Cid, San Martín del Río y OdónLa Comarca del Jiloca está editando una colección de guías de patrimonio cultural de sus 58 localidades. La colección de guías de patrimonio cultural, además del papel, se podrán ver en la web de la Comarca del Jiloca. Las primeras que han visto la luz han sido las guías de El Poyo del Cid y San Martín del Río. La de Odón está por ahora en la web. Será en la primavera cuando las nuevas guías reseñadas se presentarán al público en sus localidades respectivas. Las siguientes guías que se editarán serán las de Villahermosa, Valverde y Loscos y la de Odón en papel. Para la maquetación de las guías se ha contado con el apoyo del Departamento de Vertebración del Territorio del Gobierno de Aragón.
Desde la consejería de Patrimonio de la Comarca del Jiloca se ha puesto en marcha un nuevo proyecto consistente en la realización de unas guías de patrimonio local. Se trata de una colección en la que se quiere llegar a todas las localidades a través de un libro y también en formato digital, con una finalidad divulgativa, en el que muestran los principales elementos del patrimonio de cada localidad y que en total son 58, que poco a poco irán viendo la luz, explicaron la presidenta de la Comarca, Yolanda Domingo, el consejero de Patrimonio, Asterio Abad, y el técnico del Centro de Estudios del Jiloca y de la Comarca del Jiloca, Francisco Martín.
“Queremos mostrar los elementos más importantes del patrimonio existente en todas las localidades de la Comarca del Jiloca en un trabajo de investigación y de divulgación. Queremos poner en valor el patrimonio de todos los pueblos”, reseñó Francisco Martín, quien agregó que en el valle del Jiloca se cuenta con un valioso patrimonio religioso que no se vio afectado por la Guerra Civil como en otras comarcas de la provincia.
“Las guías son un atractivo no solo para los vecinos de los municipios sino también para los visitantes”, valoró Francisco Martín.
La presidenta de la Comarca del Jiloca, Yolanda Domingo, dijo que las guías son fáciles de leer y amenas con abundancia de material fotográfico. “Unas guías que se presentarán en los municipios una vez que baje la presión de la pandemia, que se prevé que será para la primavera”, avanzó.
Las tres primeras guías que se han editado son las de El Poyo del Cid, San Martín del Río y por ahora en formato digital Odón. Las próximas en editarse van a ser Odón en papel, Villahermosa, Valverde y Loscos. El número de ejemplares que se editan de cada guía son medio millar.
Francisco Martín destacó la colaboración, además del trabajo de los autores, que ha habido con el Obispado de Teruel-Albarracín porque buena parte del patrimonio existente en las localidades incluido el patrimonio mueble es eclesiástico.
En esta línea comentó que se lleva dos años trabajando en las nuevas guías de patrimonio cultural de la Comarca del Jiloca y que buena parte del trabajo sale del Centro de Estudios del Jiloca.
La presidenta de la Comarca del Jiloca, Yolanda Domingo, apuntó que el presupuesto de las tres primeras guías editadas alcanza los 15.000 euros y que se ha contado con el apoyo del Departamento de Vertebración del Territorio del Gobierno de Aragón.
Las guías patrimoniales de la Comarca del Jiloca cuentan en su eje general con una introducción histórica, geográfica y urbanística, la arquitectura civil, la arquitectura del agua y el patrimonio religioso.
San Esteban
En la guía de El Poyo del Cid con textos de José María Carreras, Francisco Martín Domingo y Pilar Marzo recoge, además del cerro de San Estaban o su iglesia, aspectos menos conocidos como puede ser las minas de hierro o los peirones. “Las minas hierro están situadas en la parte noroeste del cerro de Valdellosa. Estas minas debieron ser abiertas entre 1880 y 1890 y se mantuvieron abiertas hasta 1923. El conjunto esta formado por cinco minas, dos de las cuales no son accesibles. La mina de la Caseta tiene un recorrido de 109 metros, mientras que la mina IV tiene un recorrido de 33 metros y la mina V tan solo 17 metros. Todas ellas eran de carácter subterráneo y la mena de hierro que se extraía se presentaba en forma de filones. Los trabajadores de estas minas eran vecinos del pueblo pero no se ha podido saber la regularidad con la que se trabajaba en ellas”.
De los peirones se expone que “el origen de estos monumentos no parece muy claro pero podríamos pensar que en su lugar existieron previamente estructuras similares con diferentes creencias es probable que sea una manifestación anterior y común a todos: la necesidad de marcar el espacio o señalar un itinerario. Si bien el origen del uso no queda claro sí que tenemos constancia de la construcción de muchos de ellos en la época moderna, especialmente durante los siglos XVII y XVIII”.
Se reseñan los peirones de la Virgen del Pilar, San Pascual Bailón, San Miguel y San Antonio de Padua.
En la guía dedicada a San Martín del Río escrita por José María Carreras, Francisco Martín Domingo, Pilar Marzo y Natalia Arbués en el capítulo de la iglesia parroquial se recoge el valioso retablo mayor de San Martín, que fue contratado por 30.000 sueldos jaqueses con el escultor romanista Juan Miguel Orliens en 1613. Es un retablo manierista de cinco calles, planta recta. José Miguel Orliens fue un escultor afincado en Zaragoza desde 1598 y muy prolífico en el valle del Jiloca.
No falta en la guía de San Martín del Río la referencia al patrimonio inmaterial como es la Ronda de San Martín. “Una de las manifestaciones etnológicas más singulares de la localidad es la conservación de la Ronda. Se trata de un fenómeno sociológico de carácter profano, que se ha convertido en una manifestación de la identidad local. Estas rondas eran habituales hasta los años sesenta en muchas localidades, pero se han ido perdiendo en la gran mayoría. Se conservan ejemplos paralelos como pueden ser los mayos, especialmente en la zona de Albarracín o en Alba del Campo. La ronda de San Martín se recuerda por tradición oral desde mediados del XIX, vinculada a las fiestas mayores. Se celebra los dos días previos al 8 de septiembre y el propio día 8, el día grande de la celebración. Como todas las tradiciones ha tenido su evolución y en la actualidad se han renovado costumbres como la composición de la rondalla, ahora libre, y las temáticas de las canciones. Durante la celebración se recogen donaciones para pagar las fiestas, y las casas de las jóvenes rondadas ofrecen pastas y bebidas a los participantes. De allí parten con más jotas hasta la siguiente vivienda. Entre sus letras se entremezclan coplas de galanteo con crítica social o política y referencias a la localidad en un repertorio que no deja de incrementarse”.
Odón
En la guía de Odón, Francisco Martín destaca la nevera y la tejería y en el patrimonio eclesiástico el retablo del siglo XVI del que se desconoce su autor, así como sus casas solariegas.
Los textos son de José María Carreras, Francisco Martín Domingo, Pilar Marzo. De la nevera se explica que estos edificios estaban excavados en gran parte de su alzado, permitiendo la conservación de la nieve bajo tierra. Una vez que llegaban al nivel del suelo, se elevaban mediante una construcción de mampostería que poco a poco iba cerrando su estructura mediante aproximación de hiladas, permitiendo tener un edificio de piedra en toda su amplitud por este sistema de cerramiento y condicionando la tipología de estos edificios a esa estructura circular. Para el drenaje del agua que iba derritiendo, en la parte inferior contaban con unos canales que eran conducidos hacia un desagüe fuera de la edificación. La nevera de Odón se sitúa al sur del pueblo, presenta planta circular característica, con cerramiento por aproximación de hiladas. El interior se conserva completamente colmatado, por rellenos posteriores”.
Respecto a la tejería se reseña que se puede apreciar todavía una tejería, “ubicada junto al camino que une la localidad con Blancas dentro del paraje de la misma denominación. Todavía había un segundo alfar, hoy desaparecido, junto a la zona de extracción del Arcillar. Su distribución es parecida a otros de la zona: alfar, eras para la desecación de ladrillos y tejas y horno, con dos pisos, separando la zona de combustión y la zona de cocción. Se alimenta el horno desde un arco en un lateral”.
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