Síguenos
El horno de pan de Noguera de Albarracín baja la persiana de forma permanente El horno de pan de Noguera de Albarracín baja la persiana de forma permanente
Rafael Bielsa

El horno de pan de Noguera de Albarracín baja la persiana de forma permanente

Tras el cierre de la panadería, del bar y la tienda, el Ayuntamiento quiere abrir un multiservicio
banner click 236 banner 236
José Luis Rubio

Noguera de Albarracín ya no tiene horno de pan. Tras el cierre de la tienda y del bar, el 31 de diciembre bajó la persiana para siempre el horno de leña que ha cocido el pan de una parte de la Sierra de Albarracín durante décadas. La jubilación de sus propietarios, Rafael Bielsa y Mari Cruz Sánchez, ha sido el catalizador de este episodio consumado por la falta de relevo generacional. Desde esta semana, los 143 vecinos de este municipio turolense, según el censo del Instituto Nacional de Estadística, tendrán que recurrir al panadero de Gea de Albarracín, que llevará sus productos en sus visitas pautadas a Noguera.

Los últimos días de trabajo fueron “tranquilos” para los panaderos ya jubilados porque “ahora hay muy poca gente en el pueblo y se trabaja poco”, explicaba Rafael ayer, que recordaba que “la faena estuvo tranquila” con la salvedad del día de Nochevieja, su último día de trabajo, cuando hubo “bastante gente” en el pueblo y “ese día sí que se trabajó bastante”.

Aunque el volumen de trabajo se había ido reduciendo desde que se pusieron al frente de la panadería hace cuatro décadas, el motivo del cierre ha sido el disfrutar de un merecido descanso: “En el verano sí que hay faena, pero en el invierno los pueblos se quedan muy vacíos y a lo mejor estamos solo 50 o 60 personas, así que imagina el pan que se puede comer .... pues apenas 30 o 40 barras”, explicó el panadero ya jubilado.

Y aunque además de a Noguera de Albarracín, su tahona abastecía también a otras localidades cercanas como Tramacastilla y Villar del Cobo, Bielsa lamentaba que “si en Noguera hay poca gente, en Tramacastilla hay aún menos”.

Pero, sobre todo, Mari Cruz Sánchez y Rafael Bielsa se han jubilado “porque ya nos merecíamos un descanso”, aseguró entre risas cómplices el panadero. “Empecé a trabajar con 14 años en la empresa de mi padre, y voy a hacer 66 y no he parado. Ni vacaciones ni nada”, recordó.
 

Mari Cruz Sánchez, en la panadería


En el municipio la noticia ha caído como un jarro de agua fría. El cierre de la panadería, que horneaba pan solo tres o cuatro días a la semana, supone la pérdida del último servicio que quedaba en funcionamiento en Noguera. “Ya nos quedamos in bar y sin tienda esta primavera después de que se jubilasen”, explicó ayer el alcalde de Noguera Juan Diego Puerto, que confirmaba que el municipio se queda ahora sin “ningún” servicio para sus vecinos.

El horno, que al principio estaba en un local municipal, ha estado gestionado “de toda la vida” por la familia de Mari Cruz Sánchez, que se puso al frente hace más de cuarenta años. “Lo tenía una tía suya y cuando se jubiló lo cogió Mari Cruz que, después de estar llevándolo dos o tres años sola, cuando nos casamos vine a Noguera  a trabajar con ella”, recordaba ayer el marido.

En estas cuatro décadas el negocio ha cambiado. “Antes teníamos el horno del Ayuntamiento, que estaba donde han hecho ahora el albergue pero después, para no estar saliendo de casa todos los días decidimos ponerlo en casa, en un bajo que tenemos”, explicó el responsable del obrador.

“Antes se hacía más pan porque, por ejemplo, en este pueblo antes iban treinta o cuarenta personas todos los días a trabajar al monte y se llevaban bocadillos. Y, claro, donde más pan se gasta es en los bocadillos”, dijo el panadero, que añadió que “la gente mayor come más pan que los jóvenes, que ya no comen pan”.

Los vecinos de Noguera eran consumidores habituales de barra de pan, mientras que los turistas y veraneantes solían pedir pan de cañada. “Cañadas hacíamos bastantes. Lo que más se llevaba la gente de fuera eran cañadas. Imagino que les estarían mejor”, dijo Bielsa ayer.

Horno de leña

EL horno de Noguera de Albarracín funcionaba con leña, aunque no es un horno moruno. “No es como el del Arrabal de Albarracín, que cuece el pan donde se quema la leña. Este tiene una hornilla abajo pero el pan se cuece arriba”, explicó el panadero, que suspiró recordando cómo tenía que ir a por la madera para calentar el horno. “Había que ir a por ella, hacerla, cortarla. O sea, que faena había mucha con la leña”, dijo, recordando cómo tenía su combustible en la puerta de casa.

El horno cerró sus puertas el pasado fin de semana sin que nadie  se hubiera interesado en coger el relevo. “La gente joven o se quiere poner a trabajar en estas cosas porque hay que levantarse a las 2 de la mañana y trabajar los sábados y también los domingos si hay gente. La gente joven no está por la labor”, explicó.

“No hay más historias que plegar ya, que ya nos toca”, concluyó el panadero.

Salvación en forma de MSR

Noguera de Albarracín cuenta los días para que abara sus puertas el multiservicio rural (MSR) que se está poniendo en funcionamiento a marchas forzadas para devolver a los vecinos cierta calidad de vida en forma de servicios. El MSR tendrá tienda y bar y el Ayuntamiento está buscando quién lo regente, mientras mete prisa para que el local tenga suministro de energía eléctrica. “Hemos hecho un multiservicio y estamos esperando a que conecten la luz. Ahora el problema es quién lo gestione”, dijo el primer edil, que reconocía que ya se habían interesado por el negocio “dos o tres” candidatos.

El objetivo es que el MSR pueda estar en funcionamiento lo antes posible. “Si es en febrero, mejor que en marzo”, acució Puerto, preocupado sobre todo por el efecto que pueda tener la pérdida de este servicio en el censo municipal. “Con cada vez menos servicios no va a venir gente nueva porque tampoco hay trabajo”, lamentó el edil.

El redactor recomienda