Castellote cuenta ya con un sello de correos dedicado a su castillo. Se presentó el sábado por la mañana en el salón de plenos de la localidad y es una acción de la colaboración entre la Asociación para la Recuperación de los Castillos Turolenses (Arcatur) y la Sociedad Filatélica de Zaragoza Gregorio Sierra. Desde hace un lustro ambas entidades colaboran en la realización de diferentes actividades destinadas a la promoción del patrimonio fortificado turolense. Fruto de esta relación han visto la luz varios sellos dedicados a esta temática, como son los dedicados a los castillos de Peracense, Mora de Rubielos, Alcalá de la Selva, Cutanda o el de la muralla de Teruel.
En el marco de esta colaboración, durante 2019 se pudo contemplar en el castillo de Mora de Rubielos y en la ermita de San Juan de Monreal del Campo la exposición titulada Castillos de Europa. Arcatur también colaboró con la Sociedad Filatélica en la Exfilna 2023 que se celebró en Teruel el pasado mes de abril.
El sello que se presentó en Castellote forma parte de una edición limitada, lo que hace que estas piezas se conviertan rápidamente en auténticas joyas en el ámbito del coleccionismo dada su reducida tirada. Todos los asistentes a la presentación tuvieron la oportunidad de adquirir ejemplares del sello, así como de la tarjeta postal que se diseñó con motivo del nuevo sello. La presentación del sello del castillo de Castellote se realizó este sábado en el salón de plenos del ayuntamiento
El timbre dedicado a Castellote supone la continuación de la colección dedicada a castillos de Teruel, que dio comienzo hace ya cinco años. Actualmente, ambas entidades están trabajando en la edición de nuevas estampas dedicados a las fortalezas turolenses y que verán la luz durante los próximos meses. Para los castillos turolenses su aparición en sellos de curso legal supone una publicidad de gran importancia, al mismo tiempo permiten acercar el patrimonio fortificado al público de una forma diferente, según indicó el presidente de Arcatur, Ruben Sáez.
En el acto también se presentó la Guía de los Castillos de las órdenes militares en Aragón, publicada por la Asociación para la Recuperación de los Castillos Turolenses. Esta obra vio la luz el año 2017 a raíz de la creación de la Ruta de los castillos de las órdenes militares en la provincia de Teruel, itinerario del que forma parte el Castillo de Castellote.
Temple, Monte Gaudio, Santiago, Selva Mayor, Santo Sepulcro, Hospital, y Calatrava. Las órdenes militares, organizaciones religiosas de carácter castrense destinadas a la defensa armada de la fe cristiana, fueron importantes actores de la historia de Aragón, tanto a nivel político y militar, como económico, social, cultural y religioso.
Surgidas en Tierra Santa a raíz de la Primera Cruzada, una serie de circunstancias favorecieron su fuerte implantación en territorio aragonés. En un primer momento, al carácter de “frontera caliente” frente al Islam y a la peligrosa expansión almorávide, se le sumó el fervor cruzado de Alfonso I el Batallador, que les entregó el Reino en su testamento; aunque este legado no se llevó a efecto, se les acabó cediendo de importantes posesiones como compensación.
Unas décadas después, el peligro almohade y la conquista y repoblación de la actual provincia de Teruel, motivaron nuevas e importantes donaciones. Al final de este proceso, una sexta parte del Reino estaba en manos de las órdenes militares.
Esta presencia durante más de setecientos años de Historia, dejó una profunda impronta en el Patrimonio Cultural aragonés. La guía se centra en uno de los aspectos más relevantes de la misma: la arquitectura fortificada conservada en las antiguas posesiones de las órdenes militares. En total, se incorporan 167 edificios o conjuntos defensivos, entre torres aisladas, castillos, fortalezas conventuales, recintos amurallados y masías fortificadas. Un ingente Patrimonio de sumo interés, y en paulatino proceso de recuperación.
Pero la huella de las órdenes militares en Aragón va más allá de las construcciones fortificadas. Es patente en multitud de edificios civiles (palacios, hornos, molinos...) y religiosos (iglesias, ermitas y santuarios), de los que también incluye un breve resumen este libro. Y trasciende incluso al propio ciclo festivo, incrementándose en los últimos años su presencia de la mano de las recreaciones históricas, modalidad cultural y lúdico-festiva en expansión.
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