Día del Orgullo Rural: “No podemos vivir del mensaje de lo que nos falta, hay que mostrar las potencialidades”
Báguena acoge la jornada festiva y reivindicativa de los pueblos de TeruelHay que dejar de “vender pena” para mostrar las muchas cosas buenas que tiene el medio rural. Todo ello sin renunciar a reivindicar las carencias que existen y creando nexos de unión entre las personas de unos pueblos y otros. Con ese lema de partida, más de un millar de personas se reunieron en Báguena para gritar alto y claro que son de pueblo y quieren seguir siéndolo. Esta localidad del Jiloca acogió el Día del Orgullo Rural que, en su II edición, concentró a 500 personas en la comida popular y a muchas más durante la tarde, donde el broche de oro lo puso La Ronda de Boltaña.
“No podemos seguir viviendo del mensaje de lo que nos hace falta, hay que mostrar nuestras potencialidades”, destacó David Pardillos, que es uno de los vocales de la Coordinadora Asociaciones en Red Jiloca-Gallocanta. El responsable apuesta por “cambiar el discurso” porque “si no, la gente se piensa que aquí vivimos con carencias y eso no es así. Estar en el pueblo es positivo en muchas cosas, como la atención primaria, que es mucho mejor que en las ciudades”, sentenció. En este sentido también se posicionó Ana Rillo, otra de las vocales de la coordinadora, quien matizó que la gente “tiene que darse cuenta de todo lo que tenemos y podemos disfrutar aquí”, dijo.
Con esa idea se realizó una mesa de experiencias donde diversos colectivos mostraron sus proyectos. Allí estaba Sofía González, vecina de Burbáguena e integrante de la Tribu Rural, quien explicó que el grupo surgió ante las carencias detectadas para poder escolarizar a sus hijos en Báguena. Desde la Administración les plantearon que los llevaran a Calamocha, pero ese no era su deseo y crearon los servicios ellos mismos. Decidieron unir las prestaciones de educación de Báguena y Burbáguena, donde cuentan con servicio de guardería, y ampliar al formación también a las personas mayores, con cursos de inglés que este año se han completado con otros de nuevas tecnologías, “sobre todo del empleo del móvil”, concretó. Los tentáculos de la Tribu Rural llegaron el pasado curso a 80 personas, a las que mejoraron su calidad de vida, en muchos casos favoreciendo sus posibilidades de conciliación a través de servicios como el de comedor escolar. Este año aspiran llegar a un centenar de personas y quieren no solo mantener su actividad sino continuar creciendo.
María Sancho intervino en representación del colectivo MAR, Mujeres Artistas Rurales, que reúne a 343 personas que desarrollan su actividad profesional en el medio rural con actividades tan dispares como el baile, la elaboración de joyas, jabones, pinturas o el teatro, que es al que se dedica Sancho desde Navarrete. Relató que tiene una compañía de teatro infantil y hace unos años decidió mudarse a Navarrete del Río, algo que supuso “una explosión de creatividad grandísima”. Detalló que el pueblo favorece que tenga tiempo para pensar en nuevas ideas y disponer del “espacio para desarrollarlas”. Por otro lado, concretó que desde que está en el Jiloca ha contado con el apoyo tanto del Ayuntamiento de Calamocha como del grupo de acción local Adri Jiloca Gallocanta: "Esto en la ciudad no pasa, en la ciudad no eres nadie”. Sancho lleva tres años en el medio rural y quiere seguir allí porque busca "formar parte del cambio, del empoderamiento de la gente del medio rural, que cree en sí misma y crece y poco a poco la gente ya vendrá”.
En la mesa también estaba Hugo Martín, de las antenas informativas del Jiloca en Monreal del Campo y especificó que realizan actividades para dinamizar su localidad. El joven, que estaba acompañado por su compañera Nayara Castejón, relató que ser antena informativa resulta muy gratificante para él porque hace cosas “por el pueblo”.
Desde Monreal también acudieron Lucía Medina y Vega Segura para presentar su proyecto Cristal, orgullo rural. Valora el mundo rural a través de los cristales. Mostraron algunas de las creaciones realizadas en el IES Salvador Victoria de la localidad creando cristales que simbolizan lo que para ellos es la vida en los pueblos, desde el cielo estrellado hasta la vegetación o el encierro y la falta de la cercanía familiar que se sufrió durante la pandemia de la covid-19. Relataron que, a través de esta experiencia, han aprendido a “valorar lo que hay en nuestro medio rural”. Relataron que los cristales, algunos con azafrán, otros con vegetación o de diversos colores, se hacen con sal y agua.
Conocimientos hortofrutícolas
Por último, asistieron al encuentro Andrés Martín y Rocío Vázquez, que integran el Equipo de Voluntarios de Acción Rural en Daroca (Zaragoza), donde han puesto en marcha un proyecto que ha propiciado la recuperación de huertos para que los trabaje la gente mayor. A la vez, han recopilado conocimientos y experiencias hortofrutícolas de la comarca con el fin de evitar que ese conocimiento se pierda, según explicó Martín. “Los hemos puesto en una aplicación para que se vayan retroalimentando”, añadió Rocío Vázquez, quien concretó que están en la última fase y ya pronto presentarán la memoria y resultados de la iniciativa.
En el debate se habló de las carencias que detectan y que son, por un lado, la falta de participación de los propios vecinos en las actividades que se proponen y, por otro, la no implicación de la Administración del Estado en los proyectos del medio rural. “Nos estamos moviendo, pero necesitamos más apoyo de las instituciones con más posibles”, precisó Sofía González, de la Tribu Rural.
En este sentido se pronunció a su vez Andrés Martín, quien aclaró que no todo es cuestión de presupuesto, porque a veces reciben financiación pero les resulta difícil acceder a cosas mucho más sencillas, como un espacio donde reunirse. El joven de Daroca habló del placer que le reporta juntarse con personas con sus mismas inquietudes y ganas de hacer cosas por el pueblo. En este sentido su compañera Rocío Vázquez relató que “en los momentos de bajón estar con gente que piensa igual que tú te anima a tener toda la fuerza necesaria para sacarlo adelante”, apostilló.
Lucía Medina, por su parte, argumentó que en su pueblo, Monreal, se echan de menos sitios de ocio para la gente joven.
Los diferentes puestos distribuidos en la puerta del pabellón polideportivo dejaron claro que iniciativas y tejido económico no falta en el Jiloca. Allí los artesanos de los pueblos de la zona vendieron pan, queso, miel, creaciones en origami o bisutería, productos todos ellos confeccionados o elaborados por ellos mismos a partir, en la mayoría de los casos, de materias primas locales.
Cuencabuena, próxima cita
El Día del Orgullo Rural alcanzó en Báguena su II edición, tras una primera celebrada en 2019 en Fuentes Claras. Dos años de parón no restaron ganas a la gente, que acudió desde primera hora de la mañana para demostrar que, a través de la diversión, también se hace territorio. Se dio a conocer la sede de la III edición, en 2023, que será Cuencabuena.
Los actos comenzaron con una breve inauguración tras la que la Batucada de Ojos Negros realizó un recorrido turístico por los espacios más emblemáticos del municipio. Después de la mesa de experiencias actuó el grupo Los Ases del Jiloca, que deleitaron a los asistentes con sus corridos mexicanos en los que las letras hacen referencia a los pueblos del Jiloca, donde ellos residen.
En el acto inaugural intervinieron representantes de la Diputación de Teruel (DPT) y la Caja Rural, que son las entidades que han colaborado en la financiación del evento. Desde la Caja Rural de Teruel Pascual Rubio insistió en que ese orgullo rural está “en las propias siglas” de la entidad financiera. Aseguró ser buen conocedor de las dificultades que tiene abrir un negocio en los pueblos, pero señaló que jornadas como la que se celebró en Báguena sirven para “poner en valor la lucha por vivir en nuestros pueblos” que, añadió, “queremos que sigan vivos”.
Por su parte Alberto Izquierdo, vicepresidente de la DPT, incidió en la importancia que tiene mantener la población que ya reside en el campo: “Es importante que vengan más, pero lo fundamental es que los que estemos no nos vayamos y que los jóvenes sigan emprendiendo aquí”, dijo. Izquierdo recordó que en los últimos tres años la Diputación ha invertido un total de 100 millones de euros en los municipios provinciales, en diversas acciones cuyo objetivo final es “que nadie se vaya”, sentenció.
En la jornada también participó el presidente de la DPT, Manuel Rando, quien apostó por generar un discurso que ponga en valor la vida en el medio rural: “Esto no es una España vaciada, aquí vivimos personas que estamos porque queremos”, matizó. El responsable provincial alertó de que la imagen de Teruel se está desvirtuando: “Ya está bien de tener baja autoestima”, precisó, para añadir que lo que hay que mostrar es la calidad de vida que hay en el territorio turolense y que es “la que deseará y buscará la sociedad de aquí en adelante”.
En la comida popular, tomaron parte 500 personas y otras muchas que acudieron sin haber sacado tique almorzaron a base de los bocadillos y las tapas que se vendían en la barra.
Por deseo y convicción
Por la tarde tuvo lugar la lectura de un manifiesto a cargo de representantes del Movimiento Día Universal del Orgullo Rural, y la presentación del libro Lucía y su orgullo rural, de Rebeca Ferruz Roldán. El manifiesto, elaborado el año pasado, destaca que la gente que reside en los pueblos lo hace “por deseo y convicción” y porque la vía diaria es mucho más cómoda y llena de actividad.
En el documento se incide en la importancia de borrar el discurso victimista que se vincula al medio rural: “Necesitamos eliminar estereotipos negativos, las calles vacías y corrales hundidos de los medios de comunicación hacen flaco favor al mundo rural donde vivimos”, especifican.
En lo que respecta a la música, la organización también apostó por los grupos locales para la tarde, cuando actuó la Rondalla de Báguena, y la noche, con Los Incuestionables, que llegaron desde Monreal del Campo. Sin embargo, la actuación estelar de la jornada fue la de La Ronda de Boltaña, a la que sirvió de telonera La Orquestina del Fabirol.
A la jornada asistieron centenares de personas no solo del Jiloca, sino también de otras comarcas turolenses y de la provincia de Zaragoza. En este sentido, David Pardillos señaló que se trata de personas que, en su mayoría, residen en los pueblos.
El gran simbolismo de una bandera con los colores de la naturaleza y la osa mayor
El día 16 de noviembre es el Día del Orgullo Rural, una idea que nació de la plataforma Rural Mineras. La bandera está formada por los colores de la naturaleza, desde el azul del cielo y de los ríos, el amarillo del sol, el marrón de la tierra, los verdes de la naturaleza y el rojo de los minerales. Además, sobre los colores está la osa mayor, que hace referencia al mismo cielo que, sin contaminación lumínica, se observa desde todos los territorios rurales del mundo.
Obras artísticas para abrir boca sobre la Ruta Verde del Reciclaje
Más de un centenar de obras de Javier Santos, José Azul, Jesús Guallar y Cesáreo Gimeno se expusieron ayer en Báguena para abrir boca a los asistentes de la Ruta Verde del Reciclaje que han puesto en marcha las localidades de Bueña, Báguena y Burbáguena con el fin de dejar patente cómo a través del arte también se puede dinamizar el territorio rural. La muestra de ayer era “una fusión” de las diferentes obras, que van desde las que plasman el infinito de Jesús Guallar a las aves de Azul o las siluetas humanas de Cesáreo Gimeno, y todo ello, además, reflejado en la visión colorista que impregna las acuarelas de Santos.
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