Cella está en estos días en plena campaña de la recolección de la patata, con una cosecha muy buena en producción y calidad
Cella recoge una muy buena cosecha de patata, que llega a las 700 toneladas
El precio para el agricultor se sitúa en los 20 céntimos el kilo, el doble del que se pagó en 2020
La Cooperativa de la Virgen de la Fuente de Cella ha iniciado la cosecha de la patata, que está siendo muy buena en cantidad y en calidad. La cooperativa de Cella espera alcanzar las 700 toneladas cuando el pasado año fue de 500. Además, el precio de la patata se sitúa en 20 céntimos el kilo de patata, una cantidad también superior a la anterior campaña.
El presidente de la cooperativa y cultivador de patata, Francisco Fuertes, manifestó que las previsiones que había a comienzos del pasado mes de septiembre de tener una buena campaña de cosecha de patata se estaban cumpliendo.
Francisco Fuertes señaló que la patata que se estaba sacando era muy buena y en una buena producción. “Llevamos 3 días sacando patata y se está teniendo muy buena producción, de calibre y de calidad. La patata está siendo muy buena”, afirmó.
En este punto, el presidente de la Cooperativa de la Virgen de la Fuente estimó que la presente campaña se alcanzarán las 700 toneladas cuando el pasado año, 2020, fueron 500 toneladas de patatas, siendo la misma superficie cultivada, unas 25 hectáreas.
En cuanto a los precios, el presidente de la cooperativa apuntó que en la presente campaña está a 20 céntimos el kilogramo, un precio superior a la campaña del pasado año que fue muy bajo a 10 céntimos en la campaña.
“Por debajo de los 13 a 15 céntimos el kilogramo no es rentable el cultivo de la patata para el agricultor. Con 20 céntimos apenas queda margen”. Añadió que el margen que se tiene con el cultivo de la patata es muy ajustado y el trabajo que tiene el cultivo es muy grande. “El futuro del cultivo de la patata lo veo regular”, dijo Fuertes.
El precio que se vende la patata en la cooperativa es de 18 euros el saco de 30 kilogramos, lo que sale a 60 céntimos el kilogramo de patata. Asimismo, la cooperativa de la Virgen de la Fuente vende sacos de 10 kilogramos pero el kilogramo sale a 70 céntimos.
Francisco Fuertes apuntó que este año se estaba ultimando una página web con la patata de Cella para la venta on line.
En estos días, los agricultores de la cooperativa están sacando las patatas con máquinas, que además de sacarlas proceden a una primera limpia de la tierra. Posteriormente y cuando se descargan las patatas de los remolques en el bunker de la cooperativa se procede a volver a limpiar la tierra y a retirar las patatas de menor calibre que van al ganado. “Se escogen las patatas’, explicó Francisco Fuertes. “Las patatas buenas se meten en cajones que se guardan en el almacén de una cámara frigorífica que mantienen las patatas a 10 grados de temperatura y a 90-95 por ciento de humedad hasta que llega el mes de mayo que es el mes cuando se terminan de vender”, señaló.
Durante el almacenaje de la patata en la cámara frigorífica también se actúa cuando se empieza a mover con la salida de los grillones para su eliminación.
En Cella la patata que se cultiva y se vende es la agria, que sirve perfectamente para fritos, que era su uso tradicional, y también para otros tipos de consumo.
La tierra de la zona es idónea para el crecimiento del producto, de la patata.
La patata de Cella, agria, es de alta durabilidad y presenta una carne de color amarillento. Su textura, junto con sus niveles de azúcares debidos a la climatología, hacen que la patata sea la más idónea para dedicarla a freír.
La patata de Cella presenta forma alargada, con un ochenta por ciento de agua y un veinte por ciento de materia seca. Dada la calidad del producto, la marca “Patata de Cella” quedó registrada en la Oficina Española de Patentes y Marcas en marzo de 2011, gracias a una iniciativa del Ayuntamiento de Cella y la Cooperativa Agraria local.
La zona territorial delimitada para el cultivo de la patata de Cella es Cella y los municipios limítrofes. En esta zona concurren dos características fundamentales: la primera, el agua de riego, muy buena porque tiene una mínima presencia de cal; y la segunda, la composición franco-arenosa del suelo, nutriendo la tierra de forma equilibrada, apto para el riego del tubérculo, cuya consecuencia no se nota en la abundancia de la producción sino en la calidad de la misma. Además hay que tener en cuenta la climatología continental, con muchas horas de frío y menor calor, que hacen que el tubérculo tenga una mayor cantidad de azúcar que de almidón, lo que además dota a la patata de la mejor calidad para ser frita.
El presidente de la cooperativa y cultivador de patata, Francisco Fuertes, manifestó que las previsiones que había a comienzos del pasado mes de septiembre de tener una buena campaña de cosecha de patata se estaban cumpliendo.
Francisco Fuertes señaló que la patata que se estaba sacando era muy buena y en una buena producción. “Llevamos 3 días sacando patata y se está teniendo muy buena producción, de calibre y de calidad. La patata está siendo muy buena”, afirmó.
En este punto, el presidente de la Cooperativa de la Virgen de la Fuente estimó que la presente campaña se alcanzarán las 700 toneladas cuando el pasado año, 2020, fueron 500 toneladas de patatas, siendo la misma superficie cultivada, unas 25 hectáreas.
En cuanto a los precios, el presidente de la cooperativa apuntó que en la presente campaña está a 20 céntimos el kilogramo, un precio superior a la campaña del pasado año que fue muy bajo a 10 céntimos en la campaña.
“Por debajo de los 13 a 15 céntimos el kilogramo no es rentable el cultivo de la patata para el agricultor. Con 20 céntimos apenas queda margen”. Añadió que el margen que se tiene con el cultivo de la patata es muy ajustado y el trabajo que tiene el cultivo es muy grande. “El futuro del cultivo de la patata lo veo regular”, dijo Fuertes.
El precio que se vende la patata en la cooperativa es de 18 euros el saco de 30 kilogramos, lo que sale a 60 céntimos el kilogramo de patata. Asimismo, la cooperativa de la Virgen de la Fuente vende sacos de 10 kilogramos pero el kilogramo sale a 70 céntimos.
Francisco Fuertes apuntó que este año se estaba ultimando una página web con la patata de Cella para la venta on line.
En estos días, los agricultores de la cooperativa están sacando las patatas con máquinas, que además de sacarlas proceden a una primera limpia de la tierra. Posteriormente y cuando se descargan las patatas de los remolques en el bunker de la cooperativa se procede a volver a limpiar la tierra y a retirar las patatas de menor calibre que van al ganado. “Se escogen las patatas’, explicó Francisco Fuertes. “Las patatas buenas se meten en cajones que se guardan en el almacén de una cámara frigorífica que mantienen las patatas a 10 grados de temperatura y a 90-95 por ciento de humedad hasta que llega el mes de mayo que es el mes cuando se terminan de vender”, señaló.
Durante el almacenaje de la patata en la cámara frigorífica también se actúa cuando se empieza a mover con la salida de los grillones para su eliminación.
En Cella la patata que se cultiva y se vende es la agria, que sirve perfectamente para fritos, que era su uso tradicional, y también para otros tipos de consumo.
La tierra de la zona es idónea para el crecimiento del producto, de la patata.
La patata de Cella, agria, es de alta durabilidad y presenta una carne de color amarillento. Su textura, junto con sus niveles de azúcares debidos a la climatología, hacen que la patata sea la más idónea para dedicarla a freír.
La patata de Cella presenta forma alargada, con un ochenta por ciento de agua y un veinte por ciento de materia seca. Dada la calidad del producto, la marca “Patata de Cella” quedó registrada en la Oficina Española de Patentes y Marcas en marzo de 2011, gracias a una iniciativa del Ayuntamiento de Cella y la Cooperativa Agraria local.
La zona territorial delimitada para el cultivo de la patata de Cella es Cella y los municipios limítrofes. En esta zona concurren dos características fundamentales: la primera, el agua de riego, muy buena porque tiene una mínima presencia de cal; y la segunda, la composición franco-arenosa del suelo, nutriendo la tierra de forma equilibrada, apto para el riego del tubérculo, cuya consecuencia no se nota en la abundancia de la producción sino en la calidad de la misma. Además hay que tener en cuenta la climatología continental, con muchas horas de frío y menor calor, que hacen que el tubérculo tenga una mayor cantidad de azúcar que de almidón, lo que además dota a la patata de la mejor calidad para ser frita.
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