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Cruz Aguilar

Teruel tiene una gran extensión de territorio en la que perderse. Lugares por los que pasear durante horas sin encontrarte con nadie, salvo esa fauna salvaje que te observa sobre una roca, detrás de los pinos o que está en medio de la carretera y hay que parar para darle su tiempo a que se quite de ahí. Todo ello acompañado de pequeños hoteles y casas rurales atendidas por familias que se esmeran en el trato nos convierte en un destino idílico para el que tiene miedo de convivir en grandes hoteles con centenares de personas y espacios comunes que ahora es mejor no pisar. 
Ofrecemos seguridad pero, ¿cuál es el precio?. Esos turistas son claves para los negocios rurales, llenan de bullicio nuestras calles y suben la autoestima. Pero en nuestros pueblos, llenos de ancianos que apenas han pisado la calle en dos meses para evitar un contagio que en su caso sería muy grave, en estos momentos esas visitas preocupan.
En esta fase 1 no se puede viajar fuera de las fronteras provinciales. Los hosteleros se quejan, y con razón, de que no tienen cómo pagar sus facturas. Una buena solución, no definitiva, pero sí adaptada a la situación, es que Teruel haga turismo por Teruel. De las 50 provincias que hay en España ocupamos el número 9 en cuanto a superficie territorial y nuestra situación geográfica favorece la existencia de paisajes totalmente diferentes. Sí, es muy manido pero somos una tierra de contrastes y las vistas desde Peña de la Cruz, en la Sierra de Albarracín no tienen nada que ver con las del mirador de Villarroya, en el Maestrazgo ni pasear por la Laguna de Gallocanta es comparable, en sensaciones visuales, con hacerlo junto a las piscinas naturales en Beceite, aunque todo sea agua. 
Además de la variedad de paisajes, la mayor parte de la población de una parte de la provincia ha estado en el Caribe, en Andalucía y si me apuras en Asia, pero le falta recorrer la otra parte de Teruel, no  conoce el río de bloques de Orihuela, la sima de Oliete o la cascada de La Portellada.
Ahora es sin duda el momento, la mayor parte de los ciudadanos de Teruel no ha visto al virus ni de lejos y es el cliente ideal para unos establecimientos que pueden ofrecernos garantías sanitarias además de múltiples alternativas turísticas. Viajemos que hay mucho por ver.