El próximo día 31 hay que dejar Teruel vacío, convertirlo en un fotograma de lo que se convertirá si no se cambian las políticas. Volveremos a salir a la calle y lo haremos en Madrid. Porque Teruel existe y porque queremos que siga existiendo. Soy consciente de que posiblemente no servirá de mucho, como no han servido las otras manis en las que hemos participado. Pero cuando mis hijas, ya viejas, cuenten que ellas eran de Teruel, eso que antaño fue la tercera provincia de Aragón, podrán añadir –espero que con orgullo– que lucharon con pancartas y palabras por seguir ahí. Posiblemente, tal y como pinta la cosa, a nuestros hijos y nietos no les quede otra que emigrar, como también hicieron muchos de nuestros padres y abuelos, pero yo al menos tendré la conciencia tranquila de que hice todo lo que estaba en mi mano por evitarlo. Porque Teruel es un sitio cojonudo para vivir.
En las ciudades no cabemos todos y los pueblos hacen falta. De ahí sale el alimento y el aire puro, y éste es un valor que en no mucho tiempo se cotizará al alza. No es cuestión de obligar a nadie a irse a vivir al medio rural, pero deberían mimarnos a los que queremos estar aquí. Sí, mimarnos, invertir en nosotros y que no tuviéramos que mendigar cualquier servicio que nos ponen, que no pedimos más de lo que hay en cualquier ciudad, solemos conformamos con menos.
Las leyes que rigen un pueblo de 400, 200, 50 o 10 habitantes no pueden ser las mismas que las del paseo Independencia de Zaragoza. Eso es lo primero que se debe de tener en cuenta y, sin embargo, jamás se piensa. ¿Por qué? Pues porque las leyes las hacen personas que solo pisan los pueblos para descansar en hoteles de lujo, en el mejor de los casos. Mira que lo hemos dicho veces y tan difícil de entender no es. Lo vimos con los mataderos o con las casas canguro, que apoyan a las mujeres de los pueblos creando empleo y permitiendo que otras trabajen. Eso sí, si para montar una con un horizonte de cuatro años (porque no hay más niños) debo invertir 100.000 euros, los números no me salen.
Lo del 31 igual cae en saco roto, posiblemente, pero por nosotros que no quede.