Varios alcaldes del Matarraña temen que se produzca una fractura social en los pueblos por el debate de las renovables
El ambiente está caldeado por las posturas enfrentadas entre familias y amistades, dice Susana TraverLos ayuntamientos de la Comarca del Matarraña donde está contemplada la implantación de varios proyectos eólicos promovidos por las empresas Green Capital Power y Forestalia temen que el debate sobre las renovables que se está produciendo en los pueblos desde que se anunciaron los parques acabe provocando un fraccionamiento social del que sea difícil salir. Mazaleón, Valdeltormo y Valjunquera, los tres municipios donde las dos empresas proyectan implantar la mayor parte de sus aerogeneradores eólicos en esta comarca, han iniciado esta semana una carrera contra reloj para ofrecer a sus vecinos algo de luz ante lo que se les avecina. En los tres pueblos se han celebrado ya las primeras charlas informativas a cargo de las promotoras y en los próximos días lo hará la asociación Gent del Matarraña.
Las empresas y la asociación vecinal, que rechaza el modelo que representan las dos compañías, han sido invitadas por los ayuntamientos. Las primeras intentan convencer en sus intervenciones de las bondades de sus intenciones, de la necesidad de generar energía verde y de los beneficios en forma de impuestos que traerá la construcción y puesta en funcionamiento de las centrales eólicas. La asociación pone el énfasis en el modelo especulativo en que se basan las macrocentrales eólicas, que tiene poco que ver con el espíritu de la energía renovable. La asociación defiende el autoconsumo frente a la macroproducción de energía.
El temor, no obstante, está en la división social que está provocando el debate sobre las renovables entre la ciudadanía, con detractores del modelo y defensores a ultranza del sistema, bien por tratarse de energía verde, bien por los recursos adicionales que esta industria energética recién nacida de la nada puede aportar a algún bolsillo particular en un territorio donde se sobrevive a partir de una agricultura muy poco productiva.
Situación difícil
La alcaldesa de Valjunquera, Susana Traver, reconoció que en su pueblo “se está viviendo una situación difícil de problemática vecinal, y eso es peor que cualquier otro impacto que podamos tener con los parques eólicos”. En el pueblo “hay gente con posiciones enfrentadas, vecinos que están a favor y en contra y ahora mismo no me atrevería a decir cuál puede ser el resultado de la consulta popular no vinculante” que está prevista para el día 26 de septiembre (el próximo domingo). La regidora no se atrevió ni siquiera a hacer una aproximación. “Es complicado”, afirmó, y añadió: “incluso me atrevo a decir que estará bastante equiparado”.
Para Traver, “además de las afecciones al entorno, lo que realmente nos preocupa son las discusiones vecinales que se están dando”, y apuntó que “hay fractura social en las familias y en los grupos de amigos; las discusiones son continuas y todo en sí es lo que considero como alcaldesa que más daño nos está haciendo dentro del municipio”, enfatizó.
El equipo de gobierno de Valjunquera, como el de Valdeltormo y el de Mazaleón, no se posicionará hasta que los vecinos se pronuncien el próximo domingo, y esta decisión está provocando, según la regidora, “que cada parte enfrentada piense que el Ayuntamiento ha tomado ya posición, la contraria que la que ellos defienden, cuando lo que nosotros hemos decidido es que el pueblo opine”.
La consulta prevista para el día 26 de septiembre no será vinculante, pero “el Ayuntamiento de Valjunquera tomará una posición en función del resultado”, según declaró Traver.
Alegaciones
Las consideraciones que presente el Ayuntamiento antes del día 8 de octubre -último día para alegar al proyecto de Green Capital Power- también variarán en función del resultado de la consulta, según se desprende de las palabras de la regidora. “Si el resultado es que los vecinos de Valjunquera sí quieren energía renovable, nos sentaremos con las empresas a negociar, pero también presentaremos alegaciones al proyecto, porque consideramos que las lineas de alta tensión que están proyectadas en nuestro término municipal no están dimensionadas de manera adecuada”. Además, añadió, “según consta en el proyecto, tenemos aerogeneradores situados a menos de 500 metros de una vivienda aislada, cerca de naves agrícolas, de granjas, de segundas residencias...”. Y también hay aerogeneradores que afectan al patrimonio histórico, en concreto al yacimiento ibero Mirablanc, que prácticamente queda engullido por un molino, y al Castellar, del que otro aerogenerador se sitúa a poco más de 500 metros de distancia, según Traver.
Los ayuntamientos de Valjunquera y Mazaleón han contratado una consultora externa que les ayudará a presentar las alegaciones. “Hemos contratado a una empresa especializada en analizar parques de energías renovables, y están estudiando los proyectos desde el mismo día que se presentó el estudio de impacto ambiental”, dijo.
Normativa
Ellos se encargarán de velar porque se cumpla la normativa ambiental, la urbanística y la patrimonial, es decir, de la parte más técnica: torres de medición, subestaciones, realización de nuevos caminos por trazados que no se consideran adecuados o porque existen alternativas ya construidas, etc.
No obstante, en el Ayuntamiento de Valjunquera ya se tienen claras algunas cuestiones, aparte de la protección del patrimonio arqueológico. “Tenemos tres aerogeneradores muy próximos situados a dos kilómetros del casco urbano, una distancia que es completamente insuficiente”, afirmó la alcaldesa. A su juicio, los molinos “tienen que estar más lejos”.
Con todo, Traver enfatizó un aspecto por el que ya vienen protestando distintas organizaciones que han presentado alegaciones a otros proyectos eólicos: “30 días para alegar es un tiempo insuficiente”. La alcaldesa de Valjunquera afirmó que “no nos escucharán con esta queja, porque los 30 días están determinados por la ley, pero a ayuntamientos tan pequeños como el nuestro nos resulta prácticamente imposible asumir toda esta documentación con apenas un mes de plazo para estudiarnos estos proyectos”.
Una población envejecida y en regresión. Ese es el perfil de la población de los municipios en los que se proyecta la construcción del Clúster eólico del Matarraña que promueve la empresa Green Capital Power. Sin contabilizar Alcañiz (15.947 habitantes), Caspe ((9.748) y Maella (1.985), que son las tres poblaciones más grandes con diferencia, el resto de pueblos de las comarcas aragonesas afectadas por este proyecto suman apenas 5.461 habitantes, con localidades con 80 personas censadas, como es el caso de Fórnoles, y otras como Calaceite, con 994.
Las empresas energéticas de nueva creación que quieren aprovechar la coyuntura favorable europea hacia las renovables se fijan, como es el caso de Green Capital, en municipio con muy poca población y que, además, está envejecida.
La parte catalana afectada por el proyecto tiene unas características similares en dispersión poblacional, número de residentes y edad. Salvo Flix (3.408 habitantes) y Gandesa (3.064), el resto de municipios suma 4.481 habitantes, con dos poblaciones que superan los 1.000 como son Horta de Sant Joan y Corbera d’Ebre.
Según el estudio de impacto ambiental de la propia empresa promotora, en una mayoría de municipios (18 concretamente) las densidades de población son inferiores a los 15 habitantes por kilómetro cuadrado, algunos con índices mucho más reducidos como son Fórnoles, Belmonte de San José y Ráfales. En definitiva, zonas que se pueden enmarcar dentro de la consideración de Áreas Escasamente Pobladas.
La edad media oscila dentro de un rango comprendido entre 42 años (Alcañiz) y los 54 (Belmonte de San José), siendo once los municipios cuya población tiene una edad media superior a 50 años. Solamente dos municipios (Alcañiz y Caspe) presentan una edad media inferior a la media de la comunidad autónoma.
El estudio hace hincapié en que la zona aragonesa ha sido un foco de atracción poblacional (10,87 %), pero debido al incremento de población experimentado en los municipios de Alcañiz y Caspe. De hecho, la mayor parte de ese territorio (14 de 18 municipios) presenta una tendencia poblacional regresiva en la última década, llegándose a niveles alarmantes como los de Ráfales (-31,34 %) y Valjunquera (-25 %).
Igualmente, en la parte del ámbito incluida en Cataluña se produce esta misma regresión en el número de sus habitantes (-8,77 %). En este sentido, 10 de sus 11 municipios coinciden en su tendencia descendente en el número de habitantes en los últimos 10 años. Bot ha perdido más del 30 % de la población en una década y La Pobla de Massaluca más de un 28%. Solo Gandesa crece en población (19,50 %), aunque es un crecimiento inferior al de la provincia de Tarragona (36,66 %) o de Cataluña (23,40 %).
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