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Un pinar de Alcañiz se incorporará al Catálogo de Arboledas Singulares de Aragón Un pinar de Alcañiz se incorporará al Catálogo de Arboledas Singulares de Aragón
Un especialista toma datos del pinar seleccionado

Un pinar de Alcañiz se incorporará al Catálogo de Arboledas Singulares de Aragón

La masa forestal, que cuenta con una superficie de 31 hectáreas, no ha recibido alteraciones humanas en los últimos cien años
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El Pinar de La Buchancalera quedará incorporado al Catálogo de Arboledas Singulares de Aragón en breve. La dirección general del Medio Natural y Gestión Forestal sometió a información pública el pasado mes de diciembre el proyecto de su declaración como Arboleda Singular de Aragón, por lo que se convertirá en la primera de este tipo en constituirse bajo esta figura de protección en   el Bajo Aragón histórico.

La Arboleda Singular de La Buchancalera es un pinar de unas 31 hectáreas de superficie que reúne los requisitos para ser considerado bosque maduro o singular, por haber recibido una muy escasa alteración como consecuencia de la actividad humana. Los técnicos del Gobierno de Aragón llevan años catalogando y estudiando estos espacios presentes en la geografía aragonesa.

La Buchancalera es un pinar de pino carrasco que  posee un sotobosque típico del piso mesomediterráneo en el que destacan la sabina, el enebro, la coscoja o el madroño. Es una masa forestal en la que no se ha intervenido durante décadas y que no ha experimentado fuertes perturbaciones como consecuencia de incendios forestales o deforestaciones al menos en los últimos 100  años. Además, presenta elementos como la madera muerta o el arbolado longevo en volúmenes notables, si se comparan con las masas de pino carrasco que tenemos en Aragón. Este hecho hace que este bosque tenga un interés biogeográfico y ecológico muy destacado.

El Pinar de La Buchancalera   tiene un elevado interés como reserva científica, puesto que su escasa alteración humana permitirá realizar un estudio y evaluación de los posibles efectos del cambio climático global sobre este hábitat. Así las cosas, el objetivo de su inclusión como Arboleda Singular catalogada sería la conservación de una superficie representativa de estas formaciones próxima al estado natural.
 

La madera muerta es una característica a considerar para determinar la alteración de un bosque


Fernando Zorrilla, agente forestal del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de Aragón, explicó que esta arboleda es un bosque singular de pino carrasco que se va a incorporar próximamente a la red de bosques maduros o singulares cuyo objetivo es “seleccionar un conjunto de bosques singulares de diferentes especies”. Según el técnico del departamento, este pinar lleva  al menos 100 años sin sufrir ningún tipo de intervención humana, es decir, no ha habido ni cortas madereras ni ha padecido incendios. No ha habido sobre el pinar ningún tipo de aprovechamiento, porque se encuentra lejos de zonas pobladas”, añadió.

APNs

Los Agentes de Protección de la Naturaleza (APN) o Agentes Forestales son los encargados de velar por estas figuras de protección natural. “La propuesta de incorporar este espacio a la red de bosques maduros aragoneses ha sido posible porque cumple varios de los requisitos necesarios para ser considerado como tal”, explicó Zorrilla. No en vano, tiene una serie de características que lo convierten en un candidato perfecto para ser catalogado: “es una masa forestal irregular, con árboles muy  muy viejos y otros que se están regenerando”.

En este sentido, señaló que “este tipo de arboledas presentan unos ciclos en los que la madurez del bosque se mide entre otros factores, por la edad de su arbolado y por la cantidad de madera muerta que hay en el suelo y en pie”. En relación al pinar, el APN resaltó que “la importancia de estos bosques en los que ha actuado poco la mano del hombre radica en que el ciclo natural ha seguido su camino sin intervención alguna y ahora se encuentra en una etapa cercana a su madurez”.

Un estudio

Hasta quedar incluida como arboleda singular, técnicos y biólogos han realizado un estudio minucioso del pequeño ecosistema que se ha creado en su interior. “Se ha establecido un periodo de revisión de 10 años para hacer un nuevo seguimiento de cómo evolucionan esos bosques que están sin alterar, porque resulta interesante su estudio y evolución ante el cambio climático”, apuntó el APN.

De la misma manera, desde un punto de vista científico mantener la investigación abierta y revisar el estado en que se encuentra el pinar dentro de una década permitirá determinar cómo influyen en la arboleda los cambios que se producen a nivel natural”, añadió el APN.
 

La Buchancalera tiene una superficie de 31 hectáreas


Para realizar la investigación e indagar en las características de la masa vegetal“se han utilizado drones y tecnología digital, se ha llevado a cabo un levantamiento del terreno en 3D y elaborado un inventario de la zona con el fin de comprobar qué especies de flora tenemos en este momento”, detalló el técnico. De esta manera, en un plazo de 10 años se efectuará un estudio comparativo en el que podremos observar cómo ha evolucionado la arboleda. De la misma manera, “otros especialistas han efectuado un estudio entomológico en el que han estudiado los insectos presentes en estos bosques y los líquenes, lo que nos aportará una información completa con la que podremos seguir obteniendo datos y comparativas en un futuro”, añadió.

Conclusiones

En cualquier caso, del análisis previo de la información recogida en el pinar se han extraído algunas conclusiones interesantes. “Una de ellas tiene que ver con el estudio de la edad del arbolado, puesto que se trata de una zona en donde se ha constatado como diversos ejemplares de pino carrasco sobrepasan los 200 años de edad, algo que en el pino carrasco no es nada habitual”, afirmó el experto. No en vano, “si comparamos estos 200 años de antigüedad con el periodo de vida que puede tener un olivo en el Bajo Aragón nos puede parecer que es poco tiempo, pero para el pino carrasco es una edad muy considerable, precisamente por la frecuente exposición que suele tener esta especie a las alteraciones humanas”.

Por otra parte, la arboleda también “es muy interesante en  cuanto al seguimiento científico que se puede llevar a cabo del sotobosque que acompañan al pinar”, según comentó Zorrilla. Se ha detectado “una importante presencia de sabina negra en esta masa forestal, lo que nos indicaría que, en zonas tan secativas como estas, próximas al valle del Ebro, de insolación alta y poca pluviometría, esta especie puede estar comenzando a sustituir al pinar de una manera lenta y silenciosa”. En este sentido, el técnico medioambiental apuntó que “los técnicos podrán comprobar en un futuro si esta sustitución se corresponde con una dinámica natural y evolutiva dentro de esta zona”.

 

 

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