Charla de la Asociación Pozos de Caudé, este viernes en Alcañiz
Pozos de Caudé se ofrece en Alcañiz a exhumar a los represaliados de la guerra
Los cotejos de los restos hallados en el cementerio siguen a la espera en el banco de ADN
La asociación memorialista Pozos de Caudé se ofrece a seguir realizando exhumaciones en el cementerio de Alcañiz bajo petición tanto de las familias represaliadas por el bando franquista como por parte de los anarquistas, después de los sorprendentes resultados que han arrojado las últimas prospecciones en el camposanto bajoaragonés.
En el cementerio alcañizano han tenido lugar varias campañas arqueológicas entre 2019 y 2021 en busca de republicanos fusilados por el bando ganador de la última guerra civil, aunque para sorpresa de los investigadores los enterrados en las dos fosas comunes encontradas en la parte antigua son ciudadanos “de derechas” fusilados en el verano de 1936, nada más producirse el alzamiento militar, por milicias anarquistas.
Así lo interpreta el director de las investigaciones, el arqueólogo Javier Ruiz, guiado por los objetos encontrados en sus cuerpos, como una alianza de oro, una medalla religiosa y varios puentes de oro en las mandíbulas. Además, la zona donde están enterrados, junto a una gran cruz realizada con piedras en la década de los años 50 del siglo pasado, permite deducir que se alzó como memorial dedicado por el franquismo a sus caídos.
Una de las últimas prospecciones se realizó a instancias de la familia de Francisco Zueco Ferrer, un agricultor y ganadero alcañizano arrestado en 1948 -durante la represión del General Pizarro contra el maquis- y desaparecido de la cárcel de Alcañiz, donde había sido confinado y torturado durante días, según su familia, que fue la que indicó el lugar donde podrían haberlo enterrado.
Para sorpresa de los investigadores, en lugar de un cuerpo aparecieron dos. Los análisis de ADN tendrán que determinar si Francisco Zueco es uno de ellos, por lo que el presidente de Pozos de Caudé, Francisco Sánchez, que cree que sí, pidió este viernes “paciencia” en una charla que impartió en el Palacio Ardid dentro de los actos con motivo de la conmemoración del 3 de marzo, fecha del bombardeo de Alcañiz.
Después de esa localización, los arqueólogos iniciaron dos sondeos más en la parte vieja del cementerio, en el mismo cuadro donde en el invierno de 2019 se localizaron los cuerpos de 10 personas. Como resultado de estas prospecciones, salió una fosa común de 7,5 metros de largo que se encontraba parcialmente vaciada. En el interior quedaba un cuerpo completo y restos de al menos otras cuatro personas. En este caso, la fosa tenía una característica similar a la localizada en el invierno de 2019: estaba llena de cal. Varios de estos cuerpos presentaban impactos de bala en la cabeza, lo que evidencia la muerte violenta de quienes fueron enterrados allí.
La hipótesis principal con la que trabaja el equipo de investigación es que se trata de personas cuyos restos fueron exhumados en los años 40 del siglo XX, después del decreto emitido por el ministro Serrano Suñer por el que el Estado anunciaba que “correría a cargo con los costes de la exhumación de todas las personas fusiladas por los rojos”, explicó el propio Ruiz a este diario meses atrás.
Este dato explicaría la enorme cantidad de documentación localizada en el archivo municipal de Alcañiz, de solicitudes de exhumaciones de derechas. Pero no todas las familias consiguieron recuperar por completo los cuerpos de sus allegados.
La pregunta que surge tras desvelarse esta cuestión es dónde están las víctimas del bando franquista. Según Ruiz, “posiblemente esas fosas no se han conservado, porque se ha enterrado encima retirando antes los huesos y echándolos al osario”.
Así las cosas, en este cuadro no quedarían fosas de represaliados por el franquismo y posiblemente sí queden de fusilados por las milicias. Si hay solicitudes de sus familias, se puede continuar excavando, se ofreció Sánchez.
El presidente de Pozos de Caudé explicó que el propósito de las primeras exhumaciones era encontrar a los presos de la iglesia de San Francisco que el régimen franquista torturó y condenó a la muerte tras un juicio sumarísimo. “Los fusilaron en la tapia del cementerio y los enterraron allí”, destacó. “Había unas 120 personas, según hemos localizado ayudados por el Archivo Provincial, los juzgados de los pueblos y la Biblioteca de Alcañiz”.
Sánchez recordó que unas 40 familias acudieron al llamamiento que realizó en su momento la asociación, y recordó que con el banco de ADN que ha estrenado recientemente Aragón será más fácil cotejar los datos en lo sucesivo. “Las muestras se han remitido y están en proceso de estudio, que es lento y no tenemos resultados todavía, por lo que pido paciencia”, insistió el promotor memorialista.
“El banco de ADN era una ambición que teníamos las asociaciones memorialistas. En otras regiones como Andalucía, Cataluña, Navarra o País Vasco hace tiempo que lo tienen. Ahora está en Aragón y nos va a ayudar en la localización”, destacó Sánchez, que agradeció la colaboración en forma de financiación que brindan los Gobiernos de Aragón y de España.
En el cementerio alcañizano han tenido lugar varias campañas arqueológicas entre 2019 y 2021 en busca de republicanos fusilados por el bando ganador de la última guerra civil, aunque para sorpresa de los investigadores los enterrados en las dos fosas comunes encontradas en la parte antigua son ciudadanos “de derechas” fusilados en el verano de 1936, nada más producirse el alzamiento militar, por milicias anarquistas.
Así lo interpreta el director de las investigaciones, el arqueólogo Javier Ruiz, guiado por los objetos encontrados en sus cuerpos, como una alianza de oro, una medalla religiosa y varios puentes de oro en las mandíbulas. Además, la zona donde están enterrados, junto a una gran cruz realizada con piedras en la década de los años 50 del siglo pasado, permite deducir que se alzó como memorial dedicado por el franquismo a sus caídos.
Una de las últimas prospecciones se realizó a instancias de la familia de Francisco Zueco Ferrer, un agricultor y ganadero alcañizano arrestado en 1948 -durante la represión del General Pizarro contra el maquis- y desaparecido de la cárcel de Alcañiz, donde había sido confinado y torturado durante días, según su familia, que fue la que indicó el lugar donde podrían haberlo enterrado.
Para sorpresa de los investigadores, en lugar de un cuerpo aparecieron dos. Los análisis de ADN tendrán que determinar si Francisco Zueco es uno de ellos, por lo que el presidente de Pozos de Caudé, Francisco Sánchez, que cree que sí, pidió este viernes “paciencia” en una charla que impartió en el Palacio Ardid dentro de los actos con motivo de la conmemoración del 3 de marzo, fecha del bombardeo de Alcañiz.
Después de esa localización, los arqueólogos iniciaron dos sondeos más en la parte vieja del cementerio, en el mismo cuadro donde en el invierno de 2019 se localizaron los cuerpos de 10 personas. Como resultado de estas prospecciones, salió una fosa común de 7,5 metros de largo que se encontraba parcialmente vaciada. En el interior quedaba un cuerpo completo y restos de al menos otras cuatro personas. En este caso, la fosa tenía una característica similar a la localizada en el invierno de 2019: estaba llena de cal. Varios de estos cuerpos presentaban impactos de bala en la cabeza, lo que evidencia la muerte violenta de quienes fueron enterrados allí.
La hipótesis principal con la que trabaja el equipo de investigación es que se trata de personas cuyos restos fueron exhumados en los años 40 del siglo XX, después del decreto emitido por el ministro Serrano Suñer por el que el Estado anunciaba que “correría a cargo con los costes de la exhumación de todas las personas fusiladas por los rojos”, explicó el propio Ruiz a este diario meses atrás.
Este dato explicaría la enorme cantidad de documentación localizada en el archivo municipal de Alcañiz, de solicitudes de exhumaciones de derechas. Pero no todas las familias consiguieron recuperar por completo los cuerpos de sus allegados.
La pregunta que surge tras desvelarse esta cuestión es dónde están las víctimas del bando franquista. Según Ruiz, “posiblemente esas fosas no se han conservado, porque se ha enterrado encima retirando antes los huesos y echándolos al osario”.
Así las cosas, en este cuadro no quedarían fosas de represaliados por el franquismo y posiblemente sí queden de fusilados por las milicias. Si hay solicitudes de sus familias, se puede continuar excavando, se ofreció Sánchez.
Presos de San Francisco
El presidente de Pozos de Caudé explicó que el propósito de las primeras exhumaciones era encontrar a los presos de la iglesia de San Francisco que el régimen franquista torturó y condenó a la muerte tras un juicio sumarísimo. “Los fusilaron en la tapia del cementerio y los enterraron allí”, destacó. “Había unas 120 personas, según hemos localizado ayudados por el Archivo Provincial, los juzgados de los pueblos y la Biblioteca de Alcañiz”.
Sánchez recordó que unas 40 familias acudieron al llamamiento que realizó en su momento la asociación, y recordó que con el banco de ADN que ha estrenado recientemente Aragón será más fácil cotejar los datos en lo sucesivo. “Las muestras se han remitido y están en proceso de estudio, que es lento y no tenemos resultados todavía, por lo que pido paciencia”, insistió el promotor memorialista.
“El banco de ADN era una ambición que teníamos las asociaciones memorialistas. En otras regiones como Andalucía, Cataluña, Navarra o País Vasco hace tiempo que lo tienen. Ahora está en Aragón y nos va a ayudar en la localización”, destacó Sánchez, que agradeció la colaboración en forma de financiación que brindan los Gobiernos de Aragón y de España.
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