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Los envasadores italianos acaparan todas las operaciones a granel de aceite de oliva y el precio sigue en máximos históricos Los envasadores italianos acaparan todas las operaciones a granel de aceite de oliva y el precio sigue en máximos históricos
Aceite de oliva envasado, con alarmas de seguridad en un supermercado

Los envasadores italianos acaparan todas las operaciones a granel de aceite de oliva y el precio sigue en máximos históricos

El aceite de oliva virgen extra en origen empezó 2023 cotizando a 5,25 euros el kilo y cerró a 8,48 euros/kilo.
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Como si fuera un artículo de lujo. Las botellas de aceite de oliva ya se venden en algunos supermercados con precintos de seguridad y alarmas antirrobo. El precio del  denominado oro líquido no para de crecer. El año pasado, diciembre terminó con el aceite de oliva virgen extra a 6 euros el litro en los supermercados y parecía una barbaridad. Ahora mismo, para comprar la misma botella hay que pagar 9 o 10 euros.

La industria aceitera ya advierte de que el mercado del aceite pueda estallar como si se tratara de una burbuja bursátil. Por un lado, por que los altos precios pueden hacer que el mercado interno se resienta y descienda el consumo nacional bruscamente (ya se ha notado en este último trimestre). Comprar aceite a más del doble de lo que se pagaba hace año y medio es algo que no se pueden permitir todos los consumidores y perderlos es más fácil que recuperarlos, dicen desde el sector. Por otra parte, porque los precios están subiendo de una manera desorbitada, rompiendo cada techo de mercado, a pesar de que los envasadores españoles no están saliendo a comprar a la espera de que esta euforia se enfríe. Pero como éste es un mercado global, aunque los españoles no compren, hay otros que acaparan cada tonelada de aceite de oliva español que se pone a la venta. “Todo el aceite que se saca a la venta a granel se vende, porque los envasadores italianos están comprándolo todo”, detalla el almazarero de Valdeltormo José Gabriel Alcober.

Así que, mientras la demanda se mantenga, los precios no bajarán. El industrial turolense reconoce que en el sector la sensación es que esta subida de precios que arrancó el año pasado “parece no tener fin”. No obstante,  “lo tendrá”, apunta, “cuando los italianos tengan todas las reservas de aceite que necesitan y dejen de comprar aquí aceite”. Y entonces, ¿qué ocurrirá? se preguntan quienes observan a diario la gráfica del precio del aceite en subida libre.

Según el Sistema de Información de Precios POOLred, que calcula la media ponderada de los precios a partir de las operaciones de compraventa a granel de aceites de oliva realizadas en el mercado nacional, el año 2023 empezó con el aceite de oliva virgen extra en origen cotizando a 5,25 euros el kilo, mientras que  este mes de diciembre ha llegado a los 8,48 euros/kilo. Y éstos son los precios que se manejan en la venta a granel en origen. Su traslado en envasado al consumidor final en los supermercados todavía no se ha producido, según apuntan los industriales.

El anterior ya fue un año en que los precios subieron lo suyo debido a la corta cosecha española de olivas de la campaña 2022-2023, muy afectada por la sequía, una escasez de agua que ha seguido afectando este año a la mayor zona productora del país, Andalucía, y ligeramente al Bajo Aragón histórico, con la excepción del Matarraña, que tiene una cosecha histórica.

La escasa producción de aceite de oliva en nuestro país afianzó unos precios altos en el aceite ante la estimación de que a duras penas se conseguiría enlazar la cosecha pasada con la actual 2023-2024.

Aparte de lo anterior, la coyuntura de escasez de producción se ha mantenido este año en España. Según la información publicada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la producción de aceite de oliva va a aumentar en las principales comunidades autónomas productoras como Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura este año, pero va a continuar por debajo de la media en las dos primeras regiones, que son las mayores productoras del país. Según las estimaciones del Ministerio, esta cosecha será de 765.362 toneladas, es decir, un 15% mayor que la pasada (664.033 toneladas) y estará un 34% por debajo de la media de las últimas cuatro campañas olivareras.

En Andalucía, principal región olivarera del país -concentra el 70% de la producción española-, la cosecha se estima un 40% por debajo de la media debido a la baja producción prevista en las provincias de Jaén, primera provincia productora de España, de Córdoba y Granada. Las causas de la escasez hay que buscarlas en la situación climática de los últimos meses, con elevadas temperaturas en plena floración que provocaron pérdidas de flor y una merma en el cuajado de los frutos.

A lo anterior habría que añadir que en la campaña actual se han registrado finalmente en octubre unas existencias de enlace de 257.000 toneladas, esto es, un 43% menos que el enlace de la campaña anterior, y un 52% inferiores a la media de las cuatro últimas campañas oleícolas. Por tanto, los precios se han mantenido al alza por la escasez de productor en el mercado.

El almazarero de Valdeltormo José Gabriel Alcober definió la subida de precios experimentada durante todo este año como “brutal”. Ahora mismo, dice, nadie se atreve en el sector a predecir dónde va a acabar el mercado a corto plazo. Así que con incertidumbre no parece que los precios vayan a optar por la estabilidad.

La subida experimentada por el oro líquido en el primer semestre del año era “la esperada, y han ido cumpliéndose al dedillo todos los pronósticos”. No obstante, el sector esperaba una moderación de los precios con el inicio de la cosecha actual y la llegada de los primeros aceites de la temporada 2023-2024. Sin embargo, “los aceites no se han acomodado y han seguido subiendo”, añadió. Y ahí es donde a los industriales y envasadores les ha pillado el mercado con el pie cambiado.

El mercado intentó descansar cuando el aceite en origen tocó los 7,5 euros por kilo. Sin embargo, “desde hace dos o tres semanas ha habido un repunte muy fuerte de los precios que ahora continúa y que no sabemos a dónde va a llegar, porque en este momento los compradores italianos están comprando todo el aceite que se saca al mercado”.

En este momento, por tanto, el aceite español tiene como  principal destino la exportación, y “exclusivamente se va a Italia, donde los envasadores tienen una capacidad mucho mayor de aplicar las subidas que se están registrando en el aceite de oliva”.

Con una coyuntura así, no parece fácil que los precios del aceite vayan a moderarse, no de momento y al menos hasta que Italia deje de comprar aceite español. “Cuando los envasadores italianos se retiren, veremos si los españoles son capaces de aguantar estos mismos precios”, enfatizó el industrial turolense.

Escasez en el Mediterráneo

Italia, con una potentísima industria aceitera, siempre suele salir a comprar aceite a los mercados mediterráneos, pero este año la escasez es generalizada en toda la zona. Según el portal de información especializado en aceite de oliva Mercacei, Italia registrará una producción de alrededor de 270.000 toneladas, lo que supone un descenso de alrededor del 10% respecto al volumen registrado en sus mejores campañas. Grecia prevé producir 170.000 toneladas, lo que supone una gran disminución en comparación con el año anterior, mientras que Túnez también aportará cifras discretas con alrededor de 220.000 toneladas de aceite de oliva en esta cosecha. En cuanto a Marruecos, la sequía habría vuelto a menguar la producción de aceite en este país, donde se estiman entre 80.000 y 100.000 toneladas en esta campaña. Finalmente, Turquía, con 190.000 toneladas , y Portugal, con 150.000, acaban de completar un año en el que por distintos motivos la producción de aceite de oliva será corta y escasa.

En el caso de nuestro país, las estimaciones del Ministerio apuntan a que no se llegará a las 800.000 toneladas de producción de aceite este año (un 40% inferior a la media), y existen serias dudas de si se conseguirá enlazar con la próxima cosecha. Esa incertidumbre mantiene los precios por las nubes. Según enfatizó el almazarero de Valdeltormo, “como estamos en un mercado global podría ser que no se llegara a final de campaña”. Si esto se mantiene así, la presión sobre los precios se mantendrá en lo que queda de año.

Aún con todo todavía hay que ver cómo evoluciona el mercado, ya que “en Andalucía apenas han empezado ahora a recoger la cosecha y se tiene que ver si la producción estimada no crece al alza, y lo mismo en la zona de Toledo, donde hay buena cosecha y van a ponerse a recogerla en breve”, señaló.

Va a subir a corto plazo

En cualquier caso, a corto plazo que el litro de aceite se pague en el supermercado a más de 10 euros no solo no es descartable, sino que es más bien previsible, porque “el aceite se está vendiendo en el supermercado más barato de lo que nosotros estamos pagando al agricultor”, asegura Alcober. Es decir, que la cadena alimentaria todavía no ha aplicado las subidas registradas en las últimas semanas.

Según el almazarero, “estamos entrando en terrenos peligrosos, y tenemos la sensación de que nos encontramos en una burbuja que puede estallar en cualquier momento y que haga que el mercado se rompa, porque decida no comprar a estos niveles”. Así que,  “si hubiera un parón en las compras, las bajadas del aceite serían importantes”, apuntó. En cualquier caso, “no volverá a los 5 o 6 euros de ninguna manera”, añadió.

Sin lluvias a la vista

Las cooperativas del Bajo Aragón también observan con cautela y cierto temor esta escalada de precios. La Cooperativa del Mezquín todavía no ha vendido ni un solo litro de aceite a granel, porque la entidad cooperativista prefiere dedicar la poca producción que tendrá este año en el Bajo Aragón a la venta al detalle, donde obtiene mayor valor añadido. No obstante, la cuestión es si el consumidor estará dispuesto a pagar el aceite “a estos precios estratosféricos”, afirma Pedro Antonio Sancho, gerente de la entidad asociativa.

“En este momento, no sabemos si van a seguir subiendo, pero lo que está claro es que el mercado a granel sigue fuerte y el del envasado intenta aguantar el tipo, pero vender un litro de aceite de oliva a 9 y 10 euros se va a notar en el consumo; es difícil que la gente pueda comprar a estos niveles” un producto que forma base de la dieta alimentaria, afirmó. Lo más probable, según Sancho, es que el consumidor se pase a otros aceites más baratos o a aceites de oliva de peor calidad.

Para el cooperativista, “esta situación no es buena para el autoconsumo, porque vamos a sufrir las consecuencias”.

En relación a una hipotética bajada de los precios, el gerente de la Cooperativa del Mezquín consideró que “si se produce, no será radical, porque la sequía en Andalucía es pertinaz y, si no llueve de aquí a la primavera, en cuestión de precios lo vamos a seguir pasando mal, porque eso significará que tampoco habrá cosecha el año que viene”.

¿Qué sería lo deseable? En opinión de Sancho “que llueva y que el año que viene haya una gran cosecha, lo que provocaría un parón en las subidas de precios” por las garantías de aceite en la siguiente campaña.

En el Bajo Aragón histórico la cosecha es enormemente desigual. “Con la excepción del Matarraña, donde hay una gran cosecha, en el resto del Bajo Aragón histórico, en Calanda, Alcorisa, Albalate, La Codoñera, Torrecilla... es media tirando para abajo, porque también ha resultado muy afectada por la sequía”, indicó Sancho.