Laura Martín Murillo, directora del Instituto para la Transición Justa: “El objetivo del Convenio está cumplido: tenemos garantizados 650 empleos frente a 532 perdidos”
El Miteco considera “brillante” el plan de futuro de Endesa, adjudicataria del NudoLa directora del Instituto para la Transición Justa (ITJ), Laura Martín Murillo, visitó Andorra el pasado jueves para pormenorizar ante los agentes territoriales el contenido del Convenio de Transición Justa (CTJ) de Aragón, del que se beneficiarán 33 municipios turolenses. La responsable asegura que, aun sin firma, el objetivo del documento ya está cumplido porque con los instrumentos actuales están “garantizados” 650 empleos a largo plazo, frente a los 532 que se destruyeron por los cierres de la central térmica y de las minas de carbón. Además, Martín asistió a la presentación del plan de futuro de Endesa para la zona, que calificó de “brillante”, y vislumbró la generación de una “marca Andorra” catalizadora de nuevos proyectos “muy potentes”.
-Han visitado Andorra por segunda vez en tres semanas. ¿Ha sido para detallar el CTJ, que parece que no quedó demasiado concretado en la primera reunión con presencia de la ministra Teresa Ribera?
-Vinimos para clarificar las cuestiones que pudieran quedar pendientes, para avanzar más en calendario, en instrumentos de gobernanza y para que se entienda mejor lo que estamos haciendo con el CTJ en Andorra. En el resto de las zonas de transición justa se ha ido entendiendo mejor, pero es cierto que aquí, por lo que sea o porque no lo hemos sabido comunicar bien, teníamos todavía esta jornada pendiente con todos los agentes.
-Quizá es porque falta un documento concreto en el que se detallen, negro sobre blanco, las medidas a implementar y la financiación concreta.
-Eso es lo que va a ser el documento definitivo, punto por punto. Pero el CTJ no solo es eso. El trabajo que hemos venido desarrollando en los CTJ en todas las zonas después de la firma de los protocolos ha sido un trabajo constante de acompañamiento a las iniciativas que se nos habían ido presentando. Hemos ido sacando muchas líneas de ayuda. Es decir, que ha habido un trabajo constante y una programación.
-¿Por qué ha tardado tanto en llegar el convenio?
-No ha tardado en llegar, es un instrumento que empezamos a trabajar desde que firmamos los protocolos, desde que lanzamos los procesos participativos. Hemos ido avanzando en cuestiones concretas. El objetivo es reemplazar a largo plazo los 532 empleos que se perdieron por el cierre de la central térmica y de las minas y, con todas las líneas de apoyo que hemos venido trabajando, incluyendo el propio concurso del Nudo de Andorra, ahora tenemos garantizados por instrumentos del ITJ 650 empleos a largo plazo. No ha tardado porque el objetivo del convenio está ya cumplido. Ahora tenemos la oportunidad de hilar mucho más fino, de trabajar en líneas que nos ayuden a ir incluso más allá de ese objetivo y plantearnos recuperar más empleo, e incluso población que se haya perdido en estos últimos años. Los elementos de convenio que se contemplan en la Ley de Cambio Climático están más desarrollados en el convenio de Aragón que en ningún otro. Sin embargo, donde hemos tenido más nivel de avance siempre se ha percibido esta necesidad de firmar. Es algo interesante desde un punto de vista sociológico.
-¿Ha sido el CTJ unir ayudas: el plan de la minería por un lado, los fondos de transición justa europeos por otro, y cofinanciación estatal y regional, hasta reunir 204 millones de euros?
-Las herramientas se han creado para esto. Para el cierre de las minas firmamos un nuevo acuerdo de minería que tenía que implementarse a partir de 2019. Para el cierre de algunas centrales térmicas, donde teníamos posibilidad, incorporamos el instrumento novedoso del concurso del Nudo y lo fuimos acompañando de otras muchas ayudas. El convenio mete todos esos elementos en un marco común, porque al fin y al cabo el desarrollo de esta zona tiene que poner en común unos instrumentos con otros para que tengan coherencia, sinergias y consigamos optimizar las posibilidades que nos brindan. Separar el Nudo del convenio no tiene mucho sentido porque uno de los elementos de los CTJ tal y como está fijado en la Ley de Cambio Climático es la celebración de los nudos.
-En anteriores etapas ha habido dinero del Miner pero las partidas no se han llegado a agotar. ¿Pueden garantizar ahora que todos los fondos serán capaces de atraer inversiones?
-No me cabe duda. Hemos trabajado mucho con las empresas de esta zona y de otras para ver cómo podíamos transformar esas ayudas en algo más atractivo que pudiera realmente generar esa diferencia que les ayude a apostar por nuevos emprendimientos. Hemos publicado esta semana una nueva orden de ayudas empresariales por valor de 50 millones de euros en la que hemos trabajado mucho para mejorar esas condiciones que hagan que tengan mayor absorción y podamos agotar presupuesto. Hemos hablado con muchos de los agentes del territorio y yo diría que casi todas las semanas recibo en el ITJ a gente de la zona o de fuera que está pensando en poner proyectos aquí y que nos preguntan cómo va a ser el marco de apoyo. Hemos hecho un trabajo que va a tener resultados. Ya tenemos una persona que hace esa función de agente en el territorio, que se reúne periódicamente con municipios y empresas, y es un trabajo muy dinámico. Tenemos mucho interés no solo en sacar líneas de ayudas sino en que sean plenamente absorbidas en territorio.
-La convocatoria de 91 millones de euros para proyectos de infraestructuras en toda España, ¿está incluida en el convenio? ¿En qué punto está?
-Esa orden fue redactada desde la consulta que se había hecho públicamente en todos los CTJ de España. Vimos todo lo que se quería hacer a nivel municipal y construimos una orden con fondos del Plan de Recuperación que incorporara la mayor parte de los proyectos que se querían desarrollar. Esperamos antes de final de año tener la resolución provisional y la definitiva a principios de 2023. Se han presentado muchos más proyectos de los que pueden ser financiados.
-¿Se priorizarán los que generen empleo?
-Es una orden muy amplia y uno de los criterios es esa capacidad de generación de empleo. Aunque también es cierto que con nuestras órdenes destinadas a empresas vamos a ir trabajando en esos proyectos generadores de empleo del sector privado. En caso de las infraestructuras municipales son proyectos más diversos, que tienen que dar también respuesta a crear mejores servicios para la ciudadanía, importantes para retener población.
-¿Confían en que los trabajadores que se han marchado para buscarse la vida retornen? ¿Va a faltar mano de obra?
-Con el seguimiento que nosotros hacemos, de esos 532 empleos perdidos ahora mismo hay otros 500 empleos ya simplemente en desmantelamiento, construcción de nueva fotovoltaica en las nuevas instalaciones de Endesa y restauración de minas. Se han mantenido más o menos los niveles de empleo, aunque es cierto que eso no significa que se hayan mantenido sobre las mismas personas, y ahora vamos a tener un pico de empleo. Lo principal ahora es cómo atraer talento para la instalación y, a largo plazo, para la operación de esas nuevas empresas. Es un desafío colectivo. Vamos a seguir trabajando en la formación para que las oportunidades de empleo puedan ser optimizadas por la población local. Es más fácil atraer trabajadores y talento donde se ve que hay esperanza y futuro. El contexto ha cambiado y estamos en una mejor situación.
-¿Qué balance hace de esta primera convocatoria de Nudo?
-Muy positivo. Antes, al primer promotor que llegaba y le pedía la solicitud a Red Eléctrica se le concedía. Sin embargo, introducir este instrumento, que ha sido muy innovador y que ha tenido su tiempo de trabajo pero creo que hemos sido bastante ágiles, ha dinamizado una competencia muy sana. Ha habido muchas empresas que han presentado proyectos y han tenido que trabajar de una manera diferente: no el mejor proyecto energético, sino el mejor de cara al territorio. Esa competencia ha hecho que el nivel suba de forma generalizada. El resultado para mí es brillante, es un proyecto realmente muy potente para el territorio, con muchos factores de retroalimentación de esas nuevas instalaciones renovables con muchas otras cosas: cadena de valor renovable, agricultura, proyectos sociales... Estamos muy contentos, hemos conseguido cumplir lo que nos proponíamos.
-¿Van a lanzar un concurso por zona minera?
-Eso no es exactamente posible. Hay territorios en los que Red Eléctrica hasta ahora nos dice que, a pesar de haber cerrado centrales de carbón, no queda capacidad disponible en esos nudos, y ahí no podríamos concursar. Y no en todas tenemos las mismas posibilidades de desarrollar proyectos renovables. En algunos sitios tendremos incluso capacidad concursable y sin embargo poco interés por parte de generadores de electricidad renovables porque el recurso de sol y viento es más escaso o existe un muy alto nivel de protección. Donde podamos, lo haremos porque hemos visto en Andorra que tiene sentido hacer las cosas así.
-¿De qué forma va a fiscalizar el ministerio que se cumpla lo prometido por Endesa?
-Esto es muy fácil, porque el adjudicatario del concurso ha tenido que poner unas garantías altísimas en comparación con cualquier proyecto renovable. En el caso de Endesa son 220 millones de euros que perderían si no cumplen, pero además perderían el propio acceso a la red. Invertir en un proyecto renovable y terminar por no poder verter porque no has cumplido las condiciones es algo que ningún promotor serio se va a plantear. Hemos garantizado que vayan a cumplir. A los seis años, Endesa tiene que presentar la documentación auditada con el cumplimiento de los compromisos.
-Hay criterios nuevos, como reservas para mujeres del 25% de los empleos directos que genere Endesa (370) y el 30% de los indirectos (6.000). ¿Cómo lo harán en un sector tan masculinizado como es el de la energía?
-Lo van a tener que conseguir. Desde un punto de vista de desarrollo consideramos que no iba a ser muy justo pasar de un sector muy masculinizado a una transformación de empleos masculinos. Perderíamos mucho talento, muchas oportunidades y mucha capacidad de fijar población en territorio. Todos los que querían el Nudo tenían que apostar por la contratación de mujeres.
-La formación es prioritaria en este sentido.
-Lo es, y en el plan de Endesa hay una parte importante de formación específica para mujeres.
-¿La propuesta de 'luz gratis' para todos que proponía Forestalia era viable?
-No me meto en la viabilidad. Es cierto que no estaba en la orden. Es decir: lo que proponíamos para que el recurso renovable fuera interesante también para las facturas eléctricas locales era la apuesta por el autoconsumo y las comunidades energéticas. Eso es lo que marcaba la orden. El compromiso de Forestalia suponía ir más allá, con lo cual no puntúa porque en el concurso lo que puntúa es número de beneficiarios de autoconsumo. No nos interesa tanto que la electricidad sea gratis para todos, sino que sea asequible. Y aquí el autoconsumo es importantísimo. Las comunidades energéticas son una apuesta de creación de valor posterior muy interesante.
-¿Cuándo y cómo se van a sacar los 100 MW que faltan por adjudicar en el Nudo Mudéjar?
-Efectivamente, tenemos 100 MW que habíamos reservado para proyectos más pequeños a través de ‘distribución aguas abajo’ y estamos terminando de ver cómo vamos a canalizarlos.
-¿Hay recursos contra el resultado del concurso del Nudo encima de la mesa?
-Los recursos son normales en toda la actuación de la Administración General del Estado y son unas garantías que tienen todos los que participan. Y el sector energético es un sector de alta litigación. Sinceramente, no creo que, tal y como hemos llevado el concurso, haya muchos. Sí es cierto que hay promotores que nos están pidiendo visitas del expediente y nosotros vamos a trabajar con la misma seriedad que hemos trabajado hasta ahora para facilitar la información. Se ha llevado de manera muy rigurosa, ha sido un trabajo de mesa excelente para cumplir una orden que estaba lo suficientemente clara.
-¿Algún candidato ha ido a los tribunales?
-No, por ahora hemos recibido consultas y ya veremos. Están en su derecho pero vemos poca probabilidad. Hemos puesto mucho énfasis en que el concurso sea robusto.
-¿Cómo se imagina Andorra en la próxima década
-Hemos trabajado mucho y tenemos esperanzas. Lo que no me cabe duda es que va a ser una, si no la mejor práctica internacional de cómo hacer una transición energética de manera ágil: cerrar una mina de carbón, sustituirla por un proyecto energético de futuro renovable muy potente, pero que a la vez arrastre un montón de iniciativas. Esa marca Andorra, de futuro, va a ser un catalizador de nuevas actuaciones que prevemos muy potentes.
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