Una niña toca la campana instalada en el ayuntamiento de La Portellada
La Portellada ya toca la campana repuesta de la cofradía de San Cosme y San Damián
El nuevo ejemplar de los Portilla suena en el ayuntamiento siglo y medio después
La campana de la antigua cofradía de San Cosme y San Damián volvió a presidir este jueves el edificio, actual sede del ayuntamiento, gracias a la Asociación Cultural Quintos 68-Peña Rostoll, que encargó una nueva pieza de 22 kilos al maestro campanero Abel Portilla siglo y medio después de la desaparición de la original.
Tras la bendición de la nueva campana a cargo de Pablo Roda, los niños fueron los primeros en subir al salón sobre los porches de la casa consistorial donde ha sido repuesto este elemento con el que, tiempos atrás, se llamaba a los masoveros de la zona para tratar asuntos de concejo.
La colocación de la campana supone “la culminación” de los esfuerzos de la asociación en el último año, destacó Marco Aurelio Villoro, uno de sus representantes. “Llevamos 40 años recuperando patrimonio del pueblo y este era uno de los que se nos resistía porque no sabíamos la historia de esta campana, ni cómo era, así que decidimos hacerla nueva”. Solamente se conservaba un yunque de madera que fue restaurado por el carpintero de Beceite Álvaro Queralt. Un herrero de La Fresneda, Ramón Bello, ayudó con los engarces. El resto es cosa de los hermanos Portilla de la localidad de Gajano (Cantabria), que han elaborado una campana de 22 kilos con un diámetro de boca de 31 centímetros.
“Nos ha costado un año y hemos llegado al día de hoy muy contentos. Este edificio es la cofradía y se construyó en 1622, cuando La Portellada pertenecía a La Fresneda. Porque esto era un barrio y había tres o cuatro masicos en la parte de arriba y otros tantos abajo. En 1784 nos independizamos de La Fresneda y este edificio se convirtió en ayuntamiento”, explicó Villoro, que entiende que la campana serviría en tiempos “para dar aviso a estos siete u ocho masicos si había algún incendio, peligro, inundación o cualquier detalle por el que conviniera llamar a los vecinos para que acudieran aquí”. En cuanto a la campana, “creemos que se la llevaron durante la guerra carlista”.
El estreno del nuevo elemento llamó la atención de un centenar de vecinos y veraneantes que asistieron a la puesta de largo, con bendición y aperitivo. La alcaldesa, Gloria Serrat, mostró la “alegría” de todo el pueblo por recuperar “parte de nuestra historia”, por lo que agradeció a la peña su colaboración por preservar la memoria del pueblo.
Esta entidad ha trabajado también por la recuperación de los toques manuales de las tres campanas de la iglesia y en 2023 participó en la restauración de la Damiana, la María y la Javiera.
Tras la bendición de la nueva campana a cargo de Pablo Roda, los niños fueron los primeros en subir al salón sobre los porches de la casa consistorial donde ha sido repuesto este elemento con el que, tiempos atrás, se llamaba a los masoveros de la zona para tratar asuntos de concejo.
La colocación de la campana supone “la culminación” de los esfuerzos de la asociación en el último año, destacó Marco Aurelio Villoro, uno de sus representantes. “Llevamos 40 años recuperando patrimonio del pueblo y este era uno de los que se nos resistía porque no sabíamos la historia de esta campana, ni cómo era, así que decidimos hacerla nueva”. Solamente se conservaba un yunque de madera que fue restaurado por el carpintero de Beceite Álvaro Queralt. Un herrero de La Fresneda, Ramón Bello, ayudó con los engarces. El resto es cosa de los hermanos Portilla de la localidad de Gajano (Cantabria), que han elaborado una campana de 22 kilos con un diámetro de boca de 31 centímetros.
“Nos ha costado un año y hemos llegado al día de hoy muy contentos. Este edificio es la cofradía y se construyó en 1622, cuando La Portellada pertenecía a La Fresneda. Porque esto era un barrio y había tres o cuatro masicos en la parte de arriba y otros tantos abajo. En 1784 nos independizamos de La Fresneda y este edificio se convirtió en ayuntamiento”, explicó Villoro, que entiende que la campana serviría en tiempos “para dar aviso a estos siete u ocho masicos si había algún incendio, peligro, inundación o cualquier detalle por el que conviniera llamar a los vecinos para que acudieran aquí”. En cuanto a la campana, “creemos que se la llevaron durante la guerra carlista”.
El estreno del nuevo elemento llamó la atención de un centenar de vecinos y veraneantes que asistieron a la puesta de largo, con bendición y aperitivo. La alcaldesa, Gloria Serrat, mostró la “alegría” de todo el pueblo por recuperar “parte de nuestra historia”, por lo que agradeció a la peña su colaboración por preservar la memoria del pueblo.
Esta entidad ha trabajado también por la recuperación de los toques manuales de las tres campanas de la iglesia y en 2023 participó en la restauración de la Damiana, la María y la Javiera.
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