La Monumental hoguera de Castelserás de 22 metros de altura calienta la tradición

La Monumental hoguera de Castelserás, de 22 metros de altura y forrada de leña hasta una base de 10 metros de alto y 14 de diámetro, volvió anoche a caldear en segundos el ambiente en la localidad bajoaragonesa, cumpliendo así con uno de los ritos del fuego más ancestrales y turísticos de la provincia.

El espectáculo de la pira de San Sebastián, que tiene lugar cada 19 de enero a las 22:30 horas, culminó una intensa semana de preparativos en los que participan decenas de voluntarios que, como un reloj, cumplen a la perfección la función encomendada a cada cual.

Los trabajos comenzaron el 12 de enero, cuando cortaron un álamo de 23,6 metros para plantarlo en la plaza del Rolle. Hubo que recortarlo metro y medio ese día para que cupiera bien y facilitara las labores de izado, en las que participan decenas de personas desde la base y tirando de cuerdas desde el ayuntamiento y casas particulares anexas.

Alrededor del chopo plantado se formó la hoguera días después. El sábado se dispuso leña recia, troncos de oliveras y cimales, que constituyen la base sobre la que posteriormente se coloca leña sencilla, ramas de olivera, almendrera, melocotonero y toda clase de árboles de labor. Finalmente, el domingo se forró con fajos de olivera secos, que son los que ocasionan el estallido de calor que se produce en la plaza de España segundos después de que los Caramballeros prendan la hoguera, así como ramaje verde para adornar.

14 metros de diámetro

Todo el material combustible se coloca sobre la rosa de los vientos de la plaza, dibujada con piedra de río, de 14 metros de diámetro. La base de la hoguera “puede alcanzar una altura de unos 9 o 10 metros, y en tiempos entraban 150 toneladas de leña”, explicó el historiador local Gregorio Paricio, también voluntario de la fiesta. Los últimos fardos se colocaron con ayuda de un elevador para dar el toque final a la protagonista de la fiesta.

A las 22:30 horas, la alcaldesa de Castelserás, Pilar Arellano, dio permiso para encender, y acto seguido los Caramballeros, con teas artesanales, procedieron a incendiar las faldas de la hoguera para que, de abajo arriba, se cumpliera de nuevo la tradición.

En segundos, las llamas alcanzaron los 20 metros de altura, causando un gran destello en la plaza que duró minutos gracias a la sequedad de la madera por la ausencia de precipitaciones en las últimas semanas. Unos pocos valientes, principalmente de la familia Insa, bailaron el tradicional Rodat, una danza ancestral que circunvala la hoguera al son de la gaita y el tambor, protegiéndose la cara con el antebrazo y girando sobre sí mismos hasta que el infierno lo permite. “Antes era solo para los hombres casados, pero los tiempos han evolucionado y ya cualquiera que lo desee puede salir a bailar”, indicó Paricio.

Ya de madrugada, cuando cesan las llamas y el rescoldo lo permite, los casados más valientes, hacha en mano, sortean el fuego y, apoyándose en zuecas de olivera aún incandescentes, se aproximan al interior para, a base de astralazos, derribar el álamo, si es que no ha caído por sí mismo. Éste choca contra algún alero de la plaza. Todos están convenientemente protegidos para soportar el impacto, pero aún así se suelen originar desperfectos que gustosamente costea el consistorio. De esta forma, Castelserás honra a San Sebastián, patrón desde hace cinco siglos.

La Monumental se conoce como “la hoguera de los casados”, pero “hay otra más pequeña, que es la de los solteros” en la plaza del Puente, que este año se prendió el sábado. Tanto en los preparativos como a la hora de la combustión, “la participación del pueblo es total”, por lo que el futuro de la fiesta está garantizado.

El fin de semana de tradición se regó también con la presentación de las reinas, dos noches de orquesta, discomóvil, desfile de carrozas, solemnes completas cantadas por los rosarieros, Arraclaus de Castelserás y Cercavilla.

Este lunes será festivo en la localidad, con procesión del pan bendito desde la plaza de España, misa mayor, vino español en Montepío, espectáculo musical y chorizada. La fiesta continuará con calmante y discomóvil.