La demolición de las tres torres de refrigeración, nuevo paso en el desmantelamiento de la térmica, que seguirá dos años más
275 kilos de pólvora echaron abajo las infraestructurasLas 11:30 horas. Ni un minuto más, ni un minuto menos. En ese preciso instante los 275 kilogramos de dinamita que rodeaban las tres torres de refrigeración de la central térmica de Andorra hacían caer unos de los símbolos más característicos de todo Aragón. El penetrante silencio que durante los momentos previos a la voladura había ganado protagonismo quedó eclipsado por un impactante estruendo, que llegó poco antes de que las tres estructuras quedasen reducidas a escombros. El esfuerzo técnico realizado por Endesa para que la detonación fuera un éxito salió a la perfección y en apenas siete segundos las tres torres de refrigeración dejaron de existir. El acontecimiento, que pasará a la historia de Andorra y de Aragón, también supuso un hito sin precedentes a nivel nacional, ya que la demolición fue la primera en la que se acababa con tres torres de grandes dimensiones al mismo tiempo y en una sola explosión.
A falta de un minuto para la hora señalada los nervios y el silencio se apoderaron del entorno de la central térmica de Andorra, que en reducidas ocasiones había tenido tantos ojos sobre ella. Uno de los técnicos del equipo que llevó a cabo la detonación tomó un megáfono e inició la cuenta atrás definitiva. Esos fueron los últimos segundos con vida de tres torres de refrigeración que han formado parte del paisaje andorrano durante más de cuatro décadas. Después de que el encargado de hacer la cuenta atrás llegase al cero, comenzó el derrumbe de las torres. Fue igual de uniforme que de rápido, ya que en apenas siete segundos las tres simbólicas torres de la central andorrana dejaron de existir. Los aplausos de los técnicos de Endesa al ver que todo había salido según lo previsto fueron una muestra clarividente de el esfuerzo que hay detrás de una detonación de tal envergadura. Beatriz Muñiz, directora de Proyectos Térmicos de Endesa Generación, consideró que el acontecimiento fue “uno de los hitos más importantes dentro del proceso de desmantelamiento”. Por su parte, Ignacio Montaner, director de Endesa en Aragón, reconoció haber vivido la detonación “con un nudo en el estómago, ya que es una instalación muy significativa para Endesa y para Aragón”.
El momento de la detonación
El trabajo de varios meses quedo reducido a un segundo y medio. Es el tiempo que tardaron en detonar los 275 kilos de explosivos, colocados en las torres. Un total de 1.164 barrenos fueron ubicados en las tres impetuosas estructuras a lo largo de la semana para que el derribo pudiera producirse de forma limpia y sin percances. La detonación se produjo de forma secuenciada en las tres torres para minimizar la vibración del terreno y las proyecciones de material.
No obstante, ese breve periodo de tiempo guarda horas y horas de estudio previo. Desde Endesa reconocen que detrás de la voladura de las tres torres de refrigeración de la central térmica andorrana hay un proyecto específico en el que se ha analizado estructuralmente la afección de los trabajos preparatorios, así como la dinámica de la voladura, su secuencia, direcciones de caída, medidas mitigadoras de las afecciones, medidas de vibraciones y puesta en seguridad de todos los elementos y estructuras afectadas. De tal manera, la alegría de los ingenieros encargados del proyecto se contrarrestó con la tristeza de algunos de los responsables de la empresa que llevan más tiempo vinculados a la central térmica de Andorra. El director de Endesa Generación, Rafael González, reconoció la emoción que había recorrido su cuerpo tanto en los instantes previos como en el momento exacto de la detonación, en “un día de emociones encontradas”. Por su parte, Ignacio Montaner recordó el cariño que empleados y andorranos tenían a una de las centrales térmicas más importantes del país. “Hemos operado aquí durante muchos años”, rememoró el director de Endesa en Aragón.
Cientos de expertos invitados
Junto a los principales cargos de la empresa energética también asistieron a la detonación un centenar de expertos, trabajadores y técnicos de Endesa y Enel. Nadie quiso perderse un evento que quedará guardado para la historia gracias a los más de setenta periodistas acreditados y a los siete influencers que también pudieron presenciar la detonación desde un mirador cercano a la central térmica.
Sin embargo, los representantes políticos no estuvieron en ese área reservada para los medios de comunicación y trabajadores de la empresa, de modo que los bulos acerca de un catering para los representantes políticos que corrieron por las redes sociales instantes después de la detonación quedaron en anécdota.
Ante todo, la seguridad
La seguridad fue uno de los elementos más importantes para que la demolición de las torres fuese todo un éxito. Muñiz reconoció el esfuerzo previo llevado a cabo para que todo saliese de forma correcta, ya que durante las semanas anteriores a la explosión los técnicos se encargaron de vaciar las torres de oxigenación y convertir el resto de la central en una zona segura para que la detonación se pudiese ejecutar sin problemas. Previamente a este trabajo, se han realizado, entre otros, la retirada y gestión de los equipos en los que se producía el intercambio de calor, compuestos básicamente por materiales de relleno plástico, así como materiales con amianto (no friable), situados en el interior. También se ha acondicionado y separado la parte externa de la interna, se han desvinculado los elementos unidos a la torre y se ha desmantelado el equipamiento situado en la zona de afección.
El protocolo de seguridad instalado en los alrededores de la central térmica andorrana no permitió a nadie acercarse a menos de 800 metros del lugar de la detonación, con numerosos miembros de la Guardia Civil en los diferentes caminos que dan acceso a la central térmica desde la carretera.
Segundos después de que las tres torres comenzasen a caer, los técnicos de Endesa iniciaron una detonación paralela de 37 piscinas colocadas estratégicamente alrededor de las torres para que el agua absorbiera la mayor parte de polvo del hormigón posible. Sin embargo, la nube de polvo permaneció durante varios minutos en los alrededores del lugar.
Tras la voladura, en la que se generaron 40.000 toneladas de hormigón, los técnicos de Endesa tienen un costoso trabajo por delante. Según la directora de Proyecto, ese material se utilizará para “relleno de los huecos que quedan en el terreno cuando completemos el desmantelamiento”.
Mucho trabajo por delante
El derribo de las torres acontecido es únicamente un paso más para un desmantelamiento al que todavía le quedan dos años y medio de labores. Endesa trabaja a partir de ahora en la limpieza y desulfuración de tuberías, calderas y el parque de calizas. Aunque el primer paso que dará la empresa energética será iniciar los trabajos para sacar todos los escombros generados tras la detonación de las tres torres. “El lunes empezamos ya a desescombrar”, confirmó, el director de Endesa en Aragón. El proceso para sacar todos los escombros de la zona cercana a la central térmica contará con mano de obra procedente de Andorra y se realizará de forma circular, de manera que puedan reutilizarse “más del 90%”, tal y como explicó Montaner tras la demolición.
Para el año 2023 está prevista la voladura de la gran chimenea de la central térmica andorrana, aunque Ignacio Montaner no quiso desvelar una fecha concreta para su detonación.
La descarbonización avanza
Tras cuarenta años de vinculación a la minería y al carbón, Andorra comienza a mirar a un futuro en el que la descarbonización parece avanzar a pasos agigantados. “Esto forma parte de la estrategia de Endesa de apostar por las energías renovables”, aseguró el director de Endesa Generación. Rafael González, que se mostró emocionado por los recuerdos que guarda relacionados con la central térmica, animó a “todo el equipo que tenemos trabajando en el desarrollo de ingeniería y construcción del proyecto de futuro”. La intención de la empresa energética, una vez concluidas las labores de desmantelamiento, es seguir vinculados a Andorra y a la comarca. “No abandonamos esto, hemos estado mucho tiempo generando empleo y desarrollo, y seguimos aquí”, aseguró González.
A pesar de que las promesas ya no son suficiente para los andorranos que llevan varios años reclamando la firma del convenio de Transición Justa, desde Endesa se pretende hacer una gran inversión en toda la comarca: “Tenemos una apuesta por una apuesta de futuro. Tenemos previsto en los próximos tres años invertir desde Endesa Iberia más de 3.000 millones de euros en generación de energía renovable y sostenible”. En ese aspecto, Andorra verá en el futuro la instalación de “más de 4.000 megavatios de potencia, que es cuatro veces la central”, tal y como explicó el director de Endesa Generación.
El proceso de descarbonización sigue su avance de forma imparable y desde Endesa se reconoce que el ritmo es “muy alto”. Con el objetivo a largo plazo de tener una generación “libre de emisiones” en el año 2040, Endesa comenzará a partir de los próximos meses a construir nuevos proyectos que sustituirán a la ya incompleta central térmica de Andorra.
Andorra tendrá el recuerdo
El recuerdo de las tres torres de refrigeración quedará siempre en la memoria de los andorranos, que no conciben llegar a su localidad y no encontrar las tres estructuras características. Durante la jornada, periodistas, trabajadores de Endesa y visitantes rememoraron algunos de los momentos que habían vivido cerca de las torres. “Ese momento de silencio previo a la detonación en el cual se condensan todos los recuerdos”, comentó Rafael González.
Sin embargo, el recuerdo de la central térmica no quedará únicamente en la mente de los andorranos, ya que, según explicó el director de Endesa en Aragón, ya se han iniciado los trámites para que el Museo Minero de Andorra pueda obtener diversos elementos de la central térmica con el objetivo de poder ser expuestos para vecinos y visitantes. Además, Montaner reconoció que “la propia Fundación Endesa estamos conservando toda la documentación” generada por la térmica andorrana.
Endesa construirá una planta fotovoltaica de 50 megavatios antes de verano
Tras la voladura de las torres, Andorra espera la llegada de empresas para que se produzca una reindustrialización muy demandada por habitantes y trabajadores de toda la comarca.
Endesa será una de las primeras en hacerlo con un proyecto fotovoltaico capaz de producir 50 megavatios, que se ubicará en los terrenos de Valdeserrana. A falta de la autorización administrativa del Gobierno de Aragón, Ignacio Montaner se atrevió a poner fecha para el inicio de las obras del nuevo proyecto: “Me atrevería a decir que semanas. Desde luego, antes del verano tenemos que estar trabajando”.
Montaner detalló el proceso de construcción del primer proyecto que se va a realizar en la zona: “Habrá que construir la línea de evacuación hasta la subestación Promotores, una subestación nueva que hay que hacer donde van a evacuar todos estos parque renovables, y la línea de conexión entre la subestación Promotores y la subestación Mudéjar de Red Eléctrica”.
Además, el director de Endesa en Aragón trató de hacer una estimación de cara al futuro acerca de los puestos de trabajo que pueden crear los nuevos proyectos que pretenden llevar a cabo durante los próximos cinco o seis años. “Estos 1.800 megavatios que vamos a construir supondrán miles de empleos en la zona. Calculamos que varios cientos puestos de trabajo van a permanecer en el territorio”, confesó un Ignacio Montaner que no quiso prolongarse en exceso debido a que el proyecto “está compitiendo con otros”.
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